EN LA RECTA FINAL
Existe
un dicho muy real: terminamos de bailar cueca y vienen los abrazos de Año
Nuevo. Cierto. Llegamos al último período del año y como es costumbre, estos
meses pasan rápidamente. Se nos va el 2017 y con él un año raro aunque prometedor.
Pero junto al cambio de clima hay un cambio en la personalidad de los chilenos.
Dejamos los abrigos y el encierro de lado para disfrutar del sol, de las tardes
tibias, de las terrazas y de los frescos rosé. Las ventas se incrementan y se
respira un aire distinto. Hay un cierto optimismo en las gentes que ya se
comienza a notar en el sector gastronómico gracias a un buen año turístico. Un
empujoncito más y cerraremos un año complicado pero que nos dejó muchas
lecciones. Saquemos entonces las mesas a la calle y brindemos por ello.