MANOLO’S
COCINA HONESTA Y DE PRODUCTO
La arbolada calle La Concepción, entre Costanera y Av. Providencia, otrora llena de casonas solariegas y actualmente refugio de santiaguinos que viven en uno de los cientos de departamentos que se construyen en estas dos cuadras, tiene un vecino que no deja indiferente a nadie. Manolo’s se llama y es un restaurante y bar de tapas que bajo un concepto de cocina honesta y de producto acoge a los que gustan de la comida española y sus mil y una variantes.
Por cosas del destino conocí a Cristóbal Morales, chef y socio de este restaurante el mismo día que llegó a Santiago proveniente de Yecla, un pueblito de la provincia de Murcia. Vino a probar suerte, tanto como miles de otros españoles que han llegado a nuestro país. Simpático y extrovertido, no tardó en hacerse de amigos y de ahí a trabajar en un restaurante español fue cosa de semanas. Partió en La Bodeguilla, la famosa picada de Antonio García Lorca en calle Dominica. Ahí aprendió los secretos de la administración gastronómica y luego de un tiempo abrió con otros socios españoles el Manolo’s, un lugar que sin duda le ha costado bastante entrar al circuito gastronomito de la capital, pero por empeño y ganas no se queda. Tanto, que la semana pasada un grupo de cronistas recibimos una invitación para volver a visitar este lugar, ahora en verano, para disfrutar de sus tapas y su propuesta.
Nos recibió una envidiable terraza. Fresca y llena de vegetación. Ahí conocimos parte de sus preparaciones las que partieron con unas aceitunas en aceite de oliva (verdes y blandísimas) rellenas con pimientos de piquillo y anchoas. Luego apareció una versión española de las machas a la parmesana, esta vez con jamón ibérico y queso manchego donde desgraciadamente el queso “fundía” el sabor de las machas, para terminar (las tapas) con una salazón de salmón y congrio, una técnica de los habitantes de Alicante donde consiguen un producto de gran calidad para degustar charlando y tomando un aperitivo, esta vez acompañados de un Sauvignon blanc Castillo de Molina
Tras las tapas, las entradas. La primera: ensalada de conejo en escabeche. Un timbal muy parecido a nuestro “salpicón” de veraniego. Rústico y muy entretenido por los diferentes sabores que se pueden encontrar. Por su contenido de vinagre y su tiempo de elaboración, o se le amó o se le odió, pero a esta preparación definitivamente le falta algo de oficio para que sea pareja y gustadora.
La segunda entrada: pimientos del piquillo con rabo de toro al tempranillo, fue de aprobación general. Dos hermosos y rojos pimientos rellenos con una carne deliciosa fue comentario obligado de los asistentes a este almuerzo. Un gran plato y una diferencia inmensa a la primera entrada. Aquí se nota oficio y placer de trabajar con materias primas nobles. Muy bien elaborado y presentado, un must de la casa, que tuvo un muy buen acompañante: un pinot noir de Amanya 2006. Para chuparse los bigotes.
De fondo nos entregaron un correcto arroz meloso de pulpo. Un timbal de arroz amarillo (acurcumado) con tiernos y blandos trozos de pulpo. De ahí viene mi comentario de que ésta es una cocina “honesta”. Un buen plato, simple y gustoso sin llegar a cotas de perfección, pero otra vez con una materia prima de calidad: el pulpo. Un producto difícil de elaborar para dejarlo en buenas condiciones de consumo pero acá lograron un plato que sin tener mayor gracia, sus componentes eran de muy buena familia.
Por ahí llegaron unos deliciosos trozos de “tocino de cielo”, ese postre ibérico que nos hace olvidar hasta el nombre que tenemos. Los demás degustamos como postre una tarta de limón con espuma de manzana verde, una versión españolizada del pie de limón, el que acompañamos con Berentzen Apfel, un licor de manzanas de origen alemán que logró dar el punto final a un almuerzo diferente y muy entretenido.
La carta del Manolo’s es grande y muy española. Para darse una idea hay que ingresar a http://www.restaurantemanolos.cl/ y buscar las especialidades que más gustan. Hay incluso un menú diario que podría ser la envidia del barrio. A veces, y a menudo pasa, tenemos ganas de un rato agradable, de un cocktail, una botella de vino o una cerveza para conversar junto a una tapa o un plato de comida. Sin parafernalias ni aspavientos. Si es así, comida rica y casera, de producto y honesta, Manolo’s es una real alternativa. Un lugar como de amigos y para los amigos.
