COCOA
Una sola dirección
Tras
27 años de existencia, el matrimonio formado por Gabriel Peschiera y Jessica
Boggio ha decidido concentrar todos sus esfuerzos en su renovado restaurante de
Vitacura, luego de haber triunfado en sucesivas puestas en marcha en Lastarria,
Antonia López de Bello, La Dehesa (El Vagón) y Piedra Roja (Náutico). A
Vitacura llegaron hace tres años y luego de remodelarlo, los cerca de 500
metros cuadrados que tiene el local lo han distribuido en tres espacios
diferentes, algo que de seguro cautivará a su clientela y a la nueva generación
de los miles de clientes que ha tenido Cocoa durante todos estos años.
En
el primer piso destaca su emporio, donde los dulces, postres y repostería
peruana, elaborada diariamente por Jessica, atraen por su calidad y
presentación. Desde las famosas Tejas (que acompaña al café de los grandes
restaurantes peruanos) hasta dulces elaborados con cascaras de limones o con
harina de almendras, apto para los celiacos. A un costado del emporio, pequeñas
mesas para beber un café junto a los dulces, sánguches de su autoría (la
panadería es propia) y un menú ejecutivo para los que no tienen tiempo de
almorzar a la carta.
Otra
de las novedades es su Skybar -ubicado en el tercer piso y con acceso directo
en ascensor-, donde mandan las pizzas, las tablas, cervezas, chilcanos y pisco
sour de proporciones gigantescas. Económico y juvenil, las noches en esta
terraza son entretenidas, lúdicas y llenas de color. (Entre paréntesis, $ 5.000
por un inmenso sour peruano es una referencia real a los precios de esta
entretenida y curiosa terraza que está armada con pallets y materiales reciclados.)
La
gran gastronomía se concentra en el segundo piso del local. Ahí, y con una
capacidad cercana a los 100 comensales, la cocina peruana (con guiños
italianos) se muestra en su verdadera dimensión. Un espacio moderno, bien
decorado y atendido, dispone de una carta lúdica y que no ha variado
sustancialmente en los últimos años. Los “viudos y viudas” del Vagón de La
Dehesa y del Cocoa Náutico, felices llegan a este espacio en Vitacura que
incluso ofrece estacionamiento gratuito en los subterráneos de este inmenso
strip-center.
La
corvina, tan perdida como añorada por miles, es parte de varias preparaciones:
en cebiche (lo máximo, $ 12.800), es volver a encontrarse con materias primas
casi olvidadas por los capitalinos. El pulpo al olivo (13.000), -sin piel- es
otra de las grandes contribuciones a los sabores de antaño. Los Ostiones al
Bloody Mary (12.800), rosados y de aguas magallánicas, sorprenden por su
preparación y aliños; sin dejar de lado su Carpachazo (13.000), finas láminas de filete sellado a
alta temperatura y cortado a mano.
De
fondo, aparte de la corvina en todas sus formas y el filete en otras tantas,
destaca un Risotto de lomo saltado (13.000) un generoso y sabroso plato de esos
que dan ganas de regresar a degustarlo como único pedido., tanto como el
Spaguetti negro (a la sepia de calamares con picante de camarones, $13.000),
una receta que rompe los esquemas de los tan poco agraciados camarones que
ofrecen los restaurantes de nuestra patria.
Skybar |
A
pesar de la gran cantidad de restaurantes peruanos (o pseudo - peruanos) que
existen en Santiago (y Chile en general) son contados con los dedos de las
manos los que ofrecen calidad a toda prueba. Es caro ya que no transan con la
materia prima ni con el buen servicio. La trayectoria es parte de la esencia de
este lugar y no escatiman esfuerzos para ofrecer a sus clientes lo mejor de la
cocina peruana. Acá no hay nikkei ni chifa. Posiblemente encontremos
influencias italianas en la propuesta, lo que también es típico en el Perú, ya
que en ambos países el arroz y las pastas son parte fundamental de la dieta.
Lindo
y distendido lugar. Tres proposiciones diferentes que habrá que tener en cuenta
en cualquier momento. Algo oculto -ya que no está a la vista del caminante
común y corriente-.que merece más de una visita, ya que tantos años de
trayectoria no han sido en vano.
Cocoa / Paseo Tamarugo
Strip Center, Av. Vitacura 4607 / 22952 1753