LA DIVINA COMIDA
Hace
30 años, en un tranquilo Bellavista se inauguraba el restaurante italiano La
Divina Comida, el primer emprendimiento gastronómico de Bruno Sacco y su
familia, fundadores del mítico Divertimento Chileno del cerro San Cristóbal.
Por cerca de 10 años La Divina Comida reunió a los amantes de las pastas,
quienes en 1996 lamentaron el cierre del local.
20
años más tarde, los viudos de La Divina Comida celebraron: hace un año volvió a
funcionar, ya no en Bellavista, sino en una gran casona en Lo Barnechea, con
capacidad para 90 personas, la que fue totalmente remodelada y que cuenta con
una amplios jardines, terrazas y comedores para todas las estaciones del año.
La
casona es grande. Los espacios destinados a las cocinas también, incluso con
una moderna fábrica de pastas que se consumen en los locales de la familia y se venden en Il Mercatino, el emporio
aledaño que ofrece llevar a casa la gran mayoría de los platos que ofrece el
restaurante, aparte de vinos y licores italianos, aceite de oliva, conservas,
quesos importados y postres a valores muy convenientes.
La
cocina es casera italiana. La chef Flaminia Sacco, hija de Bruno, el inspirador
de la puesta en marcha de sus restaurantes, nos cuenta que las preparaciones
cumplen con altos estándares y que la materia prima es fundamental en el ABC de
la idiosincrasia italiana. Antipasti que varían día a día (7.500 para dos),
caldos, pastas rellenas y secas, pescados, carnes y mariscos que sorprenden por
su delicado sabor y precios más que convenientes.
Abrir
en Lo Barnechea fue –y es- todo un desafío. Sin embargo Bruno Sacco, el gestor
de este nuevo restaurante y a sus vitales 77 años, me cuenta que este lugar es
un legado para su familia y que le permite estar activo día a día. A pesar de
ser Ingeniero Civil y hacer trabajado en Roma para la FAO, decidió regresar al
país que lo vio nacer y dedicarse a la gastronomía, oficio que lo hizo visitar
casi todo el mundo y que finamente concretó con su primer restaurante en una
pequeña casa esquina de Bellavista.
En
la actualidad el negocio –que incluye un bonito Bed & Breakfast en las
cercanías del Divertimento- lo manejan sus hijas Michelle (en la
administración) y Flaminia (en la cocina), quienes celebraron la semana pasada
un año desde la apertura de este restaurante con un sencillo y sabroso
almuerzo, que incluyó unos maravillosos tortellini in brodo y luego Polenta con
Salsiccia y Maiale, para cerrar con unos deliciosos zapallos en almíbar,
levemente crujientes por fuera y cremosos por dentro.
Para
entusiasmarse, vuelven platos emblemáticos como los Tortellonis rellenos con
ricota y espinacas en mantequilla a la
salvia (8.900); Saltimbocca alla romana, con filete, prosciutto crudo y salvia
de la huerta ($ 9.800) y el clásico Ossobuco Alla Milanesa (9.800), entre
otros.
Los
seguidores de La Divina Comida – con infierno y todo- tienen la gran
oportunidad de probar nuevamente sus clásicos y las nuevas propuestas de la
alta gastronomía italiana. (Juantonio Eymin)