PANCHITA
Más vale tarde que nunca
¿Casualidad…
marketing… el momento adecuado?... Son varias las preguntas que nos hacemos
tras la apertura en Santiago del Panchita, otra de las marcas de Gastón
Acurio que llega al país. Un apasionado de la gastronomía escribió en Facebook
“Por fin Gastón Acurio decidió competir con el 99% de los restaurantes peruanos
en Chile”. Es posible que lo primero en
pensar es que Panchita llegó tarde a Santiago, ya que debió abrir hace años -en
Lima este restaurante de alta cocina criolla peruana, tiene diez años de vida-.
Pero… ¿a qué y a quién nos enfrentamos?
Cuando
la fiebre por la cocina peruana en Santiago comenzaba a decaer, una nueva
generación de restaurantes peruanos (criollos, mezclas chinas, japonesas o de
autor), daban otro impulso a esta gran cocina. A decir verdad, el típico ají de
gallina, la causa rellena o el pulpo al olivo poco estaban llamando la
atención. En la actualidad, lo nikkei (como el Karai) o la cocina autoral (como
Jerónimo), se llevan los aplausos de esos clientes que no se fijan en gastos.
¿Viene Panchita a revolucionar y adueñarse de la cocina criolla peruana de
mantel largo a precios que precisamente no se ven en otros locales de cocina
criolla peruana?
La
cocinera y chef peruana Martha Palacios, jefa de cocina de Panchita Lima, realizó
numerosos
viajes a Santiago para asegurar una carta que logre la misma experiencia,
sabores y esencia de Panchita Perú. Acá, dejó en la cocina al chef peruano Leni
Cruz, que, absorbiendo los sabores de Martha, entrega una experiencia similar a
los restaurantes madres, donde han rescatado recetas de la cocina regional
peruana (como unos deliciosos rocotos rellenos, propios de la cocina
arequipeña), junto a otras delicias culinarias de ese inmenso país.
Así,
Tamales verdes (similares a nuestras humitas, pero con cilantro), anticuchos de
pulpo y corazón, piqueos chalacos, tiraditos, cebiches y chicharrones, se unen
a fondos imperdibles como el Seco Limeño, una preparación de garrón de cordero
con más de cuatro horas de cocción, acompañado de un puré de porotos pallares,
arroz blanco, verduras y cilantro. También el Aguadito de pollo con ají
amarillo o el clásico Lomo Saltado en su mejor presentación. Maravillosa es su
Lengua estofada, su Seco de asado de tira y el Arroz con pato, una de sus
exclusividades, que no deja a nadie indiferente.
De
todo y para todos. Bueno… para todos no, ya que es caro, a pesar de que cada
plato alcanza al menos para dos comensales. Buenos cócteles de origen peruano y
una gran carta de vinos nacionales de alta gama. Si a todo eso le sumamos
sabrosos postres, como los Picarones o el Queso helado, la experiencia es insuperable,
ya que el lugar merece al menos una visita.
Definitivamente,
lo que hace Acurio, lo hace bien. Esta especie de rey Midas de la gastronomía,
que puso en el podio la cocina peruana y que en Chile está asociado con el
grupo Mil Sabores, nos sigue sorprendiendo con sus propuestas y sabores. No es
fácil crear marcas y hacerlas famosas. Pero Acurio, desde su inicial y refinado
Astrid y Gastón, hasta su popular Barra Chalaca, nos ha permitido que –por fin-
un latino entre en la galería de la fama de los grandes cocineros a nivel
mundial. Y eso hay que agradecerlo.
Panchita: Nueva Costanera 3979,
Vitacura / 22380 9906