miércoles, 19 de enero de 2011

BUENOS PALADARES

LAS CRÍTICAS GASTRONÓMICAS DE LA SEMANA

SOLEDAD MARTÍNEZ (Wikén)
(14 enero) LA BOTA DE DONATA (Constitución 30, locales 100 y 101, Patio Bellavista, fono 248 9747): “La bota de Donata se declara mediterránea, posee un claro acento italiano y se beneficia de su vinculación con los buenos helados Il Maestrale.” “En las recetas que probé había, como suele ocurrir, virtudes y defectos. El carpaccio de pulpo en finas tajadas cubría el fondo del plato con un atractivo diseño como de vitral, adornado con algunas alcaparras y hojas verdes, pero el marisco tenía exceso de limón y ausencia de otros aliños, que un poco de aceite de oliva bastó para remediar ($6.100).” “Finalmente, nos gustó una abundante presa de cordero estofado con su hueso, que evocaba la cocina casera con laurel y otros aliños, y se acompañaba, como se está haciendo frecuente, de papas molidas toscamente ($7.900).”

ESTEBAN CABEZAS (Wikén)
(14 enero) IT (Isidora Goyenechea 3215, Las Condes, fono 231 7879): “…lo fuerte son ensaladas y sándwiches, pero no es barato y no tendría por qué serlo. Todo pinta para bien, desde el mismo instante en que se parte con unas Papit's = papas fritas en gajos, con cáscara, salsa de queso, salsa agria y salsa de carne ($4.800).” “Hay también una hamburguesa de centolla (podría llamarse cangreburguer ¿no?), un sándwich con mechada, otro con albóndigas, unas opciones más light, otra con tofu y, en general, harto ingenio bien aplicado entre dos panes.” “Amerita segunda visita, en plan grupal. O de viudo de verano: tienen su buena barra."

RODOLFO GAMBETTI (Las Últimas Noticias)
(14 enero) LOS GORDOS (Camino El Bajo 17650, El Arrayán, fono 321 5525): “Especialmente en verano este refugio cordillerano combina la sombra con el sonido del agua y compensa recorrer el camino del Bajo, en la ribera norte. Un luminoso comedor ofrece una atractiva carta con carnes, pescados (trucha), mariscos y hasta cerezas Jubilee de postre, que están en plena época (promedio por persona, entre $8.000 y $12.000). Sigue Patricia, con el mismo espíritu de contagiosa amistad que los hizo pioneros de la gastronomía en el pie de monte capitalino.”

BEGOÑA URANGA (El Sábado)
(15 enero) GEORGE (Vitacura 8014, fono 984 6172): “Un lugar sencillo, agradable y con muchas imágenes de todos los Georges famosos que han hecho historia. Desde George Harrison a George Soros, pasando por la más increíble variedad de George que dan nombre a las especialidades de una carta basada en sándwiches y picoteos. La hamburguesa, bien, pero nada para morirse. Sin mucha personalidad, y a estas alturas hay que diferenciarse. Este sentimiento acompañó a cada uno de los platos pedidos. Todo correcto, pero sin estilo, sin sabor definido y con algo de decepción. Las alitas de pollo con salsa barbecue, correctas, gorditas, aunque se puede morir sin probarlas. ¿Será que están comenzando? ¿O que les falta encontrar el punto? Su carta, llena de esas cosas tan gringas que encantan, debería tener un sabor más pronunciado.”

DANIEL GREVE (Qué Pasa)
(15 enero) ASIAN BISTRO (Boulevard Parque Arauco, fono 220 1430): “A menudo nos encontramos con restaurantes que se tropiezan consigo mismos. Asian Bistro, que tuvo un debut muy bueno y que aún mantiene una puesta en escena sobresaliente para su contexto, hoy vive un letargo del que se resiste a despertar.” “…sólo salva la escena el Curry de camarón y coco ($ 7.800) que -aunque dice venir con arroz jazmín (no lo es) y se echan de menos sabores autóctonos tailandeses, como el de la lima kaffir, galangal o lemon grass- entrega una mezcla de sabores relativamente convincente, con el dulzor y picor justos, buen caldo, rica consistencia y, en términos de técnica, ad hoc. Ese curry, a pesar de sus falencias, se come y agrada.”

CÉSAR FREDES (La Nación)
(12 enero) MAGDALENA (las Urbinas 27, Providencia): “La voluminosa, sabrosa, caliente frica vino dentro de un pan ciabatta, o italiano, también grande y muy bueno y las tres se pidieron con chucrut, de acuerdo a la receta original, y variablemente con palta, tomate y mayonesa.” “Las tres gigantescas y muy buenas fricas con sus agregados, más tres cervezas, costaron $12.900, precio bien prudente debido a la calidad y cantidad.” “El Magdalena está justo al lado de la librería Catalonia, a pasos de Providencia, en una calle tranquila y muy cerca del Drusgstore.
Los sándwiches son muy buenos (veremos próximamente los platos), pero es impresentable que un lugar como ese, que pretende ser alemán, no tenga schop y todas sus cervezas y vinos sean de una misma distribuidora.

PILAR HURTADO (Mujer, La Tercera)
(16 enero) MARIA DEL MAR (El Mañío 1665, Vitacura, fono 717 3876): “Picoteamos un muy personal cebiche de corvina, que traía habas, palta, cebolla morada, tomate y salmón, bien rico. También un tártaro de atún con almendras y sésamo negro, nada especial. Las empanaditas de carne mechada y queso roquefort en masa de wantán y con salsa de pimentón nos parecieron de vicio, crujientes y muy buenas, así es que volaron mientras nos poníamos al día. De fondo probamos un mahi mahi (pescado de Isla de Pascua) con una pastelera tan rústica que me pareció excesiva en hollejos, y un chutney de tomates reguleque, por usar una palabra de moda. También una ensalada verde con camarones envueltos en masa de wantán y fritos, los que lamentablemente se enfriaron rápido al contacto con la ensalada y perdieron su 'crujencia'. A la hora del postre nos tentamos con una algo fuerte mousse de roquefort -demasiado firme para ser mousse- con berries y helado de frutos del bosque. La mousse de chocolate, cuya base nos pareció de chirimoya, estaba bien rica.”

CARLOS REYES (Unocome.cl)
(18 enero) MAMUT (11 de Septiembre esq. Guardia Vieja): “Oriundos de Concepción como cadena, se enfocaron a entregar un recetario que se acerque lo más posible a un estándar de calidad de comida norteamericana, que está un poco más abajo de la comida gourmet, pero también bastantes peldaños más arriba de lo que habitualmente conocemos como fast food. Imitaron todo: la precisión matemática e industrial en la preparación de las recetas, el tratamiento de los productos, la rapidez en el servicio y una ambiente cómodo, sin pretensiones y con una estética definida, pensando en un espacio dispuesto a servir a grandes masas de personas, ávidas de comer contundente y barato.”