martes, 28 de mayo de 2013

BUENOS PALADARES

CRÓNICAS Y CRÍTICAS
DE LA PRENSA GASTRONÓMICA

LAS ÚLTIMAS NOTICIAS
RODOLFO GAMBETTI
(Mayo) BRISTOL (Hotel Plaza San Francisco, Av. B. O´Higgins 816, Santiago Centro, fono 2639 3832): “Quien diga que la cazuela no puede ser un plato refinado, no ha probado la de ossobuco y salsa verde que prepara el céntrico restaurante Bristol, del Hotel Plaza San Francisco. Allí se ofrece una alternativa a la carrera acelerada sin tiempo para sentir, conversar ni vivir.” “Entre los mármoles, telas y decorados de este tradicional hotel, los platos chilenos tienen lugar de importancia en la nueva carta de invierno. Que aprovecha productos notables, desde uno porotos señorita (combinados de rojo y blanco), y otras cosechas que se producen sólo en ciertas regiones del país de variedades poco conocidas de hongos, algas, frutas o verduras.” “Como entradas vale la pena probar un confit de pato, en dos versiones: sobre flan de zapallo camote, y en triturado de champiñones y aroma de trufa ($9.800). También se ofrecen codornices en tres cocciones, locos en tres presentaciones, tártaro de lenguado. Degustaciones complejas que armonizan, como su crema de papas llanquihuanas con ajo chilote y cancato de sierra ahumada. O un notable producto poco habitual, el picoroco en crema con ravioles de centolla ($9.900).  Entre varias posibilidades de fondo, vale la pena el medallón de filete de ternera en reducción de carmenere ($14.500) y la merluza austral con papas rellenas y piel crocante ($12.500). Por cierto, el amplio surtido de vinos se presta para las más adecuadas combinaciones con cada plato.”

RODOLFO GAMBETTI
(Mayo) RISTHEDAR (Av. Holanda 160, Providencia, fono 2231 3257): “Nada se parece menos al portentoso mausoleo del Taj Mahal que el restaurante Rishtedar, en la segunda cuadra de avenida Holanda. Es un recinto casi desprovisto de decoración  pero con gran ambiente, como ha descubierto un público fiel, transversal en edades, que disfruta de los aromas y sabores de la potente comida india.” “La primera novedad está en el lassi, una combinación de frutas y yogurt que resulta mágica para contrarrestar lo picante de algunos platos. Salude con un “Namasté,” y con el lassi y el naan, -pan indio que hace las veces de cuchara y que se cocina en el tandoor, típico horno de alta temperatura-, comience un deleitoso desfile de ramequines o pequeñas ollitas en la que ofrecen guisados de intensa pero armoniosa sazón.” “La aventura parte con el Paneer Tikka, queso de la casa macerado en una exótica salsa a base de especias indias ($4.200). También como entrada, el Goa Chilly Jheeanga,  camarones ecuatorianos en salsa de cebolla, pimiento, tomate y especias, ($ 5.300).””De fondo, el gosth kolhaputi, cordero magallánico en salsa kabila, sabrosa y muy picante, (existen cuatro grados de picante, usted puede solicitar a su resistencia). Más suave, el murgh mitha masala, pollo macerado en crema de almendras y coco, que le dan suave textura,  más massala.”

WIKEN
SOLEDAD MARTÍNEZ
(Mayo) ANAKENA (Hotel Grand Hyatt, Av. Kennedy 4601, Las Condes, fono 2950 3177): “En el Anakena, la tradición de autenticidad es larga, con cocineros que vienen de Tailandia como el actual chef Somporn Damkaen y sus recetas de familia.” “Probé, de aperitivo, hojas fritas de harina de arroz con sabor a camarón y salsas de maní con curry y leche de coco y tamarindo. Ensaladas de pollo frito picante, vegetales y polvo de arroz, y de camarones, manzana, menta y coco. De entradas, samosas fritas rellenas con camarones marinados y dulce salsa de ají con castaña de caju molida, y pastelitos de tapioca rellenos con pollo y maní y salsa de ajo frito. Del wok (especialidad de Somporn), arroz salteado con camarones picantes, albahaca y ajo, que puede ser acompañante o comerse solo; corvina salteada con cebollas fritas, espinaca y salsa de tamarindo, y cerdo con salsa de soya, lemongrass, albahaca y bastante ají. Curry rojo con lonjas de pato a la parrilla, piña, tomatitos y albahaca en salsa abundante y muy picante pese a la leche de coco. Arroz jazmín con los tres últimos. De postre, perlas de tapioca en crema de coco y frutas tropicales, y cuajada de naranja y coco con lychees y helado de vainilla. Los precios de esos platos iban de $6.000 a $13.000, y los postres a $5.000.”

