martes, 13 de mayo de 2014

LA COLUMNA DEL ESCRIBIDOR

AMICCI
“Para cocinar no hay que ser chef”

La bajada de esta nota fueron palabras dichas por Silvana Bettati, chef (y propietaria) del ristorante Amicci, luego del regreso a su país de la iraní Bahar Sarhangi, que abrió este nuevo local a inicios del 2013, una esquina que ha tenido como referentes a los también ítalos Bel Paese y Cuore Matto.

Una esquina difícil ya que las experiencias anteriores, a pesar de ser buenas, fracasaron más que nada por su ubicación, alejada de los circuitos gastronómicos. Aun así, el matrimonio compuesto por Arturo Platt y su mujer Silvana (la chef), botaron todo y reconstruyeron esta esquina, transformándola en un local de dos pisos, acondicionado para recibir 150 comensales, quienes disfrutan de una estética, servicio e instalaciones de primer nivel. La idea inicial era torcerle la mano al destino… y en eso están.

Silvana nació con el perfume de la salsa bolognesa. En su casa familiar elaboraban las pastas, las salsas, conservas, mermeladas… incluso el pan. Recuerda que su padre traía las piernas de cerdo del sur y hacían una verdadera fiesta en torno a ella. Él traía un saco de sal y colocábamos la pierna en una tabla de madera inclinada terminada en la parte inferior en forma de V. Vertíamos la sal sobre la pata de cerdo… y debíamos esperar unos 60 días para luego limpiarla y ponerla dentro de uno de los sacos vacíos. Y se colgaba en una bodega oscura y seca que estaba al fondo del patio, por varios meses. Al abrirla, la casa se llenaba de amigos y todo era una celebración… no faltaba nunca la pasta… y si era invierno…. no faltaba la polenta con bolognesa.

Y, como tiene pasta, Silvana salió de su cocina para presentar parte de su carta de invierno, que sin ser sorprendente, es un buen aporte a la continuidad de su ristorante. El uso de buena materia prima es fundamental para la excelencia de sus antipasti, ya sean con prosciutto, salmón o champiñones. Rica (y elegante) es también una sopa de zanahorias y choritos, terminada con mascarpone; y la infaltable Caprese (9.800), con mozzarella de búfala y tomates cherry.

La carta tiene un largo destacado en pasta rellena y dura; risottos y ñoquis. Curioso, pero fino Spaghetti limone servido con una salsa de queso mascarpone, limón y un toque de tomillo fresco (8.200). Fino y recio resultó un Agnolotti di mele e Gorgonzola, con ragú di coniglio (11.900), pasta al huevo rellena con chutney de manzanas, pasas, nueces  y queso Gorgonzola D.O.P., servido con  ragú de conejo, y un potente Risotto di filetto (11.200), con grana padano, especias y salsa de cabernet sauvignon, demostraron que uno de los buenos conocimientos de Silvana, está en sus pastas, donde se nota dedicación y trabajo.

Aplausos para los postres: Panna cotta (3.900), tiramisú (4.200) y un Monte bianco (3.200), este último un descubrimiento elaborado con castañas, cacao y mascarpone.

Abogada de profesión y cocinera de corazón, Silvana sabe que aún tiene un camino que recorrer. Por ello, pronto viaja a Italia a perfeccionarse en la elaboración de platos típicos italianos. Un indicio de que tendremos Amicci para rato y que poco a poco está posicionándose entre los que gustan de la cocina italiana, una de las más famosas a nivel nacional. (Juantonio Eymin)

Amicci: Av. Apoquindo 7741, Las Condes, fono 2934 3725