CRÓNICAS CON FECHA DE VIGENCIA
En la fachada del restaurante Como Agua para el Chocolate, en pleno barrio Bellavista, llama la atención un letrero instalado hace años con el símbolo de los 7 tenedores que algún día le otorgó la critica gastronómica de la revista Wikén. Casos como este hay varios y no faltan en la prensa. Ello dio pie para que un grupo de cronistas analizara la situación y los problemas que acarrean los comentarios a restaurantes, llegando a la conclusión que lo mejor es ponerle vigencia a la nota respectiva. Así, los “listos” que pretenden vivir a perpetuidad con un comentario positivo, tendrán que esforzarse para ganárselo de ahora en adelante.
Más aun: el auge de Internet ha promovido esta práctica, ya que son muchos los que antes de visitar un establecimiento buscan referencias del lugar. En la red aparecen infinidad de críticas (obvio que sólo las buenas), y si el cliente no logra satisfacer sus expectativas, los dardos los dirigen al que escribió la crónica respectiva. En Lobby consideramos justo que se mencione una fecha de caducidad del comentario ya que nuestra gastronomía sufre –en un buen porcentaje- de un bipolarismo desmedido. Muchos se quedan colgados en las estrellas y como ven que aun tienen clientela, no se esfuerzan en lo más mínimo por mejorar su cocina o servicio. Además, como saben que la crítica no lo visitará al menos durante un año, aprovechan la sinergia de los comentarios positivos sin importar si el producto ha decaído o simplemente ya no es como era antes.
Es por ello que la práctica de poner fecha de vigencia a los comentarios gastronómicos también será parte de nuestros artículos. Si deseamos una gastronomía seria y eficiente, este es un gran paso para seguir profesionalizando al sector.