ESTEBAN CABEZAS
(Mayo) EL CEBICHE 1660 (Manuel Montt 1660, fono 2419 3707): “Es interesante la propuesta de este restaurante peruano, porque combina tradición y novedad, sin dispararse hacia la creatividad desenfrenada ni quedándose en lo que decenas de picadas -o huariques- ofrecen como canon étnico. En un sitio sencillo y con una atención que se sale de la norma por lo agradable, llegaron un jugo ($2.400) y un buen pisco sour ($2.800), junto con pancitos calientes y mantequilla.” “Para empezar, un mix de piqueos -el Costa Brava ($13.200)- con pulpo al olivo, cebiche al cilantro y cebiche mixto al ají amarillo. Impecable, sin excesos. Y un trío de algo especial: causas tratadas como rolls, envueltas en alga ($5.900), una con pollo y salsa huancaína, otra con camarones y otra con pulpo frito. No era lo que ofrecía la carta (como una con filete salteado, por ejemplo), pero estaban nada de mal.” “… solo les falta sintonía fina y una cocina algo más rápida para convertirse en el restaurante al que aspiran ser.”

EL SÁBADO
BEGOÑA URANGA
(Mayo) NAM (General Flores 218, Providencia, fono 2244 1615): “La cocina tailandesa es considerada la reina de la gastronomía asiática. Llena de color, de productos y de amor por la cocina, con artísticas presentaciones, ha encantado al mundo y hoy es posible encontrar restaurantes tailandeses en todo el orbe.” “Para comenzar, unos cilindros crocantes de centolla, rellenos de centolla y palta, en salsa de curry y jengibre, deliciosos. Como pequeñas joyitas. Lo mismo que los saquitos crocantes de pollo con curry, exquisitos. La sopa de camarones, otro must thai, era increíble. Picante, fresca, con jengibre y verduritas...””Luego, patitas de jaiba al cilantro, servidas sobre un arroz cremoso y especias, fuera de serie. Lo mismo que el cerdo glaseado en piña, que se deshacía de puro tierno, sobre fideos de arroz y verduras salteadas, que fue devorado. El pollo al canelo salteado con vegetales al curry rojo, leche de coco y pimienta de canelo y arroz jazmín, perfecto.” “De postre, para compartir, una gloriosa esfera de chocolate blanco, con frutos rojos, helado casero de frambuesas, pistilos de flores y polvos de brownie... broche de oro para una cocina delicada, refinada y llena de sabores. Realmente hay conocimiento, técnica y amor por los fogones. Un descubrimiento.”

MUJER
PILAR HURTADO
(Mayo) QUÍNOA (Luis Pasteur 5393, Vitacura, fono 2954 0283): “El Quínoa no tiene patente de alcoholes, pero al público que lo frecuenta no parece importarle. Mi amiga tomó cerveza sin alcohol y yo un agua con gas. El pan llega, calentito, en unas bolsitas de tocuyo, con un potecito de salsa de verduras. De la carta compartimos unas correctas empanadas de masa filo, una de espinaca con queso de cabra y la otra de ricotta con mozzarella, menta y perejil. Venían con ensalada griega, para la que nos ofrecieron distintos aliños y elegimos el de palta. Luego probé una ensalada grande de frescas hojas verdes con uvas, queso azul, cebolla caramelizada y nueces, exquisita mezcla otoñal que me encantó. Mi amiga quiso probar un quinotto, suerte de risotto preparado con quínoa, sobre la base de un caldo de verduras verdes, que le dio lindo color y estaba muy sabroso, mezclado con distintos hongos. ¿Cuál es la ecuación del Quínoa? Yo diría que calidad de los ingredientes, atención a los detalles, que hacen que se sienta cariño allí. La presencia constante de los dueños también. Y, sin duda, la sensación de que uno se está alimentando de manera sana y equilibrada, pero sin perder un ápice de gusto.”

QUÉ PASA
DANIEL GREVE
(Mayo) ÓPERA (Merced 395, Santiago Centro, fono 2664 3048): “El restaurante francés del barrio Lastarria se abriga de nuevo. Esta vez, con una carta pareja, sólida, nada pretenciosa, que cumple el sobrio objetivo de dar de comer rico y sin volteretas. No perder de vista el Magret de pato ($ 8.200), con delicadas láminas ahumadas y grilladas, con un oportuno chutney de pera; la Tarta de locos ($ 7.800), láminas blandas y tiernas sobre un bíblico y quebradizo hojaldre, con crema de ajo chilote y bastante aceite de trufa negra; o el Lapin citoyen ($ 12.200), cilindros de compacto conejo hecho al vacío, acompañados de polenta y verduras. ¿Llegó el otoño ya?