DARJEERLING
Un café con sabor a té
(Crónica gastronómica interpretativa)
Un café con sabor a té
(Crónica gastronómica interpretativa)
Hoy me enfrenté a la crisis. Mi hijo mayor, mi mecenas y filántropo personal, me rebajó la mesada. – Mira, me contó, estamos todos medios complicados así que por el momento la estás sacando barata. Así que tendrás que contentarte con un poquito más de la mitad hasta que todo se arregle. ¡Qué lata!, pensé. Yo, que me saque la ñoña para educarlo y criarlo, ahora me sale con ésta.
Pero tenía razón. Como leo pocos diarios ya que la prensa está cada día más pobre, no tenía idea las malas noticias que venían del mundo. Suerte la mía que aun puedo contar con mi departamento, la jubilación y un par de pesitos extras para darme uno que otro gusto. Pero ante la adversidad, este veterano se las juega. Llamé a Mathilda que venía recién llegando de sus vacaciones en Iquique y le propuse que nos juntáramos en el Darjeerling, un té-café top design que está ubicado en una de las esquinas más bonitas del corazón del barrio El Golf. Una propuesta nueva que tenía ganas de conocer y aprovechando las buenas temperaturas que aun persisten en la capital y las mañanas templadas, quedamos de juntarnos entre las horas de desayuno y almuerzo, donde seguramente el tinelo estaría con menos clientela, con el fin de conversar, copuchar y hacer planes para lo que resta de mes. Supe también que Andrés Sanhueza, un ex ejecutivo de Sheraton y de la cadena Orient Express en México metió manos en este proyecto. Se nota.
Llegué a la hora donde aun se puede leer el diario ya que después de mediodía éste se añeja. Los que lo leen después de mediodía durante la semana tienen dos posibilidades: o son de los que se levantan tarde o son de los que lo van a leer gratis a una cafetería. Yo, ni uno ni lo otro. Así que aproveché que llegué con anticipación para sentarme en un brigido sillón de color rojo y leer la prensa mientras llegaba Mathilda. Iba a decir “mi enamorada” pero hace unos días me enteré que el enamoramiento era, para los psiquiatras, un “estado temporal de locura”. Y aunque me guste muchísimo, La Mathy no me tiene loco.
La tetería es bonita. De diseño, dirían los food & wine writers. Aproveche mis canas para enfrentarme a una de las dueñas y sugerirle que deberían tener mate. Si. Mate. Esa mezcla de yerba que los argentinos son capaces de matar por beberla a cualquier hora. ¿Y porqué no? En la búsqueda de un estimulante natural sin efectos secundarios ni tóxicos, el mate es actualmente la mejor esperanza. Un energético de mente y cuerpo, fuente natural de nutrición, y un promotor de salud por excelencia (un redbull 3.0). La Yerba Mate fue introducida por los primitivos indios paraguayos y argentinos. Ellos lo usaban para aumentar la inmunización, limpieza de la sangre, entonar el sistema nervioso, restaurar el juvenil color del pelo, retardar la vejez, combatir la fatiga, estimular la mente, controlar el apetito, redu...
- Mathy. ¡Qué gusto verte! Estás mas linda que nunca
- Gracias Exe, tu también te ves estupendo. Parece que te hizo bien Pisco Elqui…
Fue un sólo golpe en el estómago. Dolió. Pronto iría al baño para desprenderme de la runa que me había regalado la flaca que conocí en el Valle del Elqui. Mathy no se inmutó. Era la misma de siempre y alabando el lugar cambió rápidamente de tema.
Pidió una teterita con Morroccan Touch, que es té verde con menta, lavanda y bergamota mientras yo me conformaba con un Vanilla Ceylan tea. Mientras Mathy me contaba sus experiencias y avatares en Iquique. A decir verdad esta parejita de “jóvenes veteranos” nos sentíamos como unos lords y ladys en el Dajeerling. Además, son los momentos ideales para beber un buen té o café sin que nadie moleste. Comimos, a medias, por probarlo más que nada, un sándwich de roast beef con palta, berros hidropónicos, queso Gruyère, algo de ciboulette y mostaza antigua en pan baguette. Un best seller y de los buenos. Si no quedara tan re lejos de mi casa, sería capaz de venir muy seguido a esta tetería. Mathy ya la adoptó como lugar de reunión para los “tecitos” que realiza junto a sus amigas. Todas abuelas ya, pero ninguna como ella. Ustedes no saben cómo regresó de Iquique. Tostadita, rica y cariñosa. Ni comparada con sus amigas.
