LA LEY SECA DE LOS AÑOS
‘20
La
Prohibición o "Ley Seca", entró en vigor en los Estados Unidos en
1920, cuando se aprobó la Enmienda XVIII, una prohibición constitucional sobre
la venta, producción, importación y transporte de bebidas alcohólicas (no así
su consumo, algo similar a las leyes chilenas sobre la marihuana), promovida
por los líderes de las iglesias protestantes. Justo antes de entrar en vigencia,
el 17 de enero de ese año, se difundieron por todo el país las siguientes
palabras del diputado de Minnessota, Andrew Volstead: “Esta noche, un minuto después de
las doce, nacerá una nueva nación. El demonio de la bebida hace testamento. Se
inicia una era de ideas claras y limpios modales. Los barrios bajos serán
pronto cosa del pasado. Las cárceles y correccionales quedarán vacías: las
trasformaremos en graneros y fábricas. Todos los hombres volverán a caminar
erguidos, sonreirán todas las mujeres y reirán todos los niños. Se cerraron
para siempre las puertas del infierno".
La
realidad fue otra y tuvo efectos nocivos ya que entró a los Estados Unidos
alcohol por todos lados, principalmente desde Canadá, México y el Caribe.
Miles
de Agentes Federales se encargaron de hacer cumplir la ley. Al poco tiempo de
comenzar a aplicarse, se creó un debate en torno a los beneficios medicinales
del alcohol, el que había sido recetado habitualmente para tratar una serie de
dolencias. En consecuencia, se permitió a los médicos de Estados Unidos recetar
el alcohol para fines medicinales. Durante este periodo se estima que los
médicos entregaron más de 6 millones de recetas de alcohol. Se calcula que
entre 1921 a 1930, los galenos ganaron alrededor de 40 millones de dólares de
aquella época (500 millones de este año), recetando whisky.
Asimismo,
como el vino sacramental era legal, ya que se utilizaba en iglesias y
sinagogas, la petición de cajas de vino aumentó en millones. Las congregaciones
de judíos se multiplicaron por 10, aparecieron multitudes de nuevos rabinos, lo
curioso era que tenían nombres irlandeses o alemanes.
En
México surgió "Agua Caliente" un balneario turístico con casinos,
hoteles y tabernas a sólo 3 kilómetros del sur de Tijuana, lugar donde se
ofrecían todo tipo de diversiones “con alcohol”. Se estableció la tradición del
corredor turístico Tijuana-San Diego, aún vigente en nuestros días. Cuba
también se convirtió en la isla de los americanos para beber alcohol y La
Habana fue el centro de quienes huían del "régimen seco", donde el
ron tuvo la oportunidad de cautivar a los americanos.
Uno
de los mafiosos más famosos y operativos de esta época fue Al Capone, que fue
el principal contrabandista de ron ilegal desde Canadá y controlaba la
producción local del whisky Moonshine, un destilado que llegaba a tener una
graduación del 95%. También controlaba las cervecerías y la mayoría de las
destilerías desde Florida a Chicago. Sólo en Chicago, Al Capone tenía bajo su
poder diez mil bares clandestinos.
30.000
personas murieron intoxicadas; 100.000 sufrieron lesiones permanentes
como parálisis o ceguera, los homicidios aumentaron un 49% y los robos un 83%. Unas
270.000 personas fueron condenadas por delitos federales relacionados con el
alcohol. La población reclusa se triplicó y más del 30% de los policías fueron
condenados por diversos delitos como robo, extorsión y contrabando de alcohol.
Antes
de entrar la Ley Seca en vigor, los americanos bebían whiskey, cerveza, vino y
sidra, pero el contrabando introdujo grandes cantidades de tequila, ron y
ginebra, cambiando los hábitos del consumidor, contribuyendo a cimentar la
popularidad de estos licores que aún están vigentes. Los cócteles también
tuvieron su momento de gloria en la Prohibición, ya que los destilados no eran
nada agradables y muchos barman tuvieron la idea de mezclarlos con otros
ingredientes para ocultar su mala calidad, logrando mezclas cada vez más
populares entre la población.
La
Ley Seca duró 13 años, 19 días, 17 horas y 32,5 minutos, hasta el 5 de
diciembre de 1933. Una vez abolida, el presidente Roosevelt dijo: "Lo
que América necesita ahora es un trago".
La
historia no se repite, pero rima. (JAE)