miércoles, 14 de julio de 2010

BUENOS PALADARES

LAS CRÍTICAS GASTRONÓMICAS DE LA SEMANA

RODOLFO GAMBETTI (Las Últimas Noticias)
(9 julio) LA BOTA DE DONATA (Patio Bellavista, Bellavista 052, local 100, Providencia, fono 248 9747): “en esta luminosa trattoria vale la pena recorrer su carta, desde los sencillos bruschette y crostini, panecillos tostados con aceite de oliva y sabores mediterráneos que nos cambian la vida ($2.500); entradas como pulpo y rúcula, pizzas impecables, pastas rellenas o sencillas, y las apetitosas lasañas boloñesa, de verduras o jaivas. O sencillos tallarines, con salsas de verdad ($6.000). También imperdibles son los postres. Los helados, ni qué decirlo, pero también los sabores clásicos, como el tiramisú de auténtico queso mascarpone ($3.200) y la deliciosa pannacotta ($2.200). Y, por supuesto, a no perderse el café, tema que los italianos dominan y aquí va en serio.”

ESTEBAN CABEZAS (Wikén)
(9 julio) TEMAKI STORE (Antonia López de Bello 0118. Barrio Bellavista, fono 789 5197): “El lugar es lindo, despejado (igual hay una pantalla), sencillo y funcional. La atención es atenta, pero la cocina es leeenta. Tal vez con menos adornos en los platos, el asunto andaría más rápido.” “Ya al ver los primeros temakis quedó en claro que, para apurar la causa y calmar la tripa, había que pedir de inmediato otro. Por ejemplo un spicy ($2.200), con camarón apanado y salsa picante.” “Si aumentan la velocidad y cambian los dispensadores de salsas (que son como de jabón líquido, lo que le daría ataque a un diseñador nipón), este Temaki debiera andar muy bien.”


SOLEDAD MARTÍNEZ (Wikén)
(9 julio) LE FLAUBERT (Orrego Luco 0125, Providencia, fono 231 9424): “No es éste el único restaurante que vincula la temporada invernal con las sopas, pues cada vez se anuncian, en pleno aumento de los fríos, más de estas reconfortantes ofertas. Pero Ximena Larrea ha convertido la suya en un verdadero desafío, pues año tras año se las ingenia para crear nuevas recetas, sin perjuicio de mantener en la carta su sopa de cebolla de enero a diciembre.” “Quizás sorprenda la primera de la lista, porque se advierte que ésta "no es gourmet ni gourmand" y utiliza simples vegetales (repollo, tomate, pimiento, cebolla). Se trata de una versión casera y "light", adecuada para quienes cuidan su "línea". Los que no tengan esa limitación disponen de alternativas más tentadoras: una mezcla de zapallo y camote, aliñados con yogur, nueces, menta y apio; otra de fino sabor, con congrio negro marinado en aceite de oliva, cebolla, laurel, hinojo y cáscara de naranja y luego molido, que se sirve con "rouille", tostadas con salsa de tomate y ajo; de espárragos verdes al estilo thai, con leche de coco y champiñones, o una crema de nuez y tocino, acompañada de quesos camembert, cabra y roquefort, higos y galleta de tomillo.”

YIN Y YANG (La Segunda Internet)
(9 julio) ADRA (Hotel Ritz Carlton, El Alcalde 15, Las Condes, fono 473 7556): “Éste es uno de los mejores restaurantes de Santiago, en buena medida porque lo dirige un chef como Tomás Olivera, que tiene muy claras sus ideas sobre cómo renovar la cocina chilena y las viene poniendo en práctica con singular éxito.” “Así, por ejemplo, en las entradas frías presenta unas machas (impecables en su blandura) coronadas por una especie de caviar elaborado con distintos materiales tan simples como limón, tomate y cebolla, que se van alternando sobre los mariscos y los convierte en pura delicia ($ 7.500), y en las calientes un tradicional chupe de locos en dos formas distintas ($ 8.500), además de un exquisito consomé de champiñones trufados ($ 5.100).” “ materia de carnes las hay variadas, incluyendo de vacuno y también de aves, como dos recetas de pato, en magret y confit (ambas $ 11.500)”

BEGOÑA URANGA (El Sábado)
(10 julio) CÍVICO (Plaza de la Ciudadanía, Santiago Centro): “…Cívico tiene una oferta mucho más refinada que se expresa con sus ceviches, en la tacita de capuchino de erizos y una bruschetta de erizos a la chalaca o el carpaccio de wagyú, con higos confitados, parmesano y vinagreta.” “No pueden dejar de probarse sus platos bicentenarios como el arrollado de huaso con papas mayo, merkén y miel de palma, o el pernil crocante sobre pastelera y queso azul.” En definitiva, un lugar que hay que conocer, con buen servicio y poco público los sábados. Una cocina refinada y novedosa, con una personalidad bien definida, más allá de la carne a la parrilla. Y con el mérito de prestigiar a la gastronomía en un lugar por el que pasan tantos turistas, como los alrededores de La Moneda.”

PILAR HURTADO (Mujer, La Tercera)
(11 julio) AKAI SUSHI (Delivery. Carmencita 106, Las Condes, fono 231 5878): “…probamos el mushroom roll, de champiñón salteado, queso crema envuelto en palta, que estaba rico. También el poco ortodoxo cebiche roll, relleno de cebiche alimonado y cubierto de merkén. A mí me gustó la combinación con el sabor ahumado del merkén, pero a mi madre le cargó. La fritura de los camarones tempura distaba mucho de la fineza habitual de esta preparación y se acercaba más a la de la pescada frita. La salsa que acompañaba me pareció excesivamente salada. El California Eby Crispy, de camarón tempura spicy (no lo sentí picante), queso crema y ciboulette envuelto en sésamo, también estaba OK. El que más nos gustó fue el furay roll, de salmón, queso crema, cebollín envuelto en salmón apanado con salsa unagui (que no sentí). Venían salsa de soya, palitos, jengibre y wasabi, pero no servilletas, cosa que puede complicar a alguien que esté en una oficina, por ejemplo. En suma, la cosa salvó, quizás por el hambre a las 3 de la tarde, pero la verdad es que he comido mucho mejores rolls en otros lugares.”

CÉSAR FREDES (La Nación Domingo)
(11 julio) TRATTORIA DA CARLA (Mac Iver 577, Santiago Centro, fono 633 7712): “El restaurante Da Carla llamado “del centro”, o también Da Carla Trattoría, es para quien escribe el Da Carla más genuino.” “Habiendo una lasagna de mariscos como signo de modernidad, optamos por la de carne, con bolognesa, y ¡eureka!, podríamos jurar que era el mismo relleno de nuestros canelloni de siempre. Suave, untuoso, de una carne clara y una bolognesa sabrosísima. Como la masa de esta lasagna era tan fina y maleable como la masa de nuestros canelloni de antaño, nos pareció volver a los añorados años 70 y encontrar la fuentecita de acero inoxidable con los dos rollitos hirviendo.” “Pero las pastas, nos informan que hechas por la misma maestra de hace treinta años o más, son todas sublimes. Probamos las Mezze Lune Vercellesi, que son unos gigantescos raviolones rellenos con pasta de conejo y espárragos en salsa trufada, y divisamos otro de los clásicos de nuestro tiempo, que se ve idéntico: Ossobuco guisado muy lentamente con rissoto al azafrán por el que juramos volver.” “La otra bendición es que la pasta se siga haciendo allí tan bien como cuando Carla estaba. Es decir, extraordinaria.”