SAN PEDRO Y PUERTO FUY
Buena armonía
Beber un vino sin comida es tan complicado como comer sin beber. Dejémosle la tarea de catar vinos sin probar bocado alguno a los sommeliers, a los enólogos y a los wine writers. Nosotros, los dedicados a la gastronomía siempre preferiremos un maridaje, una armonía o incluso un concubinato entre la gastronomía y el vino.
Porque el vino y la comida se llevan bien. Y mejor el buen vino y la buena gastronomía. Se potencian. Se ayudan entre si. Como en la última presentación de San Pedro en el restaurante Puerto Fuy. Tras una explicación del enólogo jefe de la viña, Marco Puyó, los invitados a este lanzamiento disfrutamos de una cena preparada en esta ocasión por Oscar Bermúdez, el chef del World Delicatessen, otro de los restaurantes de Mazzarelli.
Con un tartar de atún con masago, chile dulce, palta y wakame (una alga comestible) partió la cena. Lo acompañaba un Castillo de Molina Sauvignon blanc 2009 del valle del Elqui con sus notas a ají verde, aromático y goloso. Un vino que gracias al lugar de sus viñedos, en el Valle del Elqui, a 20 kilómetros del océano, lo hace diferente y gustador. Su compañía, el atún, perfecta.
Cambio de vino y de plato. Los vinos chilenos ya no le dan la espalda al mar. Un 1865 sauvignon blanc de Leyda sorprende por su mineralizad y una nariz llena de limón de pica. Para acompañarlo, unas machas a la parmesana con queso grana padano, un salteado de tomates y vino blanco. Machas con un vino casi oceánico. La viña esta ubicada sólo a cuatro kilómetros del mar. Una mezcla perfecta y de calidad.
El valle central es para tintos, pensé. Y para un fondo de tierra como fue un filete Rossini con duxelle de hongos, espinacas y foie gras sobre una papa rosti, no podía faltar un tinto. Y esta vez, el ícono de San Pedro. El Cabo de Hornos 2006 cuyas primeras botellas degustamos en la ocasión. Recio y fuerte gracias a su mezcla de cabernet, syrah y malbec, deberá reposar en botella un buen tiempo para conseguir sus máximas propiedades. Está a la venta desde ya “pero para guardarlo”, nos comentaban los expertos. Igual todos dejaron las copas vacías.
Espumoso brut con cassis para el postre, una oda al chocolate, una variedad de sabores chocolatosos de alta gama. Una cena especial, con vinos especiales y con comida de la buena. Como debe ser.
San Pedro se renueva año a año. Los vinos probados más parecen de bodega boutique que una viña de altas producciones. Vinos para beberlos con parsimonia, con calma y con un buen acompañamiento. Una recomendación: los blancos, con ostras… como para volverse adicto.
Puerto Fuy: Av. Nueva Costanera 3969, Vitacura, fono 208 8908