PUERTO CLARO
El otro Valparaíso
Techos
altos, maderas nobles, piedra en su cava subterránea, ladrillo a continuación
para finalizar con adobe; un acogedor patio interior con abundante luz natural
y jardín vertical, a pasos del paseo Atkinson, de la Fundación Lukas y ruta
obligada de turistas, suenan bastante atrayentes. Si a eso le sumamos una
cuidada remodelación, y una cocina de autor de manos del chef Antonio Moreno,
ya estamos hablando de un imperdible.
Un
resumen de lo que es Puerto Claro, el restaurante que está de moda en
Valparaíso, tan atrayente que está convirtiéndose en uno de los referentes de
esta ciudad que tiene dos miradas: el destruido plan, lleno de suciedad y sus
turísticos cerros, donde se vive y respira cordialidad.
El
proyecto es grande. Con entrada por dos calles, la casona incluye dos
departamentos que se arriendan por días y una cafetería que pronto se
convertirá en una alternativa para que los turistas coman algo al paso mientras
conocen las atracciones del cerro. Mientras tanto, el restaurante se lleva todas
sus miradas ya que sus propietarios se preocuparon de todos los detalles que
son necesarios para el buen funcionamiento del lugar. Una buena cocina con sus
respectivas cámaras de frio, para que el chef Antonio Moreno se sienta a sus
anchas y, por otra parte, una vajilla especialmente escogida para satisfacer al
cliente más difícil.
Con
una cava de vinos de buena factura que incluye vinos de autor a precios
bastante razonables, la gastronomía asombra. De una carta con cinco entradas,
siete fondos y cuatro postres, el menú degustación (27.000) es una atracción ya
que por su valor ofrece un abrebocas, dos entradas, dos fondos y dos postres (a
elección del chef) logrando conocer gran parte de la oferta. Felicítese si le
sirven un plato de chochas con salsa verde y limón, suaves y tremendamente
sabrosas, tanto como los Ostiones magallánicos con crema de coliflor, salsa de
mandarina y cereales suflados, otra de las grandes preparaciones del chef
Moreno, que antes de hacerse cargo de esta cocina, fue durante años chef del
hotel Casa Higuieras de Valparaíso.
Desde
la simpleza de una fenomenal pasta fresca cocinada con crema de almejas y
tártaro de cangrejo (12.500) a la fuerza de unos porotos granados servidos con
locos y calamares a la parrilla (12.500), los fondos son tan interesantes como
las entradas frías. Una carta sólida y tremendamente bien ejecutada que
entusiasma a moros y cristianos, ya que sean carnes, pescados y/o mariscos, la
cocina cumple tanto o más que el atractivo del restaurante, algo que poco se
visualiza en regiones.
Los
cerros de Valparaíso sacan la cara por la ciudad completa. Es cierto que montar
una infraestructura de tales dimensiones es posiblemente algo quijotesco, ya
que la temporada turística es corta. Sin embargo, aún hay porteños que sueñan
con una ciudad próspera y atractiva.
Abierto
a la hora de almuerzo y cena (domingos sólo almuerzos) y emplazado a pocas
cuadras del plan de la ciudad, el Puerto Claro conquista a todos los que han
ocupado sus mesas durante estos primeros meses de operación. El circuito de
buenos restaurantes que se descuelgan de los cerros porteños no es grande, pero
es un deber conocer este lindo lugar, que lo dejará contento como unas pascuas.
(JAE)
Puerto Claro / Papudo 612, Cerro
Concepción, Valparaíso, Teléfono 22792 8196