martes, 20 de septiembre de 2016

SUCESOS

 
LA LEY SECA DE LOS AÑOS ‘20

La Prohibición o "Ley Seca", entró en vigor en los Estados Unidos en 1920, cuando se aprobó la Enmienda XVIII, una prohibición constitucional sobre la venta, producción, importación y transporte de bebidas alcohólicas (no así su consumo, algo similar a las leyes chilenas sobre la marihuana), promovida por los líderes de las iglesias protestantes. Justo antes de entrar en vigencia, el 17 de enero de ese año, se difundieron por todo el país las siguientes palabras del diputado de Minnessota, Andrew Volstead: “Esta noche, un minuto después de las doce, nacerá una nueva nación. El demonio de la bebida hace testamento. Se inicia una era de ideas claras y limpios modales. Los barrios bajos serán pronto cosa del pasado. Las cárceles y correccionales quedarán vacías: las trasformaremos en graneros y fábricas. Todos los hombres volverán a caminar erguidos, sonreirán todas las mujeres y reirán todos los niños. Se cerraron para siempre las puertas del infierno".

La realidad fue otra y tuvo efectos nocivos ya que entró a los Estados Unidos alcohol por todos lados, principalmente desde Canadá, México y el Caribe.


Miles de Agentes Federales se encargaron de hacer cumplir la ley. Al poco tiempo de comenzar a aplicarse, se creó un debate en torno a los beneficios medicinales del alcohol, el que había sido recetado habitualmente para tratar una serie de dolencias. En consecuencia, se permitió a los médicos de Estados Unidos recetar el alcohol para fines medicinales. Durante este periodo se estima que los médicos entregaron más de 6 millones de recetas de alcohol. Se calcula que entre 1921 a 1930, los galenos ganaron alrededor de 40 millones de dólares de aquella época (500 millones de este año), recetando whisky.

Asimismo, como el vino sacramental era legal, ya que se utilizaba en iglesias y sinagogas, la petición de cajas de vino aumentó en millones. Las congregaciones de judíos se multiplicaron por 10, aparecieron multitudes de nuevos rabinos, lo curioso era que tenían nombres irlandeses o alemanes.

En México surgió "Agua Caliente" un balneario turístico con casinos, hoteles y tabernas a sólo 3 kilómetros del sur de Tijuana, lugar donde se ofrecían todo tipo de diversiones “con alcohol”. Se estableció la tradición del corredor turístico Tijuana-San Diego, aún vigente en nuestros días. Cuba también se convirtió en la isla de los americanos para beber alcohol y La Habana fue el centro de quienes huían del "régimen seco", donde el ron tuvo la oportunidad de cautivar a los americanos.

Uno de los mafiosos más famosos y operativos de esta época fue Al Capone, que fue el principal contrabandista de ron ilegal desde Canadá y controlaba la producción local del whisky Moonshine, un destilado que llegaba a tener una graduación del 95%. También controlaba las cervecerías y la mayoría de las destilerías desde Florida a Chicago. Sólo en Chicago, Al Capone tenía bajo su poder diez mil bares clandestinos.

30.000 personas murieron intoxicadas; 100.000 sufrieron lesiones permanentes como parálisis o ceguera, los homicidios aumentaron un 49% y los robos un 83%. Unas 270.000 personas fueron condenadas por delitos federales relacionados con el alcohol. La población reclusa se triplicó y más del 30% de los policías fueron condenados por diversos delitos como robo, extorsión y contrabando de alcohol.

Antes de entrar la Ley Seca en vigor, los americanos bebían whiskey, cerveza, vino y sidra, pero el contrabando introdujo grandes cantidades de tequila, ron y ginebra, cambiando los hábitos del consumidor, contribuyendo a cimentar la popularidad de estos licores que aún están vigentes. Los cócteles también tuvieron su momento de gloria en la Prohibición, ya que los destilados no eran nada agradables y muchos barman tuvieron la idea de mezclarlos con otros ingredientes para ocultar su mala calidad, logrando mezclas cada vez más populares entre la población.

La Ley Seca duró 13 años, 19 días, 17 horas y 32,5 minutos, hasta el 5 de diciembre de 1933. Una vez abolida, el presidente Roosevelt dijo: "Lo que América necesita ahora es un trago".

La historia no se repite, pero rima. (JAE)