EL SERVICIO (A LA CHILENA…)
Una
de las grandes gracias de Lobby es que es leída por una importante cantidad de
empresarios gastronómicos. Ellos -por su actividad-, poco tiempo tienen para
visitar otros establecimientos y se nutren de las crónicas de nuestra revista.
Eso lo agradecemos y muchas veces le escribimos a este target para que se
formen una idea de lo que está pasando en esto de la gastronomía en nuestro
país.
Y
hay detalles que subsanar. Tremendos detalles como es el servicio (a la
chilena, excluimos a los inmigrantes, que nos han dado clases). Sin escuela ni
nadie que les enseñe, los mozos y mozas en nuestro país se forman a costalazo
limpio y nadie les enseña que, si hacen un buen servicio, su utilidad será
infinitamente superior si lo realizan de mala gana o con poco profesionalismo.
Acá
pierden todos. El dueño del local, el encargado del servicio y toda una cadena
de alimentos y bebidas que está a su disposición. La propina, y veámoslo de otro
modo, es un premio a la buena disposición de la persona que atiende una mesa. Y
no son nada de malas y muchas veces superan el sueldo de un profesional. Y eso
lo saben los viejos garzones que mantienen una familia con su trabajo. El
problema es que nuestro sistema está caduco. Pocos mozos y mozas buenos están
en nuestros restaurantes. No se saben las cartas y recitan un monólogo de
atracciones sin ganas de vender. Y eso va en perjuicio de todos.
Es
posible que este mensaje lo tengan claro los empresarios gastronómicos. Sin
embargo, para el lector común el servicio es esencial cuando visita un
restaurante. En definitiva, hay que sacarse la venda que muchos empresarios
tienen en los ojos y comenzar a profesionalizar el sector. Ser mozo no es un
karma. Al contrario, puede llegar a ser una bendición.
Comencemos,
entonces, a darle valor a la profesión del servicio. Ellos ayudan a vender y
son nuestros “ejecutivos comerciales”. Sabemos que es tedioso formarlos para
que luego ellos se vayan a otro restaurante porque las posibilidades económicas
son mejores. Pero si entre todos logramos formar un buen equipo, no cabe duda
que nuestra actividad crecerá en forma importante. Y un dato. Cada año el
Círculo de Cronistas Gastronómicos busca el mejor servicio que brindan los
restaurantes y pocas veces logra dar con uno que merezca un reconocimiento. Y
ese es un buen indicador de que las cosas no van por buen camino. (JAE)