No sé la razón, pero cuando pienso en ferias vitivinícolas, siempre se me viene a la cabeza la que anualmente realiza el hotel Plaza San Francisco. Es posible que la razón sea la antigüedad de este evento (16 versiones) o la cercanía a la primavera. Y en un Santiago en que nos hemos repletado de copias similares, para mí este evento sigue cautivándome.
Generalmente asisto a todas, unas estiradas y otras no tanto; a las del Hyatt, del hotel W, a las de Wines of Chile y otras. A veces estoy sólo un rato y en otras me entretengo más.
¿Qué tiene el vino para ser tan solicitado? Si soy un consumidor común y corriente, el vino lo asocio a la gastronomía. Por el precio de la entrada puedo degustar delicias que pocas veces podría probar. Si soy un experto, me entretendría con las nuevas cosechas y añadas que salen al mercado. Como no soy un consumidor corriente ni un experto, mi visita a estas ferias es un asunto social. No soy de los que ando con una copa paseando y catando vinos blancos, tintos, rosados, iconos, reservas y un cuantuay. A decir verdad, prefiero una mesa bien puesta.
Pero el vino congrega a muchos. Y por eso se realizan estos eventos. Las viñas sacan toda su artillería para convencer a los potenciales consumidores que “sus” vinos son los mejores. Otras, ya más avezadas en esto de las ferias, esconden las botellas íconos para que las degusten sólo los conocedores, sommeliers y critica especializada. Incluso, hay eventos donde se discrimina por el precio de la entrada.
Y eso no me gusta.
Quizá esa sea la razón de que la feria que realiza el Plaza San Francisco me guste más que otras. Hay buena comida y buena bebida (aunque el año pasado se vieron en duros aprietos por la cantidad de público que los visitó). Hay aroma a fiesta… y eso es lo que gusta.
Este año prometen 50 viñas y al menos 300 etiquetas; un bar de piscos; estaciones de comida y la participación de expertos; concursos de cata a cargo de la revista Wain y cenas chilenas en el restaurante Bristol. Además, Axel Manriquez en conjunto con otros chefs Toques Blanches cocinarán “en vivo” durante los días de la feria.
Acérquese por el Plaza San Francisco durante esas templadas noches de finales de mes. Será una buena forma de seguir celebrando nuestro bicentenario en un lugar lleno de tradición. Aquí comenzó a hacerse famosa la cocina chilena de mantel largo. Aquí también comenzaron las ferias de vino que hoy inundan el país pero que tuvieron como referente al hotel Plaza San Francisco. Los que hace 16 años formaron esta feria ya no están, pero hay sangre nueva que quiere darle un nuevo impulso a este evento que ya tiene fecha fija en el calendario anual de eventos que se realizan en Santiago.
Anótelo. Miércoles 29, jueves 30 de septiembre y viernes 1 de octubre desde las 19 horas. Las entradas están a un valor de $ 14.900 con un sinfín de medios de pago con descuento.
¿Nos vemos allá? (Juantonio Eymin)
Hotel Plaza San Francisco: Alameda 816, Santiago Centro, fono 639 3832