PUERTO FUY
UN NUEVO DESAFÍO
Tras cinco años de éxitos, premios y crecimiento, el Puerto Fuy pasó por un efecto traumático tras el terremoto de febrero pasado. La razón es sencilla. Su propietario principal, el chef Giancarlo Mazzarelli había multiplicado su oferta gastronómica con la apertura del WD, una fábrica de comida preparada y un restaurante en Viña del Mar (Las Olas, en el hotel Sheraton). El terremoto le destruyó casi completo el WD y su fábrica sufrió graves daños. Más aun, el Puerto Fuy, que acostumbraba a tener entre sus comensales a una gran cantidad de extranjeros y similar caso en Viña del Mar, se quedaron sin clientes ya que estos huyeron a sus lugares de origen.
Un damnificado más del 27 de febrero.
Tras dos meses de los acontecimientos y aun esperando los pagos de los seguros para continuar las reparaciones de sus negocios afectados, Giancarlo se recupera y comienza a mostrar su faceta de cocinero y de emprendedor. Supo de comentarios que poco menos lo declaraban quebrado e incluso de personas que querían comprar su local. Sin embargo nada de ello era cierto y el Puerto Fuy no sólo está abierto sino que está recibiendo el regreso de sus clientes nacionales y extranjeros con la misma idea de siempre: sorprendiéndolos.
Aunque su última carta es gustadora, no es de las mejores que han salido de la cocina del Puerto Fuy, pero aun así hay puntos altos que destacar como una maravillosa sopa de choclos con cabritas (si… pop corn), que acompañó el aperitivo. Un acierto de creatividad. Más allá, un mini queso camembert tibio, con uvas y un mix de verdes que sacará suspiros entre los amantes del queso, y un caldillo de congrio (nerudiano, obvio) que acompañado de papitas de colores y cebolla pluma destaca entre lo mejor de los entrantes de la nueva carta.
Si bien los pescados de los fondos (en esta ocasión vieja y albacora) son de gran gusto y perfecta armonía, destaca un asado de tira en dos versiones con puré de peras. Gustador, tiene toda la complejidad que gusta poner en sus platos el chef Mazzarelli. Cocinado en esa cocina lenta y a baja temperatura, la carne es blanda y enjundiosa. Rico.
Panna cotta y frutillas rellenas con queso a la hora del postre. Para acompañar los platos, vinos de varias comarcas y colores, para finalizar con una mezcla de Mumm mendocino y un shot de late harvest Tamaña Sweet Goad. Buen y atento servicio complementa la oferta que ya está preparada para recibir a sus clientes de siempre.
El Puerto Fuy goza de buena salud y por eso lo comentamos en esta columna. Como siempre, hay detalles que mejorar pero la médula está intacta y la concentración del chef también. Ahora, solo falta que regresen masivamente los turistas que tanta falta nos hacen. Y lo bueno es que están llegando de a poco, pero sostenidamente. Y uno de los primeros restaurantes abiertos en la ya gastronómica Nueva Costanera debe sentirse tranquilo ya que tiene lo necesario para que sigamos disfrutando de sus éxitos y bondades (Juantonio Eymin, fotos: Rodolfo Gambetti))
Puerto Fuy: Av. Nueva Costanera 3969, Vitacura, fono 208 8908
UN NUEVO DESAFÍO
Tras cinco años de éxitos, premios y crecimiento, el Puerto Fuy pasó por un efecto traumático tras el terremoto de febrero pasado. La razón es sencilla. Su propietario principal, el chef Giancarlo Mazzarelli había multiplicado su oferta gastronómica con la apertura del WD, una fábrica de comida preparada y un restaurante en Viña del Mar (Las Olas, en el hotel Sheraton). El terremoto le destruyó casi completo el WD y su fábrica sufrió graves daños. Más aun, el Puerto Fuy, que acostumbraba a tener entre sus comensales a una gran cantidad de extranjeros y similar caso en Viña del Mar, se quedaron sin clientes ya que estos huyeron a sus lugares de origen.
Un damnificado más del 27 de febrero.
Tras dos meses de los acontecimientos y aun esperando los pagos de los seguros para continuar las reparaciones de sus negocios afectados, Giancarlo se recupera y comienza a mostrar su faceta de cocinero y de emprendedor. Supo de comentarios que poco menos lo declaraban quebrado e incluso de personas que querían comprar su local. Sin embargo nada de ello era cierto y el Puerto Fuy no sólo está abierto sino que está recibiendo el regreso de sus clientes nacionales y extranjeros con la misma idea de siempre: sorprendiéndolos.
Aunque su última carta es gustadora, no es de las mejores que han salido de la cocina del Puerto Fuy, pero aun así hay puntos altos que destacar como una maravillosa sopa de choclos con cabritas (si… pop corn), que acompañó el aperitivo. Un acierto de creatividad. Más allá, un mini queso camembert tibio, con uvas y un mix de verdes que sacará suspiros entre los amantes del queso, y un caldillo de congrio (nerudiano, obvio) que acompañado de papitas de colores y cebolla pluma destaca entre lo mejor de los entrantes de la nueva carta.
Si bien los pescados de los fondos (en esta ocasión vieja y albacora) son de gran gusto y perfecta armonía, destaca un asado de tira en dos versiones con puré de peras. Gustador, tiene toda la complejidad que gusta poner en sus platos el chef Mazzarelli. Cocinado en esa cocina lenta y a baja temperatura, la carne es blanda y enjundiosa. Rico.
Panna cotta y frutillas rellenas con queso a la hora del postre. Para acompañar los platos, vinos de varias comarcas y colores, para finalizar con una mezcla de Mumm mendocino y un shot de late harvest Tamaña Sweet Goad. Buen y atento servicio complementa la oferta que ya está preparada para recibir a sus clientes de siempre.
El Puerto Fuy goza de buena salud y por eso lo comentamos en esta columna. Como siempre, hay detalles que mejorar pero la médula está intacta y la concentración del chef también. Ahora, solo falta que regresen masivamente los turistas que tanta falta nos hacen. Y lo bueno es que están llegando de a poco, pero sostenidamente. Y uno de los primeros restaurantes abiertos en la ya gastronómica Nueva Costanera debe sentirse tranquilo ya que tiene lo necesario para que sigamos disfrutando de sus éxitos y bondades (Juantonio Eymin, fotos: Rodolfo Gambetti))
Puerto Fuy: Av. Nueva Costanera 3969, Vitacura, fono 208 8908