LOS SUPERMERCADOS
La mejor forma de conocer
los pueblos
Lo
que no rota… sale de las góndolas… Y se encontrará con muchas sorpresas.
Cada
vez que viajamos, una de nuestras entretenciones más importantes es entrar a un
supermercado del lugar. Es una de las mejores formas de conocer la
idiosincrasia de los pueblos. Además de ameno, es interesante. Como la máxima
principal del negocio supermercadista es “producto que no rota, sale de las
góndolas”, podemos rápidamente darnos cuenta de lo que el barrio, el pueblo o
la ciudad come y bebe, parte importante de la cultura e identidad de los
pueblos.
No
existe lección antropológica más eficiente que ésta. Eso no lo da ni el mercado
ni la plaza del lugar. “Dime que comes y te diré quién eres” es fundamental para
conocer la vida de los pueblos. Harina por sacos es habitual en los
supermercados rurales; yerba mate y té por kilo también. Arenques y anchoas en
los de nivel. Jurel enlatado es el pescado más consumido en ciertos lugares.
Wagyu y cortes finos de carne en los de la clase alta. Tapabarriga y pollos
congelados en otros. Jamón serrano versus mortadela; vinos caros en algunos y
sólo en tetra en otros… Un sinfín de diferencias. Sin embargo las famosas
vienesas son transversales. Es interesante llegar a conclusiones personales. En
barrios donde uno ni se imagina la venta de productos económicos de alto valor
energético y de preparación rápida como las vienesas, las hamburguesas y el
puré en caja son estrellas. ¿Muchos niños? ¿Muy caras las cuotas de la última 4x4
y las colegiaturas?
Interesante
y entretenido. Para su próxima visita a un supermercado, no solo meta en el
carro los productos que necesita. Si desea hacer su propio diagnóstico de lo
que está pasando en ese hábitat, deténgase un momento a mirar los productos que
llevan los otros compradores. Verá que es más entretenido que ir al cine o al
teatro. La realidad estará ante sus ojos. Y si viaja pronto en estas vacaciones,
haga lo mismo en su lugar de destino. No se imagina cuánto aprenderá. (JAE)