miércoles, 16 de agosto de 2017

MIS APUNTES



 
 
UN VERSO PORTEÑO

Verso es un hotel. Moderno y construido en los altos del cerro Florida. Concreto a la vista donde resaltan versos de poetas nacionales y latinoamericanos para el placer de un turista culto -mayoritariamente europeo- que busca conocimientos más allá de diversiones extremas. Allí, y en un tercera planta recién adaptada para servir de comedor cerrado en invierno y al aire libre en verano, destaca la cocina del chef César Sierra, uno de los eternos sous chef de Francisco Mandiola, quien se radicó en Valparaíso para escapar de la locura de Santiago, encontrando en este establecimiento la posibilidad de mostrar su pulcra y avezada cocina, fruto de años de incógnita labor que incluso lo llevo a ser durante un breve tiempo el chef titular del Europeo.

Un crocante snack de algas marinas preparadas con jibia, gel de naranja, limón y jengibre, fue el inicio de una cena que fue acompañada seis variedades de vino provenientes de Casa Marín, como el caso del Cartagena sauvignon blanc 2017, un gran vino que inició esta particular cena.

Sin precios aún, ya que esta cena fue una especie de pre estreno, los platos preparados por Sierra no dejó a nadie indiferente: Pulpo con coles asadas y pan de ajo negro; Merluza austral con ostiones y coliflores en salsa de naranja y cúrcuma; Asado de tira acompañado de un cremoso de mote y papas topinambur; Cordero con carbón de berenjenas, chimichurri y arilos de granada, más un postre de pequeños cuchuflis rellenos con plátano y maní, confirmaron que Cesar Sierra es un cocinero fuera de lo común y eso lo convierte en un gran aporte a la gastronomía de Valparaíso, una ciudad que debería estar hace años en el mapa culinario nacional, pero su estacionalidad turística no le permite un desarrollo más profundo de su gastronomía.

El clima y la vista hacen el resto. Sería entretenido que los propietarios del hotel confeccionaran paquetes turísticos donde esté presente su gastronomía. Sin turismo, Valparaíso y sus cerros no pueden estar en ningún circuito gastronómico. Las ideas sobran, pero en invierno esta ciudad duerme. Es verdad que en la temporada veraniega sus locales están repletos de público y todos sonríen. Pero las grandes inversiones requieren retornos que van más allá de lo vendido durante tres meses en todo el año. Aun así y con todos los altos y bajos, Cesar Sierra, el chef de nuestra nota, pretende quedarse en las cocinas de este moderno hotel que, aunque tenga pequeñas habitaciones y por el momento algunas dificultades tecnológicas (curiosamente no hay TV abierta ni cable, pero sí Netflix), es un oasis de paz, buen servicio y disposición.

A la buena comida, sabrosa y bien atendida, se suma el aporte que pueden hacer las viñas locales. Este es un tema aún no resuelto en nuestro país a pesar del desarrollo vitivinícola que nos vanagloriamos poseer. En este sentido Casa Marín está realizando un trabajo de desarrollo de sus marcas en “su” litoral… y ese es un tremendo aporte para el desafío gastronómico de los restaurantes que deberían darle prioridad a los vinos de su propia zona.

Luego de años de receso (desde los tiempos de gloria del Pasta e Vino en el año 2005), Valparaíso está nuevamente armándose de buenos sitios y hoteles modernos en sus cerros. El plano – o el centro de la ciudad- está en estado casi calamitoso, pero en los cerros todo cambia. Vecino de La Sebastiana –la casa de Neruda- y otros atractivos, el hotel Verso busca posicionarse con una vista privilegiada, un servicio jovial y eficiente, más una gastronomía de buen nivel.

Aunque sus habitaciones son pequeñas, este lugar cumple requerimientos que se acercan más a las necesidades de los adultos… que al atardecer, gozando un baño en los hot-tubs al aire libre con una tremenda vista a la bahía de Valparaíso y una copa llena de burbujas, comprenderán que existe un Valparaíso que vale la pena disfrutar.

 Hotel-Restaurante Verso / Mena 665, Cerro Florida, Valparaíso / 22495 7744