OX
OK. TOP
Hay momentos en la vida de un cronista gastronómico que a pesar de todo su bagaje obtenido tras años de profesión, queda atónito ante ciertos productos y cocciones que son más que novedosas. Y si bien es cierto que nunca se termina de conocer productos y cocciones, existen lugares y cocineros que realmente sorprenden.
Daniel Galaz es un chef de poco perfil. Poco mediático, no participa en el circuito de chefs que sobresalen por sus continuas apariciones en la prensa y en televisión. Su seriedad la traspasa a sus preparaciones y sólo sonríe cuando se le alaba o adula. Es la mano derecha de Daniel Avayú, el propietario del lugar y se siente responsable de ello.
“La” parrilla de lujo de Santiago no es sólo carne, aunque ellas son parte del reinado. Un mix de productos del mar y de la tierra son los que encantan a los siempre dispuestos y generosos bolsillos que acuden frecuentemente al lugar. A un ambiente y comodidad fuera de serie se suma un servicio de primera, algo difícil de conseguir en el país.
Pero vamos al grano. Imperdibles son unos ostiones Jumbo (o maxi, mega, súper) que llegan de Canadá a las mesas de Ox. De tamaño increíble y más que sabrosos, destacan en las entradas de la carta. Éstos, sin coral y con una salsa a base de locos, no dejan a nadie indiferente. Superan –por mucho- a nuestros débiles bivalvos y son verdaderamente una novedad por estos lados. Para los más nacionalistas, una ensalada de centolla y palta con un mix de hojas (misuna y albahaca baby) y castañas de Cajú, es también otra alterativa gustosa y muy bienvenida por sus clientes.
El Ox, con tan sólo dos años y tres meses de vida, transformó la forma de comer carne en Santiago. Los cortes novedosos y sus acompañamientos originales le han dado un plus a este restaurante. Por ejemplo, el Petit Tender, que es una parte de nuestro popular asado carnicero, suave y magro, que es acompañado con papas salteadas con tocino y perejil es una de las apuestas más apetecidas. El punto de servicio es perfecto y de un sabor increíble. Lo mismo pasa con otros cortes dignos del más carnívoro de los clientes como el Cow Boy Steak acompañado de puré de zapallo o de sus ya famosas chuletas de cordero acompañado de una moussaka digna de ser servida en el mejor comedor griego.
La carta de vinos, extrema quizá, destaca por la calidad de las etiquetas que ofrece este local. Hay de todo y para todos. Marcas y calidades para regodearse y posiblemente para marearse. Y no solo vinos, ya que espumosos, oportos y una barra de licores de gran gusto, hacen que las horas de almuerzo o cena pasen volando y con un ánimo envidiable.
Rico. Incluso cuando llega a la mesa un popular “algodón” de color rosado, un rescate del folclore nacional que grandes y chicos gozan por igual. En resumen: Una experiencia necesaria para poder opinar de carne, de parrillas, de buena gastronomía y de servicio.
Sólido. El mejor sinónimo que pude encontrar. (Juantonio Eymin)
Ox: Av. Nueva Costanera 3960, Vitacura, fono 799 0260.
OK. TOP
Hay momentos en la vida de un cronista gastronómico que a pesar de todo su bagaje obtenido tras años de profesión, queda atónito ante ciertos productos y cocciones que son más que novedosas. Y si bien es cierto que nunca se termina de conocer productos y cocciones, existen lugares y cocineros que realmente sorprenden.
Daniel Galaz es un chef de poco perfil. Poco mediático, no participa en el circuito de chefs que sobresalen por sus continuas apariciones en la prensa y en televisión. Su seriedad la traspasa a sus preparaciones y sólo sonríe cuando se le alaba o adula. Es la mano derecha de Daniel Avayú, el propietario del lugar y se siente responsable de ello.
“La” parrilla de lujo de Santiago no es sólo carne, aunque ellas son parte del reinado. Un mix de productos del mar y de la tierra son los que encantan a los siempre dispuestos y generosos bolsillos que acuden frecuentemente al lugar. A un ambiente y comodidad fuera de serie se suma un servicio de primera, algo difícil de conseguir en el país.
Pero vamos al grano. Imperdibles son unos ostiones Jumbo (o maxi, mega, súper) que llegan de Canadá a las mesas de Ox. De tamaño increíble y más que sabrosos, destacan en las entradas de la carta. Éstos, sin coral y con una salsa a base de locos, no dejan a nadie indiferente. Superan –por mucho- a nuestros débiles bivalvos y son verdaderamente una novedad por estos lados. Para los más nacionalistas, una ensalada de centolla y palta con un mix de hojas (misuna y albahaca baby) y castañas de Cajú, es también otra alterativa gustosa y muy bienvenida por sus clientes.
El Ox, con tan sólo dos años y tres meses de vida, transformó la forma de comer carne en Santiago. Los cortes novedosos y sus acompañamientos originales le han dado un plus a este restaurante. Por ejemplo, el Petit Tender, que es una parte de nuestro popular asado carnicero, suave y magro, que es acompañado con papas salteadas con tocino y perejil es una de las apuestas más apetecidas. El punto de servicio es perfecto y de un sabor increíble. Lo mismo pasa con otros cortes dignos del más carnívoro de los clientes como el Cow Boy Steak acompañado de puré de zapallo o de sus ya famosas chuletas de cordero acompañado de una moussaka digna de ser servida en el mejor comedor griego.
La carta de vinos, extrema quizá, destaca por la calidad de las etiquetas que ofrece este local. Hay de todo y para todos. Marcas y calidades para regodearse y posiblemente para marearse. Y no solo vinos, ya que espumosos, oportos y una barra de licores de gran gusto, hacen que las horas de almuerzo o cena pasen volando y con un ánimo envidiable.
Rico. Incluso cuando llega a la mesa un popular “algodón” de color rosado, un rescate del folclore nacional que grandes y chicos gozan por igual. En resumen: Una experiencia necesaria para poder opinar de carne, de parrillas, de buena gastronomía y de servicio.
Sólido. El mejor sinónimo que pude encontrar. (Juantonio Eymin)
Ox: Av. Nueva Costanera 3960, Vitacura, fono 799 0260.