martes, 10 de marzo de 2020

LA NOTA DE LA SEMANA


MENÚ DEGUSTACIÓN
(Función sorpresa / Ultima parte)

Llevamos varias semanas entregándole a nuestros lectores nuestra opinión relacionada a los mejores platos degustados el 2019. Sin embargo, hay restaurantes que no pueden ingresar a ese listado ya que su propuesta es diferente. Tanto, que pocas veces repiten los platos y no tienen una carta oficial.

Para beneplácito de los lectores, identificamos siete restaurantes que durante el 2019 sobresalieron sobre el resto, ya que fueron parte importante de los comentarios de los expertos y de una numerosa cantidad de “connaisseurs” que se han convertido en fieles devotos de estos comedores. En esta edición, Carolina Bazán


CAROLINA BAZÁN – AMBROSÍA BISTRO

Para conocer a Carolina Bazán hay que transportase a inicios de este siglo, cuando con su familia abrió el primer Ambrosía en la céntrica calle Merced, que la obligaba a recibir clientes sólo al almuerzo. Con tiempo disponible salió en búsqueda de aprendizaje a diferentes países como Perú, Brasil, Italia, Tailandia y, finalmente el 2011 decide a volver a los estudios formales y pasa un año en París estudiando y luego trabajando en Frenchie Restaurant, con el chef Gregory Marchand.

De regreso a Chile, Carolina conduce la reapertura de Ambrosía en una nueva ubicación y con un nuevo concepto. El resultado fue un moderno restaurante, fuera del circuito gastronómico clásico, donde los productos frescos de mercado la conducen a manejar un menú que cambiaba todos los días de acuerdo al mercado. 

Chef del año 2013 por Círculo de Cronistas Gastronómicos y Chef Revelación del año 2013 por Revista Wikén, decidió, posteriormente, abrir en pleno Providencia un pequeño bistrot, con una acotada carta, que varía –como siempre- de acuerdo a lo disponible en el mercado. Acá, en un sector repleto de buenos restaurantes, ha sobresalido por la calidad de sus elaboraciones y un dedicado servicio cara a cara con el cliente.

Recientemente galardonada como la Mejor Chef de Latinoamérica, sobre su concepción de la comida, expresa que el sabor es lo más importante. “La comida tiene que ser rica. Hay veces que los platos no son estéticamente los más bonitos, pero tienen que ser ricos. Si no son ricos no cumplen su función”, argumenta. Su desafío es más que nada cultural. La gente no entiende porque no hay un plato determinado. “¿Si es tan rico el gazpacho que haces en verano, por qué no lo dejas siempre en la carta?”. No, ese plato está cuando tiene que estar, no voy a hacer un gazpacho con tomates malos. Lo mismo pasa con los mariscos o el pescado, de repente hay mal tiempo y no se puede salir a pescar y no hay pescado en la carta. Yo no voy a poner un pescado congelado, porque no me gusta el sabor. A la gente le cuesta respetar y entender eso.

Razones de sobra para estar entre los grandes chefs que se manejan con lo que el mercado les entrega. Un gran talento que tiene como recompensa un comedor repleto todos los días.