miércoles, 15 de diciembre de 2010

BUENOS PALADARES

LAS CRÍTICAS GASTRONÓMICAS DE LA SEMANA

SOLEDAD MARTÍNEZ (Wikén)
(10 diciembre) NIPPON (Orrego Luco 040, Providencia, fono 234 0101): “La tendencia de algunos restaurantes orientales a preparar simultáneamente la cocina de varios países me produce instintiva desconfianza.” “En materia de sushi, elegimos tres tipos de rolls de ocho bocados cada uno, con láminas de jengibre, wasabi y soya: California ebi (camarón y palta envueltos en sésamo, $2.400), almond (pollo, queso crema, almendras tostadas, envueltos en palta y salsa teriyaki, $3.400) y sake cheese (salmón, palta, queso crema, envueltos en palta, $3.200), todos correctos. De la escasa y poco novedosa lista china, un costillar cantonés cortado en dados más bien duros con cebolla y otros vegetales salteados ($4.790). En el menú tailandés estuvo lo mejor: el pad thai curry ($4.790), un simple y buen arroz picante que alcanzaba holgadamente para dos comensales, con trozos de pollo, unos cuantos camarones chicos, muchos champiñones en delgadísimos cortes, brócoli y cebollines.”

RODOLFO GAMBETTI (Las Últimas Noticias)
(10 diciembre) SQUADRITTO (Rosal 332, Barrio Lastarria, fono 632 2121): “Cocina italiana de mantel blanco, con servicio solícito, con personal preocupado de dar buen servicio. Parece fácil, pero es para destacar. Decoración recordando la Italia clásica, la Roma eterna. Platos tradicionales, ya se trate del antipasto de la casa, tentador y variado, una provoleta al pomodoro, de pastas rellenas que saben encontrar combinaciones novedosas y rescatar la frescura y calidad de productos. Como los pansotti al merkén, rellenos de cordero, magníficos. O el risotto Calbuco, con locos y camarones. Buen surtido de vinos y licores, empezando por un atractivo pisco sour y la música italiana de siempre como fondo.” “Un menú en la semana, y platos de fondo entre $7.000 y $ 8.000, que bien valen lo que cuestan. Y el estilo se conserva hasta en los postres, cuyo surtido incluye atractivas crepes suzette al Grand Marnier, el tradicional zabaglione de yema de huevo y el inevitable tiramisú, de queso mascarpone, por cierto. Como se espera de un auténtico clásico.”

YIN Y YANG (La Segunda Internet)
(10 diciembre) ZAFRÁN (Hotel Radisson Petra La Dehesa, Av. Comandante Malbec 12851, fono 937 4100): “El establecimiento, con poco más de cien habitaciones, amplios espacios comunes, una decoración sobria en tonos blanco, gris y negro, y espléndida vista a la cordillera, tiene en el restaurante “Zafrán” una prueba de la notable diversidad que Franck Dieudonné es capaz de ofrecer sin abandonar su característica formación gastronómica francesa. Así opta por dar muestras para muchos desconocidas de una vertiente algo abandonada entre nosotros (salvo por la colonia sirio-palestina) de la comida mediterránea. Para ello combina, por ejemplo, entre otras facetas de esa región, platos clásicos galos, como el magret de pato moulard ($ 9.900), con keftedhes (pequeñas y crujientes croquetas de ternera con pasta de berenjena, pimiento, queso de cabra y tahine ($ 5.400, para dar una idea de los precios), que evocan las costumbres norafricanas y del Medio Oriente.” “Sin embargo, lo que merece destacarse es la extrema perfección de cada receta, donde cuesta mucho decidir cuál es superior a las demás, porque todas han sido elaboradas con extremo rigor y un atractivo diseño. No nos cabe duda de que éste será pronto uno de los establecimientos más cotizados de Santiago.”

BEGOÑA URANGA (El Sábado)
(11 diciembre) CUEROVACA (El Mañío 1659, Vitacura, fono 206 3911): “Cuerovaca es, a estas alturas, algo más que un restaurante. Es casi como un club de la carne, un lugar que reúne y congrega a los amantes de este tipo de comidas, donde hay clases de parrilla, maridajes y eventos de empresas.” “Fue de los primeros lugares que ofreció las ensaladas aliñadas al gusto de cada comensal, en las manos de expertos garzones. Sus carnes se ofrecen en cortes argentinos, como el maravilloso ojo de bife, o a la chilena, en el que no falta la típica entraña. Las mollejas, hay que decirlo, exquisitas, a la parrilla y crujientes: toda una experiencia.” “Definitivamente, un imperdible con mucho aire a club.