LA ESTANCIA
Dato
calado, sin ser el único que queda sorprendido. Estela Girardin, periodista
especializada en turismo y gastronomía, escribió hace un tiempo de esta famosa
ensalada: “Sin aspavientos, sin que ninguno de mis compañeros de almuerzo lo
esperáramos, pedimos ensalada de cochayuyo porque entre tanto ceviche, yo en
particular, estoy medio agotada. Y resulta que nos llegó lo que, a mi juicio,
es la mejor ensalada de cochayuyo que se sirve hoy en Santiago. ¿Y por qué digo
que es la mejor? Primero, hay buenos trozos de cochayuyo, es decir, no trata de
disimular lo que es. Segundo, está muy bien aliñada con aceite, limón, cebolla
y perejil. ¡Y tampoco hace falta más! Esa es la maravilla: lo simple, lo
nutritivo y sano a la vuelta de un plato y un tenedor.”
Amado
u odiado, el cochayuyo es parte del diario salad bar que está a disposición de
todos los que almuerzan en este restaurante ubicado en el piso 16 del edificio
Giratorio. Un lugar limpio, moderno en su diseño y con excelentes vistas. Un
comedor-mirador que sin ofrecer una gastronomía de lujo, tiene una selección de
platos bastante grande y sabrosa, donde incluso los vegetarianos se sienten a
sus anchas con la gran variedad de productos que ellos acostumbran comer. Más allá de la moda que imponen algunos
restaurantes del sector, acá es posible disfrutar de ricos platos como una
Trucha mariposa, con alcaparras y mantequilla negra por $ 6.500… y con salad
bar sin costo.
¿Aún
existen estos precios en Providencia?
Acá
sí. Y si no es trucha, puede ser salmón, plateada, boeuf bourguignon, suprema
de ave o raviolones con salsa napolitana. Y si le suma una copa de vino, la
cuenta no alcanzará a llegar a los diez mil pesos. ¿Una utopía?
¿Cómo
se puede vender buena comida a precio de sánguches?
¿Gato
encerrado?
No
hay trampa ni gato encerrado. Lo que existe es una economía de escala muy bien
aplicada ya que los propietarios de La Estancia son los mismos que el Giratorio
(que está en el piso superior) y que otorga una seguridad a nivel sanitario de
gran calidad en los productos elaborados en estas cocinas, debido al alto
número de turistas extranjeros que atienden en ambos restaurantes.
En
tiempos de estrecheces que obliga apretarse el cinturón y pensar dos veces
antes de decidir por fulano o zutano, la opción de La Estancia es una de las
mejores de la comuna de Providencia. Bien atendido, calefaccionado en invierno
y excelente aire acondicionado en verano, hacen de este lugar un pequeño oasis
gastronómico entre tanta oferta de todo tipo y precio. Su cocina es buena,
pareja y honesta; sus precios son adecuados a los tiempos y el lugar es cómodo
y tranquilo. Aparte, podrá conocer, degustar y enamorarse de esa ensalada de
cochayuyo que elaboran diariamente sus cocineros. No es un lugar de moda ni
espere encontrarse con algún famosillo almorzando… ¡pero nunca se sabe! Por
estos días comenzarán a atender en la noche con una carta diferente y novedosa
que incluye platos como la siempre bienvenida Chorrillana, la sabrosa Entraña a
las brasas y –para los nostálgicos de los sabores de Buenos Aires- una de las
mejores Milanesas que se elaboran en la capital. Platos probados (y aprobados)
por este cronista, que tiene catalogado este lugar como uno de los “caballitos
de batalla” de la comuna.
Sin
estallidos de grandeza ni especulaciones gastronómicas revolucionarias, La
Estancia es un comedor de esos que dan ganas de regresar seguido, ya que el
ambiente, su cocina y valores (el famoso BBB) son parte de su éxito.
La Estancia / Av. Nueva
Providencia 2250, piso 16 / 22232 1827