CHAMPAGNE
COCKTAIL
Se
dice que Pierre Pérignon, monje francés del siglo XVII, más conocido como Dom
Pérignon, gracias a un error en la fermentación del vino, descubrió el
Champagne. La verdad es que esto no queda nada claro, ni tampoco que Pierre
Pérignon, al descubrir las burbujas y probar el vino, exclamara la famosa frase
¡Venid pronto, estoy bebiendo las estrellas! Lo que sí está claro es que
gracias al talento de este monje benedictino, hoy en día los amantes de este
maravilloso producto podemos disfrutar de una extensa variedad de Champagnes,
cavas y vinos espumosos. Pero esto no queda aquí, también podemos disfrutar de
una gran cantidad de cócteles elaborados con vino de burbujas, uno de los más
conocidos y el primero en usar como base el champagne, es el cóctel de champagne
(Champagne cocktail).
Siempre
que escuchamos o leemos "cócteles clásicos", enseguida pensamos en
cócteles como el Dry Martini o Manhattan y no nos viene a la cabeza el cóctel
más clásico de entre los clásicos: el Champagne cocktail, una combinación
elegante, deliciosa y a la vez sencilla. Es uno de los cócteles conocidos más
antiguos y uno de los pocos que no ha cambiado de nombre, conservando aún hoy
el nombre original del primer cóctel.
De
la historia se sabe muy poco. Quizás la única que se conoce es la que cuenta
que en el año 1889 un barman llamado John Dougherty lo creó para un concurso
organizado en la ciudad de Nueva York por un grupo de periodistas. El ganador
del primer premio fue John Dougherty, que con su sencilla fórmula consiguió la
medalla de oro, aunque la verdad es que este barman únicamente fue quién lo
popularizó ya que existen referencias anteriores, entre las primeras
referencias las podemos encontrar en el libro más antiguo de cócteles, de Jerry
Thomas "Cómo mezclar bebidas", o en el "Compañero de El Bon
Vivant" (1862) y también en "Los inocentes en el extranjero" la
novela de Mark Twain (1869).