martes, 31 de enero de 2017

BUENOS PALADARES


CRÓNICAS Y CRÍTICAS
DE LA PRENSA GASTRONÓMICA
 
MUJER
PILAR HURTADO
(ENERO) SABOR Y AROMA (Raúl Labbé 12559, La Dehesa / 23264 3715): “La carta del local es amplia y los precios, elevados; aunque el restaurante está muy bien puesto, no sé si una propuesta con estos valores y dimensiones pueda perdurar en un barrio como este. Hay además harto personal, amable y entrenado. Partimos pidiendo un pisco sour, que estaba muy rico y lo compartimos. De lo que se ofrece probamos un cebiche natural de palometa; también había de salmón y nos dijeron que eran frescos. El cebiche estaba delicioso y bien aliñado, con buen punto de limón y sal y pescado fresco. Probamos el wantán especial, relleno de centolla y camarón, masitas crocantes que en verdad podrían haber estado rellenas hasta de pollo e igual hubieran sido ricas, dado que con la buena fritura y la salsa agridulce que acompaña no se siente el sabor de lo que va adentro. Como fondos pedimos un tacu chaufa, híbrido entre el arroz chaufa de los chifas peruanos, y el tacu tacu, que es una croqueta de arroz con legumbres que se fríe. No nos pareció sabroso ni logrado como el cebiche. Lo que sí nos gustó mucho fue el sanguchito de pejerrey, servido en un min pao exquisito (pan oriental cocido al vapor), el pescado frito, salsa criolla y una excelente salsa tártara, kétchup y papas fritas para acompañar y papas rejilla como adorno.

WIKÉN
ESTEBAN CABEZAS
(ENERO) LAI THAI PROVIDENCIA (Holanda 079): “Quien ha comido alguna vez un pad thai, el plato insignia de la cocina callejera tailandesa, es alguien que ha entregado el alma para siempre.” “La novedad es que este local se ha ampliado, en un segundo piso semi-escondido en calle Holanda, a pasos de Providencia. Hay más mesas y, gracias a Dios, una cocina que cumple a cabalidad para la cantidad de sillas. Es como para pellizcarse de lo rápida que fue la atención en esta visita, en hora peak de almuerzo, con todas las mesas llenas. Ojo que no es lujoso -sólo tienen bebidas de lata- y la sombra no es suficiente en días satánicos como los de estos días, pero el servicio es veloz y los platos llegan raudos, de verdad. Pareció casi de cámara escondida.” “Para resumir: buenas porciones, precios razonables, servilleta de papel y una calidad estable en el tiempo. Para alguien que se vuelve habitué, ojalá hubiera algunos platos sorpresa. Pero como la carta acotada se traduce en un servicio y una cocina ejemplares, como dicen los gringos: "si no está roto, no hay para qué repararlo".

WIKÉN
RUPERTO DE NOLA
(ENERO) CABALLITO DE PALO (Rungue / Maitencillo-Zapallar): El pastel de choclo ($8.000) fue prácticamente óptimo (qué difícil resulta a veces calificar las cosas...). Jugosito, con el choclo bien molido (olvídese de choclo desprovisto absolutamente de hollejo, como en aquellos años en que se lo sometía a tres cortes y era procesado a mano por las desiderias allá en la cocina). Traía carne de vaca y de pollo, y un grado de dulzor como debe ser.” “El "chancho -cerdo le llaman aquí- Caballito de Palo" ($12.900) es un gran plato que permite apreciar diversas preparaciones que constituyen otros tantos platos individuales: o sea, excelente como muestrario.” “Muy recomendable.