martes, 4 de diciembre de 2018

MIS APUNTES


 
JERÓNIMO
Más allá de la cocina peruana, en esta nueva apertura se mezclan sabores mexicanos y mediterráneos de gran nivel.
 
De la noche a la mañana se puso de moda. Hace un mes sólo algunos conocedores y viajeros sabían de Jerónimo, pero desde que abrió sus puertas en Santiago, logró lo que muchos añoran en sus negocios, como mantenerlo siempre repleto y que todos alaben su cocina.

Según su dueño (socio de la franquicia en realidad) Moma Adrianzén, lo suyo no es cocina peruana, ya que es una mezcla de sabores incas, mexicanos y mediterráneos. Aun así, y conociendo que los peruanos llevan la sazón en su ADN, es inevitable no encontrar un sabor especial en sus platos, por muy diferentes que sean las propuestas.

El lugar es colorido, cómodo y muy informal. Una batería de garzones mayoritariamente peruanos, tratan y consiguen cercanía con sus clientes. Acá, tan importante como la gastronomía es la coctelería y para ello cuentan con una buena barra que dispensa desde el tradicional sour peruano hasta moderna mixología. Como no hay apuro alguno, como cortesía de la casa llegan unas sabrosas láminas de berenjenas fritas aderezadas con miel de caña, un clásico de la cocina andaluza, que prepara Carlos Alata, el chef a cargo del restaurante.

Buenos vinos por copa para amenizar el almuerzo. Para partir, unos sabrosos conos de tartar de salmón y palta (11.900 x 6 u), y un superior Tiradito “ahumado” con el pescado del día, pulpo y ají amarillo (14.900). Luego comienza el “viaje” del chef, que nos lleva a degustar unos insuperables tacos mexicanos (13.300 x 6 u), seguido por una “Coca”, un tradicional plato mallorquino, con quesos pecorino, stracchino y miel trufada (10.900).

Los arroces, elaborados en los ya famosos hornos Josper (a carbón y mezcla entre parrilla y horno) son realmente superiores. En sartenes y para compartir entre dos, destaca el de Costillar de res, chorizo, champiñones y espárragos (19.900), que ya ha recibido alabanzas del público, y para los que aman el arroz negro, el de Calamar con alcachofas es de vicio.

Es muy posible que el éxito de Jerónimo sea esta comunión de cocinas. Cada una de las recetas se viven como si estuviésemos en Lima, en Ciudad de México, en Mallorca, Madrid o Granada. El lugar no es económico pero el plus lo da el hecho que los platos son tan grandes que es deber compartirlos. Este último tiempo Santiago se está convirtiendo en una punta de lanza para restaurantes que pretenden conquistar otros mercados en Latinoamérica y por eso hemos visto grandes aperturas este año. Buena idea será entonces visitarlo, pero antes reserve mesa, ya que se arriesga a regresar a casa sin el sueño de conocerlo.

Ah, y si le gustan los postres, las Torrijas (6.500) son de otro planeta. ¡No se las pierda!

Jerónimo / Av. Alonso de Córdova 3102, Vitacura / 22608 0481