NUESTRO PATIO AZUL
De chicos nos enseñaron que lo que venía del mar, de nuestro Pacífico, era bueno y saludable. Que comer pescados y mariscos era fuente de omegas y sabiduría. A pesar de que a las tres horas ya estábamos con hambre nuevamente, aprendimos a comerlos.
Muchos nos hicimos adictos a la comida que nos ofrece nuestro mar. Desde la humilde jaiba, esa depredadora de toda la basura que llega al fondo marino, a otras especies gigantes como el atún y la albacora, que ahora resulta que están contaminadas con mercurio, según informó una ONG que obtuvo (gracias a la ley de transparencia) los datos de un informe que tenía guardado el Ministerio de Salud.
Pero el tema es mundial y lleva años en el tapete. El mercurio se forma naturalmente en el medio ambiente y también puede ser emitido al aire por medio de la contaminación industrial. El mercurio cae del aire y se acumula en corrientes fluviales y océanos y es convertido en mercurio metílico en el agua. Este es el tipo de mercurio que puede ser dañino para un bebé que aún no ha nacido o un niño pequeño. Los peces absorben el mercurio metílico a medida que se alimenten en dichas aguas y el mismo se acumula en sus cuerpos. El mercurio metílico se acumula más en algunas variedades de peces y mariscos que en otros, dependiendo del pescado que se coma, por eso los niveles varían.
Según las autoridades de salud, el resultado del estudio realizado en Chile corresponde a once muestras de pescados provenientes de los puertos de San Antonio en la Región de Valparaíso y Talcahuano en Bío-Bío.
La situación es grave si se considera que esta toxina puede alterar el desarrollo cerebral en los niños y la salud cardiovascular en los adultos.
Nuestro patio oceánico se está ensuciando. Habrá que ser más cauto y por ahora sacar algunas conclusiones. Por el momento el ojo esta puesto en la albacora, el atún (aunque sea en tarro) y el mero de profundidad.
Delicado tema que es nuestra obligación divulgar. No es para alarma nacional pero si una advertencia. ¿Qué viene más adelante? Ahí está el misterio.