DE OLIVAS Y OLIVOS
Iba con preocupación la semana pasada a una cata privada de un nuevo aceite de oliva. Preocupado ya que una información publicada en la revista UVA, que Jumbo reparte a sus mejores clientes, afirmaba que los aceites de olivas chilenos ya no son lo que eran antes. Que había una cierta despreocupación por el producto y que muchos de los aceites que fueron de alta categoría, últimamente han bajado su calidad y el oro líquido ya no brilla tanto.
Nunca he creído en los premios que entregan en diferentes partes del mundo a los aceites de oliva. Muchos de ellos están entregados por “acuerdos de colaboración” entre la productora y la autoridad que entrega el galardón.
“Apunta a rancio”, escribe el autor del artículo. “Un escenario gris para el aceite chileno” predice. Y le creo. El ansia de vender volúmenes fue mayor a la necesidad de mantener la calidad. ¡Con razón mis aprensiones no eran de las mejores antes de la cata!
Mirador de Alcones se llama el producto. Campos propios en la sexta región y almazara en sus terrenos, aseguran un aceite de buena calidad. Aparte de ello, todo lo que nos cuentan los elaboradores de aceite de olivas chilenos. Pero con una salvedad… aun no están contaminados con hacer del aceite un negocio de grandes rentabilidades.
Tenían muchas muestras guardadas y les pedí que abriéramos una botella al azar.- A mi azar, les dije, y escogí dos botellas que no estaban a la vista. Nada de vasitos azules para degustar los que mutaron a unos mini vasos plásticos. Arbequina fue mi elección y Koroneiki en un blend. Tras los rituales de rigor, la cata, o prueba, realmente tal. Mejor Arbequina que la Koroneiki. Buen sabor, untuosidad, frescura y con un leve picor en el retrogusto. Buen producto para añadir a una ensalada sin perder las propiedades organolépticas de las verduras. Rico también para unas verduras grilladas y para un salmón unilateral. La Koroneiki sirve para untar el pan, les comenté. Es muy invasiva esa variedad.
No soy fanático del aceite de oliva pero le encuentro algunas ventajas. Me gusta en algunas ensaladas y en uno que otro plato fuerte. No concibo que un tiradito o un cebiche naden en ese aceite ya que pierden parte de su naturaleza. Me gusta cuando es hábilmente aplicado para hacer un par de huevos fritos o cocinar algo fino. No creo que sirva para todo y que sea la cura para todos los males.
Y más propiedades: tengo una amiga, propietaria de un gran restaurante en Santiago, que ocupa aceite de oliva para desmaquillarse… y no tiene una arruga.
Dentro del descalabro que esta quedando gracias a las ventas por volumen y no por calidad de nuestro aceite de oliva, hay que pensar que aun hay buenas expresiones en nuestro país y a precios convenientes. Mi percepción es que Alcones (y por lo menos este año ya que la vida sube y baja) es un gran producto que merece mis respetos.
Por lo menos este aceite no tiene medallas truchas. Y por ello pienso bien de sus creadores. (JAE)
http://www.alconesolive.com/