D.O. PISCO
Debería ser defensor de
lo nuestro. Si soy chileno y patriota, debería apoyar a ciegas que el pisco es
chileno y pare de contar. Debería decir que todos lo aman, que es el mejor
aperitivo, el mejor bajativo y que somos los productores de la octava maravilla
del mundo. Debería propagar a los cuatro vientos que el pisco sour nació, se
crió y es el mejor cóctel que algún ser humano haya probado alguna vez en su
vida; que la Coca Cola sobrevive gracias a nuestro pisco y que existe una
confabulación mundial para hacer creer a la gente que el whisky, el ron, el
vodka y el gin son una porquería en comparación a nuestro pisco... y que el
peruano no es más que un destilado que casi siempre es “mula” ya que lo
fabrican con caña, algo que nosotros -los chilenos- nunca hacemos, ya que
respetamos nuestras tradiciones y amamos nuestro pisco.
Podría decir estas y
varias mentiras más, ya que la soberbia es la madre de muchos errores que cometemos
y seguiremos practicando nuestro país. Para dejarlo claro, sin ser estudioso en
el tema ni especialista en destilados, el pisco es absolutamente binacional ya
que cuando comenzó a elaborarse, nuestros territorios pertenecían al virreinato
del Perú y se elaboraba para venderlo en Potosí (Bolivia), cuna de la
extracción minera de aquellos tiempos. Luego vinieron los detalles que hacen
que el aguardiente tenga tanta relevancia populachera. Elaboran vodka en Rusia,
Polonia, Suecia y Francia –entre otros- y nadie hace escándalos. Igual cosa
pasa con otros destilados más consumidos que nuestro pobre pisco. Si alguien
hiciera una encuesta preguntando por el bajativo ideal para después de una
cena, estoy seguro que hasta el Araucano (que cuesta $6.000 el litro) está en
un ranking de honor en nuestro país. Si la misma encuesta se hace para beber un
pisco sour, el elaborado con
Lamento decir que el
pisco tampoco sirve para preparar comidas. Uno que otro postre o torta podría
tener mi bendición, pero no calza en platos fríos ni calientes. Elevarle el
estatus al pisco chileno a nivel mundial es algo que se está haciendo desde hace
décadas sin ningún avance. El pisco lo compran los chilenos que viven en el
exterior para tomarse una piscola y recordar su país, y si algún extranjero
compra una botella (o más bien le llega de regalo), la guarda igual como
nosotros tenemos “olvidada” una botella de Raki en el armario, esperando que
llegue un turco a nuestra casa, para abrirla delante de él.
Lo que no quieren
nuestros productores de pisco es que la industria se vaya a pique por el
ingreso del