PIÚ
Otro italiano en Vitacura
A medida de que el mundo se va globalizando, cada
día es más fácil conseguir en las grandes capitales productos o materias primas
provenientes de otros mercados del mundo. Por eso no extraña para nada la
profusión de restaurantes representativos de varios países del mundo, dado que
a veces incluso es más rápido conseguir un producto determinado en Santiago que
en el país de origen.
Hace un lustro, productos como la harina italiana,
la burrata, el mascarpone y la mozzarella –entre otros- eran tremendamente
difíciles de conseguir. Hoy, gracias a la labor que han efectuado varios
importadores de materias primas italianas, ya es posible adquirir casi la
totalidad de los ingredientes que requiere un verdadero plato originario del
país de la bota y a un costo relativamente
normal.
Es posible que ésta sea la causa principal de la
proliferación de pizzerías en el país además del asentamiento de varios
restaurantes con vocación italiana, uno de los cuales ya habíamos visitado hace
un año, el Piú, al que regresamos hace un par de semanas para conocer su nueva
carta y confirmar su consolidación gastronómica.
Sin referirnos a los resultados económicos del Piú,
avalamos la sinceridad de una propuesta sencilla preparada por el chef Gianluca
D’Alessandri, cuya familia tiene intereses en el Tavelli de Manuel Montt.
Gianluca trabajó en Italia y España, lugares que inmortaliza detrás de sus
simples recetas que representan a estos dos países en su carta.
Pasta, pizza, carne y pescado es su propuesta
normal. No hay risotto en su carta ya que prefiere no ofrecerlo debido al
tiempo que se requiere para preparar la receta original. Buen punto, pensando
en los cientos de risottos que hemos comido durante años y que no son
preparados a la minuta, como debe ser. Sus pastas (entre 9.000 y 11.000)
correctas, sabrosas y con el “dente” a la chilena. Aun así, se nota dedicación
en la confección y posterior tratamiento para servirlas, como unos estupendos
Fettuccine al ragú (9.200), un clásico de las trattorias italianas.
Dentro de las carnes –y una gran alternativa- es su
ya conocida Lengua cocinada durante siete horas con salsa de pimientos rojos y
escalibada de verduras (10.500), un plato que sobresale por la intensidad de
color y sabor.
Punto aparte para las pizzas, que con siete
variedades (entre 7000 y 9.500) intenta rescatar al público joven que
mayoritariamente ocupa una terraza interior, construida especialmente para ese
propósito.
Con un abastecido bar de cócteles, vinos y cervezas,
en el Piú están conquistando poco a poco un público difícil y exigente. El
barrio es complicado ya que la oferta es bastante significativa. Poco a poco
han ido corrigiendo su carta y su cocina ya tiene bastantes seguidores. Pero
eso no basta para catalogarlo –como opina Zomato- como un restaurante de lujo.
Es bueno –cierto-, sin duda se come bien, pero el lujo es otra cosa.
Lo ideal sería que el chef, que tiene buena mano
para la cocina, vaya afinando su carta a la verdadera cocina italiana, a esa
del ossobucco a la milanesa, la cucina de la nonna y la frescura de las
verduras tradicionales europeas. Las medias tintas, como anunciar papas nativas
chilenas en platos de origen italiano, personalmente no me atraen. La gracia
está en ir posicionándose en el país de origen de las recetas y dejarle las
papas nativas a quienes les corresponda elaborarlas. En español: zapatero… a tus zapatos. (Juantonio Eymin)
Piú: Vitacura 3269 /esq. Nueva Costanera / 2 2207 3192