APERITIVO A LA ITALIANA
Una vieja casona de adobe de la Avenida Italia, restaurada y mejorada, alberga desde hace unos meses al restobar L’Aperitivo, que junto a otras tiendas de moda, diseño y librerías están dándole un plus más a la gentil oferta del Barrio Italia, ese de anticuarios, talleres y turismo juvenil.
Y la historia es corta. La italiana Bruna Panetta conoce en Buenos Aires a Cristian Céspedes, un chileno trotamundos que vivía en Europa y que visitaba Argentina. Se enamoran y tras regresar por un tiempo al país de la bota, deciden venirse a Santiago a probar suerte. Comienzan a vivir en un alto departamento en las inmediaciones del Hipódromo Chile y a las 3,30 de la mañana de un 27 de febrero, les cambió la vida. Bruna nunca en su vida había sentido un temblor y lo que vivió esa noche fue horrendo. Venía un hijo en camino y todas las esperanzas se fueron al suelo. Quiso volver a Italia de inmediato, pero Cristian estaba empecinado con su tierra. Ganó Cristian y Bruna, ya viviendo en un primer piso en el Barrio Italia, tuvo a su hijo y se convenció de que acá podrían hacer grandes cosas.
Y les llegó la oferta de instalar un restaurante en esta casona refaccionada. Les gustó el lugar y se embarcaron en un negocio que no conocían. Bruna sabía de cocina gracias a la nona, y nada más. Y fue como la suerte del principiante. Se tiraron a la piscina y les fue bien.
Pero, ¿qué los diferencia del resto de los lugares italianos de la ciudad? De partida el ambiente del lugar. Fresco en verano y cálido en el invierno gracias a una especial calefacción. Precios económicos para una carta de origen itálico y “el aperitivo”, idea que importaron para bendición de los nacionales que ya la conocen y se han convertido en asiduos del lugar. La idea, proveniente de Turín, convence. De lunes a sábado, desde las 18.30 a las 22 horas y por $ 4.900, hay diez platillos a disposición de los comensales para comer lo que deseen y cuantas veces lo requieran e incluye una copa de vino, cerveza o un cóctel. Platillos típicos italianos. El día de mi visita había tortilla de espinacas, aceitunas, alitas de pollo, cebiche de pepino (maravilloso), embutidos, laminitas de cerdo, bruschetas y un platillo caliente, que varía entre pasta o risotto. A mediodía tienen un almuerzo con un menú de dos platos y postre, más una copa de vino por $ 3.900, y sólo los sábados al almuerzo tienen comida a la carta con platos más elaborados.
Gusta y entretiene. Mezcla de culturas ya que alrededor del lugar existen hostels para turistas que encuentran en este lugar diversión y comida a precios módicos, aparte de toda una generación que está llegando al barrio Italia gracias a la oferta que se está armando en esta zona. Gusta ya que sus propietarios están tan involucrados en el negocio que ellos mismos atienden y entretienen a los comensales. Gusta ya que Bruna ofrece clases gratis de italiano y todos los jueves y viernes se presentan grupos de jazz o bosanova.
Es tan atípico el lugar que uno se transporta sin querer a otra ciudad del mundo. Un boulevard con tiendas de diseño y librería que da gusto conocer. Un lugar donde todos se hacen amigos y convergen múltiples nacionalidades. Sociabilizar mientras se bebe un Aperol Spritz (Aperol + rodela de naranja + prosecco), es sencillamente maravilloso.
Para estas noches de verano, imprescindible (Juantonio Eymin)
L’Aperitivo: Av.Italia 1152 (a una cuadra de Santa Isabel), Providencia, Celular 9- 9404906.
Una vieja casona de adobe de la Avenida Italia, restaurada y mejorada, alberga desde hace unos meses al restobar L’Aperitivo, que junto a otras tiendas de moda, diseño y librerías están dándole un plus más a la gentil oferta del Barrio Italia, ese de anticuarios, talleres y turismo juvenil.
Y la historia es corta. La italiana Bruna Panetta conoce en Buenos Aires a Cristian Céspedes, un chileno trotamundos que vivía en Europa y que visitaba Argentina. Se enamoran y tras regresar por un tiempo al país de la bota, deciden venirse a Santiago a probar suerte. Comienzan a vivir en un alto departamento en las inmediaciones del Hipódromo Chile y a las 3,30 de la mañana de un 27 de febrero, les cambió la vida. Bruna nunca en su vida había sentido un temblor y lo que vivió esa noche fue horrendo. Venía un hijo en camino y todas las esperanzas se fueron al suelo. Quiso volver a Italia de inmediato, pero Cristian estaba empecinado con su tierra. Ganó Cristian y Bruna, ya viviendo en un primer piso en el Barrio Italia, tuvo a su hijo y se convenció de que acá podrían hacer grandes cosas.
Y les llegó la oferta de instalar un restaurante en esta casona refaccionada. Les gustó el lugar y se embarcaron en un negocio que no conocían. Bruna sabía de cocina gracias a la nona, y nada más. Y fue como la suerte del principiante. Se tiraron a la piscina y les fue bien.
Pero, ¿qué los diferencia del resto de los lugares italianos de la ciudad? De partida el ambiente del lugar. Fresco en verano y cálido en el invierno gracias a una especial calefacción. Precios económicos para una carta de origen itálico y “el aperitivo”, idea que importaron para bendición de los nacionales que ya la conocen y se han convertido en asiduos del lugar. La idea, proveniente de Turín, convence. De lunes a sábado, desde las 18.30 a las 22 horas y por $ 4.900, hay diez platillos a disposición de los comensales para comer lo que deseen y cuantas veces lo requieran e incluye una copa de vino, cerveza o un cóctel. Platillos típicos italianos. El día de mi visita había tortilla de espinacas, aceitunas, alitas de pollo, cebiche de pepino (maravilloso), embutidos, laminitas de cerdo, bruschetas y un platillo caliente, que varía entre pasta o risotto. A mediodía tienen un almuerzo con un menú de dos platos y postre, más una copa de vino por $ 3.900, y sólo los sábados al almuerzo tienen comida a la carta con platos más elaborados.
Gusta y entretiene. Mezcla de culturas ya que alrededor del lugar existen hostels para turistas que encuentran en este lugar diversión y comida a precios módicos, aparte de toda una generación que está llegando al barrio Italia gracias a la oferta que se está armando en esta zona. Gusta ya que sus propietarios están tan involucrados en el negocio que ellos mismos atienden y entretienen a los comensales. Gusta ya que Bruna ofrece clases gratis de italiano y todos los jueves y viernes se presentan grupos de jazz o bosanova.
Es tan atípico el lugar que uno se transporta sin querer a otra ciudad del mundo. Un boulevard con tiendas de diseño y librería que da gusto conocer. Un lugar donde todos se hacen amigos y convergen múltiples nacionalidades. Sociabilizar mientras se bebe un Aperol Spritz (Aperol + rodela de naranja + prosecco), es sencillamente maravilloso.
Para estas noches de verano, imprescindible (Juantonio Eymin)
L’Aperitivo: Av.Italia 1152 (a una cuadra de Santa Isabel), Providencia, Celular 9- 9404906.