Nos retiramos antes de la hora de almuerzo. Fue la hora ideal. Muchos parroquianos haciendo cola (fila suena menos ambiguo) para aprovechar los menús ejecutivos de este pequeño ambigú. Es un éxito. Como para volver a leer el diario fresquito del día. Bueno, cómodo, bonito y barato. No se lo pierda.
Exequiel Quintanilla
Darjeeling. Renato Sánchez 3665. Las Condes, fono 228 7797
Pero tenía razón. Como leo pocos diarios ya que la prensa está cada día más pobre, no tenía idea las malas noticias que venían del mundo. Suerte la mía que aun puedo contar con mi departamento, la jubilación y un par de pesitos extras para darme uno que otro gusto. Pero ante la adversidad, este veterano se las juega. Llamé a Mathilda que venía recién llegando de sus vacaciones en Iquique y le propuse que nos juntáramos en el Darjeerling, un té-café top design que está ubicado en una de las esquinas más bonitas del corazón del barrio El Golf. Una propuesta nueva que tenía ganas de conocer y aprovechando las buenas temperaturas que aun persisten en la capital y las mañanas templadas, quedamos de juntarnos entre las horas de desayuno y almuerzo, donde seguramente el tinelo estaría con menos clientela, con el fin de conversar, copuchar y hacer planes para lo que resta de mes. Supe también que Andrés Sanhueza, un ex ejecutivo de Sheraton y de la cadena Orient Express en México metió manos en este proyecto. Se nota.
Llegué a la hora donde aun se puede leer el diario ya que después de mediodía éste se añeja. Los que lo leen después de mediodía durante la semana tienen dos posibilidades: o son de los que se levantan tarde o son de los que lo van a leer gratis a una cafetería. Yo, ni uno ni lo otro. Así que aproveché que llegué con anticipación para sentarme en un brigido sillón de color rojo y leer la prensa mientras llegaba Mathilda. Iba a decir “mi enamorada” pero hace unos días me enteré que el enamoramiento era, para los psiquiatras, un “estado temporal de locura”. Y aunque me guste muchísimo, La Mathy no me tiene loco.
La tetería es bonita. De diseño, dirían los food & wine writers. Aproveche mis canas para enfrentarme a una de las dueñas y sugerirle que deberían tener mate. Si. Mate. Esa mezcla de yerba que los argentinos son capaces de matar por beberla a cualquier hora. ¿Y porqué no? En la búsqueda de un estimulante natural sin efectos secundarios ni tóxicos, el mate es actualmente la mejor esperanza. Un energético de mente y cuerpo, fuente natural de nutrición, y un promotor de salud por excelencia (un redbull 3.0). La Yerba Mate fue introducida por los primitivos indios paraguayos y argentinos. Ellos lo usaban para aumentar la inmunización, limpieza de la sangre, entonar el sistema nervioso, restaurar el juvenil color del pelo, retardar la vejez, combatir la fatiga, estimular la mente, controlar el apetito, redu...
- Mathy. ¡Qué gusto verte! Estás mas linda que nunca
- Gracias Exe, tu también te ves estupendo. Parece que te hizo bien Pisco Elqui…
Fue un sólo golpe en el estómago. Dolió. Pronto iría al baño para desprenderme de la runa que me había regalado la flaca que conocí en el Valle del Elqui. Mathy no se inmutó. Era la misma de siempre y alabando el lugar cambió rápidamente de tema.
Pidió una teterita con Morroccan Touch, que es té verde con menta, lavanda y bergamota mientras yo me conformaba con un Vanilla Ceylan tea. Mientras Mathy me contaba sus experiencias y avatares en Iquique. A decir verdad esta parejita de “jóvenes veteranos” nos sentíamos como unos lords y ladys en el Dajeerling. Además, son los momentos ideales para beber un buen té o café sin que nadie moleste. Comimos, a medias, por probarlo más que nada, un sándwich de roast beef con palta, berros hidropónicos, queso Gruyère, algo de ciboulette y mostaza antigua en pan baguette. Un best seller y de los buenos. Si no quedara tan re lejos de mi casa, sería capaz de venir muy seguido a esta tetería. Mathy ya la adoptó como lugar de reunión para los “tecitos” que realiza junto a sus amigas. Todas abuelas ya, pero ninguna como ella. Ustedes no saben cómo regresó de Iquique. Tostadita, rica y cariñosa. Ni comparada con sus amigas.
Nos retiramos antes de la hora de almuerzo. Fue la hora ideal. Muchos parroquianos haciendo cola (fila suena menos ambiguo) para aprovechar los menús ejecutivos de este pequeño ambigú. Es un éxito. Como para volver a leer el diario fresquito del día. Bueno, cómodo, bonito y barato. No se lo pierda.
Exequiel Quintanilla
Darjeeling. Renato Sánchez 3665. Las Condes, fono 228 7797