DEJATE BESAR
Los barrios están recuperando su público
Este es un buen dato. A decir verdad, un buen dato y un buen restaurante. Posiblemente una ayuda a las miles de personas que viven en el sector de La Dehesa, Lo Barnechea, Los Trapenses y toda una nueva generación de construcciones que llegan a los pies del Camino Andino. No tenemos que ser agoreros para saber que la Ley de Tolerancia Cero llegó para quedarse. Nadie la va a cambiar. Antes, cualquier vecino de esos barrios bajaba raudamente a Isidora Goyenechea o Nueva Costanera a cenar y tomaba lo necesario para regresar a casa sin problemas mayores. Hoy eso es un peligro ya que el nivel 0,3 es muy peligroso. ¿Qué es un 0.3 de alcohol en la sangre cuando ni siquiera sabemos cual es la temperatura corporal o nuestra presión sanguínea?
Ante la duda, abstente, dice el refrán. Y ante una patrulla de carabineros, es mejor quedarse en casa. Pero como ello no es humano, muchos están moviéndose por sectores que están cerca de sus hogares y se entregan en las manos de un taxista. Y se esta produciendo un fenómeno más que interesante. Los barrios están cobrando vida. Se están revitalizando.
Y dentro de estos renovales, el Déjate Besar tiene mucho que contar. Ubicado en el corazón de Lo Barnechea y en el piso superior del edificio del Cuerpo de Bomberos de esa comuna, el restaurante de Tito Garretón está preparado para la nueva avalancha de clientes que se avecina. De partida, ya inauguró sus almuerzos, donde por $ 6.990, las féminas, en su gran mayoría, optan por una ensalada y un fondo de pasta, sin obviar las diarias ostras y erizos frescos que mantienen permanentemente en oferta. De noche la cosa es más elaborada y para ello está (ahora de chef) Tito Garretón, quien presenta un set de platos fríos y calientes de buena factura, como unos deliciosos choritos a la francesa (sin papas fritas), pero con un sustancioso caldo de vino blanco. (Con ese “caldito” creo que superamos los 0,3 de la Tolerancia Cero).
La carta es amplia y generalmente los mejores platos salen de las manos de Garretón, quien aparte de ser propietario oficia de buen cocinero. Con un bar de cócteles y vinos bastante abastecido y un servicio correcto, al son de un Amaral sauvignon blanc degustamos un perfecto chupe de locos, donde nada faltaba… ni nada sobraba.
Velas iluminan cada una de las mesas. No es un lugar luminoso, más bien es un escape gastronómico íntimo pero que no intimida. Grupos de mujeres solas en mi visita y nadie las molesta. Poca luz, pero una seguridad tremenda, me comenta Tito Garretón. Y le creo.
Vuelvo a la realidad con una trilogía de pastas (panzotti, agnolotti y tricornio rellenos con jaiba, locos y camarones), con salsa de tomates casera y camarones ecuatorianos de buen calibre. La pasta es uno de los fetiches del chef y realmente valen la pena.
Mala suerte con un trozo de ternera recocido. Era el último plato y supuestamente el más importante de la noche pero se les pasó el punto de cocción. ¿Condenable? No. Solamente una pena ya que la ternera no es algo que se come todos los días y debería salir perfecta de la cocina. ¿Pero, quien es perfecto cuando setenta clientes esperan sus platos?
Definitivamente no somos un país donde los postres sean insuperables. En este caso, correctos y muy de gusto femenino. Una marquis de chocolate y un semifrío de limón con frutos del bosque que no aportan nada nuevo a la carta de los restaurantes.
Buen lugar, buenos cócteles, un ambiente tremendamente agradable y una sensación de paz luego de salir del lugar. Buenos estacionamientos (para los que no beben) y una atractiva carta esperan a los comensales del barrio. Los precios, justos. No pecan de elevados ni son de picada. Siete mil pesos como promedio para las entradas y nueve mil para los fondos y taxis a disposición para burlar la Tolerancia Cero. Un ambiente entretenido y días con música en vivo. ¿Qué más espera? (Juantonio Eymin)
Déjate Besar: Av. Raúl Labbé, 12863, Lo Barnechea, fono 955 3214