DANUBIO AZUL
Un chino
diferente
Cuando nos introducimos
en los misterios de la cocina china, es necesario decir que es muy variada y una de las más sabrosas
debido no solo a la antiquísima tradición culinaria del país asiático sino a
las ocho diferentes tradiciones gastronómicas regionales con sus subvariedades
adicionales. Destacan especialmente la escuela de Sichuan (picante, en la que
se hace mucho uso del ajo, la guindilla, la pimienta china y las pastas de soya
fermentada), y la cocina cantonesa (de sabores suaves con ligera tendencia al
dulce, y con especial atención a los productos del mar, la cocina al vapor y
los dim-sum). En el sur hay un mayor uso del arroz, mientras en el norte son
más típicos los productos de la harina de trigo (pasta, raviolis, incluso
productos parecidos al pan y los churros). En las grandes ciudades chinas se
puede encontrar una variedad de todos estos estilos, y en particular en Beijing
con influencia de la cocina imperial y de Sichuan, y en Shanghai con influencia
de las regiones próximas a la costa este.
Aun así, la gran
migración china a occidente permitió la creación de grandes barrios en las
mayores capitales del mundo. Uno de ellos, el barrio chino de Nueva York, fue
–y es- uno de los más importantes, lo que permitió el desarrollo de una cocina
original adaptada al gusto y sabor norteamericano, permitiendo que esa
gastronomía ganara millones de adeptos en el país del norte.
Giovanni Vanni,
propietario junto a su familia del famoso Palacio Danubio Azul, se enamoró de
la cocina china norteamericana durante sus viajes y comenzó a aplicar esta
tendencia en su gigantesco restaurante de El Golf, logrando crear una carta
sofisticada, atrevida, de gran sabor y a precios bastante competitivos, donde
el servicio es uno de los pilares que sostiene toda una compleja operación.
A los platos de
siempre, donde abunda lo vegetariano, tendencia que continua creciendo en
Chile, sumaron unos Locos Danubio (14.000), una
gran porción de locos laminados con un fondo de dientes de dragón y
almendras trozadas, una forma distinta para deleitarse con este apreciado
molusco. También los ostiones, en su versión Imperial (16 unidades $14.200)
salteados al wok con salsa de tocino, cebollín y cilantro y servidos en una
plancha para que no se enfríen; o un blando y sabroso Pato Terikayi (10.800),
con espárragos, castañas de agua y cebollin, que sumados a otros platos
tradicionales de la casa, convierten un almuerzo cualquiera en una fiesta de
gala.
A diferencia de la
comida occidental, la chino-norteamericana está especialmente hecha para
compartir, algo que indudablemente favorece a la hora de pagar la cuenta. En el
caso del Danubio Azul, por su gran oferta, es difícil escoger rápidamente, para
ello, déjese llevar por las sugerencias que le hace el personal de la sala. La
gracia es que acá encontrara desde los platos tradicionales de esa comida china
que antaño nos era maravillosa como los wantanes, el chapsui o el filete
mongoliano, hasta variaciones de comidas con una infinidad de ingredientes,
todos ellos elaborados en una cocina que es tan limpia como el comedor. Y en el
caso de la comida china, con sus salsas y menjunjes, la higiene es primordial.
Bueno, sabroso y
limpio: como para agradecer (Juantonio Eymin)
Palacio Danubio Azul: Reyes Lavalle 3240, Las Condes / 2 2234 4688