OSAKA
El regreso del líder
Cuando
hace un par de años se cerró el restaurante Osaka del hotel W, muchos pensaron
que esta importante cadena peruana se iría de Chile dejando un gran recuerdo y
cientos de “viudos” lamentaron su cierre. Sin embargo y luego de dos años de
tratos, convenios, remodelaciones y puesta en marcha, el nuevo Osaka capitalino
abrió sus puertas y ya está brillando con luces propias.
Con
500 metros cuadrados de comedores y personal adecuado para atender a 125
personas en sus diferentes ambientes, por el momento reciben a sus clientes en
la planta baja del lugar, donde a una barra de sushi y otra de cócteles se suma
un gran comedor, otro privado para 18 personas y una mesa del chef para
degustaciones.
Con
una carta renovada casi completamente (quedando sólo las recetas íconos del
período anterior como las gyozas de pato), prácticamente se podría decir que la
renovación es total y la apuesta es superior a la que tenía en el hotel W. Más moderna y renunciando a los populares
rolls californanos, la tarea va por una vuelta de tuerca a la cocina nikkei, ya
sea en sus cebiches y tiraditos; sus makis y temakis y platos calientes
preparados con la exquisita técnica de Ciro Watanabe, chef, itamae y socio del
lugar, quien, afincado hace nueve años en Santiago, ya reconoce y honra en
plenitud nuestros pescados y mariscos, colocándolos en un lugar de honor en su
carta, como su Leche de tigre de piure, que acompaña un maravilloso cebiche Umi
Pawā (15.000), con pescado blanco, camote, chalaquita y furikake nikkei.
Otra
novedad es el tiradito Ringo-Ma (14.000) donde reúne la prieta (de res) con
pescado blanco, salsa gomadare, pistachos y manzana verde. Un plato tan sacador
de esquemas como su Completo nikkei (8.000) donde en un pan Bao negro, agrega
una salchicha de mar (elaborada en casa), cebolla encurtida y mayonesa
sriracha. Ambos platos tan sabrosos como novedosos.
Los
makis y temakis se piden por unidad. La variedad es grande y entretenida. Pero
el espacio nos limita a destacar el Pepoh Gohan (18.000), una sartén de fierro
donde en un horno Josper de última generación preparan un arroz al piure y
chicharrón de mariscos, al que luego le agregan pebre, palta y un alioli al merquén.
Un fondo imperdible al que se suma el Shiromi Brasa (17.000), un pescado blanco
marinado en shoyu con salsa de ajo crocante, almendras y ajíes peruanos.
La
experiencia es total. A sólo semanas de su apertura ya es necesario hacer
reservas para ocupar alguno de sus espacios. Es caro y no podría ser de otra
manera. Acá hay inversiones inteligentes y un concepto que los ha llevado a
abrir sucursales en Santiago, Buenos Aires, Bogotá, Quito, Sao Paulo y
Asunción, y se pronostican nuevas aperturas en Miami (2019), Chicago, Londres y
Dubai, lo que podría significar un espaldarazo mundial a la cocina nikkei, esa
mezcla única de costumbres japonesas con ingredientes peruanos.
Osaka / Nueva Costanera
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