Generalmente los hoteles tienen un aroma
característico que se mueve entre la limpieza, la pureza y lo nuevo. Hay
hoteles que han querido distinguirse del resto y contar con fragancias que se
identifiquen con la filosofía o la temática que transmiten. ¿Pero por qué es
tan importante el aroma de un hotel? ¿Por qué les importa tanto a las cadenas
hoteleras que sus hoteles tengan un aroma en concreto? La respuesta es muy
sencilla: marketing.
Lo que actualmente se conoce como el
marketing olfativo pretende asociar determinadas fragancias con los valores que
cualquier negocio desea transmitir a su cliente. Los especialistas afirman que
a un simple golpe de nariz, el cliente relaciona el producto con un concepto,
una idea, una sensación o un momento. El olor no solo influye en el público,
también hace efecto a los trabajadores, el tener un buen aroma en el trabajo
fomenta la productividad y refuerza la identidad de marca. Por ello es tan
importante para los empresarios que sus establecimientos desprendan un buen
olor.
Las grandes empresas, ya sean de moda,
de electrónica, hoteleras o una simple panadería han tomado conciencia de que
el olfato es un gran aliado que suele pasar desapercibido en el público y en
los trabajadores, pero que tiene efectos muy positivos en ellos. Sissel Tolas
es reconocida en el mundo entero como una de las representantes más creativas
en la elaboración de perfumes, además es química y profesora en la universidad
de Harvard. Ella es artífice de olores característicos de reconocidas marcas de
moda, de deportes y de electrónica, casi todos sus clientes tratan el diseño de
sus fragancias como un secreto de estado.
"El aroma es un secreto del
marketing, va directo al subconsciente, al cerebro y allí desata recuerdos y
emociones de una forma muy directa" afirma Tolas. Y es que una buena
fragancia hace que el consumidor se marche contento, cuando alguien quiere
alojarse en un hotel lo último que desea es que el olor sea malo, que huela a
tuberías o a basura. Por ello, los hoteles suelen cuidar mucho este tema y la
cadena de hoteles Swissôtel contrató a Sissel Tolas para que crease una
fragancia exclusiva.
Tolas trabajó durante meses para crear
un aroma que fuera característico de este hotel y que oliese a la ciudad en la
que se encontraba, Suiza. El director del hotel le transmitió a Sissel que
había muchos hoteles con buenas camas y que querían diferenciarse de todos
ellos sin decir ni una sola palabra, es decir, mediante el olfato. Sissel Tolas
creó un aroma que transmitía el olor a sus sábanas limpias, a la madera y a los
productos de limpieza de los cristales, pero también incluyó el aroma que
representa a Suiza, el dinero.
En España también hay hoteles que se han
apuntado al marketing olfativo, como el Hotel del Juguete en Alicante que
transmite la realidad infantil mediante la decoración, con los ídolos de los
más pequeños de la casa, y la fragancia, chicles y chucherías. Para los hoteles
que reflejan la naturaleza y la pureza del aire limpio también hay aroma, para
muestra de ello el hotel Pesquería del Tambre, en A Coruña, que desprende un
olor a pino. Hay otros que han optado por el aroma a nuevo, como el Hotel
Indigo, en Madrid, que hace que los huéspedes tengan la sensación de estar
estrenando la habitación y el Hotel. El Hotel Alfonso XIII de Sevilla es
símbolo del lujo y por ello tiene una fragancia a indeterminado, porque ¿A qué
huele el lujo? nadie lo sabe realmente. No son los únicos, hay hoteles que
huelen a sábanas blancas, a leña, a galletas e incluso a incienso y vainilla.
¿Cómo transmiten constantemente esta
fragancia a los clientes? Las cadenas hoteleras no pueden estar continuamente
perfumando las habitaciones, es casi imposible, por ello se creó un sistema en
el aire acondicionado que distribuye la cantidad idónea de fragancia a cada
estancia. Por ello que el olor es constante y no se pierde, así es como
conquistan a los clientes, mediante el olfato.