JOSÉ RAMÓN 277
El rey de la marraqueta
¿Qué
es una marraqueta? Por años todos se han preguntado lo mismo y la gran mayoría
piensa que una unidad se parte en dos. Buena respuesta, pero ¿por qué,
entonces, las panaderías las confeccionan dobles, cuando la marraqueta no tiene
molde y se elabora a mano?
La
respuesta podría estar en esta sanguchería del barrio Lastarria y que hace poco
tiempo abrió una sucursal en Vitacura, bajo el mismo nombre de José Ramón 277,
la misma dirección de su local céntrico. Acá, los sánguches de marraqueta son
del tamaño de “una” unidad, o sea, dos partes y cuatro sub unidades. Para
beneplácito de sus habitués, son tan grandes que deben servirse en fuentes
enlozadas, para, posiblemente, no perder ni una miga de su selección de variedades,
donde destacan los de prieta, lengua, osobuco, arrollado, pescado frito y
croquetas de garbanzos, para los vegetarianos, que cada día suman y suman
adeptos.
Para acompañar, cerveza. Atentos a un público amante de este bebestible, sus propietarios se preocuparon de tener la mejor selección de cervecerías artesanales chilenas, como Jester, Hasta Pronto Brewing Co., Coda, Spoh, Alameda Beer Co., Kross, Tübinger y Zigurat entre otras, que le ponen color y apagan la sed de los miles de fans que tiene este lugar que abrió sus puertas en junio del 2014.
Pero la carta es más que sánguches y cervezas.
Empanadas, mariscos al pilpil, crudos, tártaros, ensaladas e incluso una
pichanga al plato, se une a una larga variedad de cócteles donde priman los piscos
espaciales e inéditas mezclas que no dejan a nadie indiferente. En el capítulo
de los vinos, la carta se ve débil y también es escasa la variedad. ¿La gente
joven aún no se matricula con el vino? Al parecer –y a pesar de todas las
campañas- el blanco y el tinto aun no logran entrar en este segmento de la
población.
Mi acompañante se devoró una marraqueta con hamburguesa
de garbanzos, tomate, rúcula, pepinillos dulces y mayonesa de aceitunas
(6.500), mientras yo trataba de aliñar un Crudo (7.500), que por desgracia hay
que oficiar de cocinero, ya que viene en versión “hágalo usted mismo”. Mala
cosa, ya que es bueno conocer siempre la mano del maestro de cocina, ya que no
es agradable aliñar un plato en la mesa. Aun así, la materia prima estaba
impecable, algo que hizo más fácil este indebido ejercicio.
Mediodía y mucho público. Hábiles garzones, pero
copados en los pedidos, ni se les ocurrió preguntar si alguien deseaba un
postre o un café. ¿Habrán llevado a los garzones astutos a la sucursal de
Vitacura?... ¿Esos que se deberían dar cuenta que una mesa que bebe vino al almuerzo
(3.500 la copa) no es un oficinista que debe tomar Cola Cola por obligación y
cuyo presupuesto es limitado?
Pese a todos los detalles, logré aprender que la
marraqueta es la pieza completa; que una gran mayoría de los clientes le saca
la tapa al sánguche y no se la come y, por último, que esta sanguchería, aparte
de la marraqueta, ofrece pan frica y molde… pero casi nadie se inclina por otro
pan que no sea la bien amada marraqueta.
Para regresar…
José Ramón 277 / José Ramón Gutiérrez 277, Barrio Lastarria / 93245
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