LA CALETA 94
Del bote a la mesa
Mesones
largos para albergar una treintena de clientes es todo. Acá las mesas son
comunes y cada uno se sienta donde puede. La carta es mejor verla en sus muros,
ya que la mesa está inundada de cubiertos, vasos, platos y servilletas. La idea
es comer como arriba de un bote, sin mayor etiqueta y donde el noble producto
es la estrella.
Ostras,
choros, picorocos, almejas al matico y camarones apanados para comenzar. Todo
fresco ya que son sacados de una piscina de agua de mar que se cambia
semanalmente. Para brindar y dependiendo la época, desde pisco sour a borgoña
de frutillas, desde cerveza a vino (en buenas copas, eso sí). La idea es no
pasar hambre ni sed.
Los
precios atraen: 15 ostras por $ 4.000; 30 –maravillosas- almejas al matico por
$ 6.500; 8 choros (grandes) por 4.000 y suma y sigue. Imperdibles los picorocos
(cuando llegan) y sus camarones apanados son delicia de quienes no gustan de
sabores potentes a mar. En fin… más que una caleta es un bote lleno de delicias
y maravillas de nuestro mar.
De
fondo, Robalo en su caldo (el pescado entero, con almejas y choros maltones)
por $ 9.800; langosta para bolsillos generosos (23.500); o dos impecables,
crujientes (y grandes) filetes de merluza frita con papas mayo y ensalada chilena
por $ 5.900.
Toda
la costa chilena a precios que no son creíbles en estas épocas. Por eso se
repleta de parroquianos toda la semana. El lugar se hace pequeño, pero la idea
es mantenerlo tal cual está en estos momentos, dándole prioridad al producto
marino con una calidad a toda prueba.
Para
repetírselo. (Juantonio Eymin)
La Caleta 94: Ricardo
Cumming 94 / 95363 3624