MIS APRONTES PARA EL
2013
Creo que es una mezcla de los dos conceptos. Nos da
añoranzas recordarnos de las cosas bellas y un poco también de sadismo cuando
recordamos las desgracias. No nos bastaron las Olimpiadas de Londres ni el desastre
de la selección… queremos ver nuevamente las fotos y las imágenes de todo. No
nos bastó estar una semana pegados al televisor para ver los goles de Messi;
queremos nuevamente que exista un fin del mundo Maya, que se termine la
Tolerancia Cero y que no cierren el San Remo. Queremos ver sangre (y no prietas
precisamente), para finalizar un año… ¡que por fin se nos va!
Con tantos años a cuestas les puedo decir que nada se
termina ni cambia este Primero de enero. Solo cambia el calendario, el color
del pelo, las arrugas y el genio. El resto, todo sigue igual. Ni los chinos,
con sus años dedicados a los animales y donde este 2013, según sus creencias,
será el año de la serpiente, han logrado cambiar nada. Bueno, ellos a su manera
tienen al mundo colgando de un coco, pero eso no tiene nada que ver con el
horóscopo.
Lamento decirlo, pero ni los calzones amarillos ni las
vueltas a la manzana con una maleta cambiaran las cosas. Menos las doce uvas y
las tres cucharadas de lentejas, que sumado al champagne y a la cena de año
nuevo, lo único que le prometen es una caña y una indigestión de las poderosas
este caluroso 1 de enero. A decir verdad, váyase por lo sanito la noche final.
Si tanto le agradan, vea los resúmenes que estarán a la orden del día en la
televisión. Beba moderado y no como cosaco ya que su hígado se lo agradecerá al
día siguiente. Y si bebe, no maneje. Por tres lucas lo llevan a su casa sano y
salvo y no aparecerá el miércoles en La Cuarta.
Si va a un hotel o restaurante a cenar la noche de Año
Nuevo, no piense que todo está ahí para comérselo y/o bebérselo. Váyase
tranquilito por las piedras y disfrute la noche. Para ser sincero, si se le
apaga el televisor temprano y al día siguiente no se acuerda de nada, habrá
perdido gran parte del festejo y ni se le ocurra preguntar por qué este año no había
fuegos artificiales. Estuvieron mejores que nunca, pero usted nunca los vio.
Es una fiesta más y espero que la disfrute. A decir
verdad, yo haré lo mismo que ustedes y quizá algo más, pero el jefe quería que
este mensaje tuviera un trasfondo más civilizado. Feliz 2013 a todos. Realmente
me veré mono con los boxers amarillos que me regaló mi paquita para Navidad,
además que de todos modos agarraré la primera maleta que encuentre para dar una
vuelta a la manzana mientras me como las uvas y las lentejas. No creo en
brujos, Garay, pero que los hay, los hay.