martes, 12 de enero de 2016

LA NOTA DE LA SEMANA


ÓPERA
El fin de una era

La noticia del próximo cierre del restaurante Ópera, más que lamentarlo, es una voz de alerta clara y precisa para los empresarios gastronómicos de nuestro país. Con diez años de constante y fructífero trabajo, que los llevó a convertirse en uno de los restaurantes más premiados a nivel nacional, su propietario, Juan Carlos Sahli, ha decidido cerrar su local ya que los números no estaban cuadrando. Abogado y conocedor del tema gastronómico gracias a su familia, Sahli no quiso arriesgar su producto e inteligentemente lo cerró,  a sabiendas que las dificultades económicas que enfrenta el país no pueden cambiar en un corto plazo.
Este cierre fue el primer aviso de que las ventas en el mercado de mantel largo están pasando por un periodo difícil. No es la primera vez que sucede ya que las crisis que hemos sufrido en Chile son cíclicas. Hace unos años, y por el mismo problema, cerró El Madroñal, en esos entonces uno de los comedores más finos de la ciudad. No nos gusta hacer pronósticos y esperamos que el cierre del Ópera sea sólo circunstancial ya que la crisis afectó solamente a este restaurante ya que  los ya conocidos Café del Ópera y Bar Catedral siguen con su normal funcionamiento.

Sinceramente pienso que el mundo gastronómico lamenta este cierre que según su dueño es temporal, pero veo complicado su reapertura en otro lugar de la capital. Ojalá me pueda comer las palabras y algún día podamos regresar por su gallinita trufada, sus Oeufs en Meurette y tantos otros platos que salieron de estas cocinas. Los que quieran degustar la nueva carta de verano, pueden ir hasta el 6 de febrero, día en que cerrará las puertas. Una pena, pero como lo dijo el mismo Sahli. “nada es para siempre” (JAE)