Manolo’s: La Concepción 147, Providencia, fono 236 4655
COCINA HONESTA Y DE PRODUCTO
La arbolada calle La Concepción, entre Costanera y Av. Providencia, otrora llena de casonas solariegas y actualmente refugio de santiaguinos que viven en uno de los cientos de departamentos que se construyen en estas dos cuadras, tiene un vecino que no deja indiferente a nadie. Manolo’s se llama y es un restaurante y bar de tapas que bajo un concepto de cocina honesta y de producto acoge a los que gustan de la comida española y sus mil y una variantes.
Por cosas del destino conocí a Cristóbal Morales, chef y socio de este restaurante el mismo día que llegó a Santiago proveniente de Yecla, un pueblito de la provincia de Murcia. Vino a probar suerte, tanto como miles de otros españoles que han llegado a nuestro país. Simpático y extrovertido, no tardó en hacerse de amigos y de ahí a trabajar en un restaurante español fue cosa de semanas. Partió en La Bodeguilla, la famosa picada de Antonio García Lorca en calle Dominica. Ahí aprendió los secretos de la administración gastronómica y luego de un tiempo abrió con otros socios españoles el Manolo’s, un lugar que sin duda le ha costado bastante entrar al circuito gastronomito de la capital, pero por empeño y ganas no se queda. Tanto, que la semana pasada un grupo de cronistas recibimos una invitación para volver a visitar este lugar, ahora en verano, para disfrutar de sus tapas y su propuesta.
Nos recibió una envidiable terraza. Fresca y llena de vegetación. Ahí conocimos parte de sus preparaciones las que partieron con unas aceitunas en aceite de oliva (verdes y blandísimas) rellenas con pimientos de piquillo y anchoas. Luego apareció una versión española de las machas a la parmesana, esta vez con jamón ibérico y queso manchego donde desgraciadamente el queso “fundía” el sabor de las machas, para terminar (las tapas) con una salazón de salmón y congrio, una técnica de los habitantes de Alicante donde consiguen un producto de gran calidad para degustar charlando y tomando un aperitivo, esta vez acompañados de un Sauvignon blanc Castillo de Molina
Tras las tapas, las entradas. La primera: ensalada de conejo en escabeche. Un timbal muy parecido a nuestro “salpicón” de veraniego. Rústico y muy entretenido por los diferentes sabores que se pueden encontrar. Por su contenido de vinagre y su tiempo de elaboración, o se le amó o se le odió, pero a esta preparación definitivamente le falta algo de oficio para que sea pareja y gustadora.
La segunda entrada: pimientos del piquillo con rabo de toro al tempranillo, fue de aprobación general. Dos hermosos y rojos pimientos rellenos con una carne deliciosa fue comentario obligado de los asistentes a este almuerzo. Un gran plato y una diferencia inmensa a la primera entrada. Aquí se nota oficio y placer de trabajar con materias primas nobles. Muy bien elaborado y presentado, un must de la casa, que tuvo un muy buen acompañante: un pinot noir de Amanya 2006. Para chuparse los bigotes.
De fondo nos entregaron un correcto arroz meloso de pulpo. Un timbal de arroz amarillo (acurcumado) con tiernos y blandos trozos de pulpo. De ahí viene mi comentario de que ésta es una cocina “honesta”. Un buen plato, simple y gustoso sin llegar a cotas de perfección, pero otra vez con una materia prima de calidad: el pulpo. Un producto difícil de elaborar para dejarlo en buenas condiciones de consumo pero acá lograron un plato que sin tener mayor gracia, sus componentes eran de muy buena familia.
Por ahí llegaron unos deliciosos trozos de “tocino de cielo”, ese postre ibérico que nos hace olvidar hasta el nombre que tenemos. Los demás degustamos como postre una tarta de limón con espuma de manzana verde, una versión españolizada del pie de limón, el que acompañamos con Berentzen Apfel, un licor de manzanas de origen alemán que logró dar el punto final a un almuerzo diferente y muy entretenido.
La carta del Manolo’s es grande y muy española. Para darse una idea hay que ingresar a http://www.restaurantemanolos.cl/ y buscar las especialidades que más gustan. Hay incluso un menú diario que podría ser la envidia del barrio. A veces, y a menudo pasa, tenemos ganas de un rato agradable, de un cocktail, una botella de vino o una cerveza para conversar junto a una tapa o un plato de comida. Sin parafernalias ni aspavientos. Si es así, comida rica y casera, de producto y honesta, Manolo’s es una real alternativa. Un lugar como de amigos y para los amigos.
Manolo’s: La Concepción 147, Providencia, fono 236 4655