martes, 17 de mayo de 2016

MIS APUNTES


 
DANUBIO AZUL
Un chino diferente
Cuando nos introducimos en los misterios de la cocina china, es necesario decir que  es muy variada y una de las más sabrosas debido no solo a la antiquísima tradición culinaria del país asiático sino a las ocho diferentes tradiciones gastronómicas regionales con sus subvariedades adicionales. Destacan especialmente la escuela de Sichuan (picante, en la que se hace mucho uso del ajo, la guindilla, la pimienta china y las pastas de soya fermentada), y la cocina cantonesa (de sabores suaves con ligera tendencia al dulce, y con especial atención a los productos del mar, la cocina al vapor y los dim-sum). En el sur hay un mayor uso del arroz, mientras en el norte son más típicos los productos de la harina de trigo (pasta, raviolis, incluso productos parecidos al pan y los churros). En las grandes ciudades chinas se puede encontrar una variedad de todos estos estilos, y en particular en Beijing con influencia de la cocina imperial y de Sichuan, y en Shanghai con influencia de las regiones próximas a la costa este.

Aun así, la gran migración china a occidente permitió la creación de grandes barrios en las mayores capitales del mundo. Uno de ellos, el barrio chino de Nueva York, fue –y es- uno de los más importantes, lo que permitió el desarrollo de una cocina original adaptada al gusto y sabor norteamericano, permitiendo que esa gastronomía ganara millones de adeptos en el país del norte.
Giovanni Vanni, propietario junto a su familia del famoso Palacio Danubio Azul, se enamoró de la cocina china norteamericana durante sus viajes y comenzó a aplicar esta tendencia en su gigantesco restaurante de El Golf, logrando crear una carta sofisticada, atrevida, de gran sabor y a precios bastante competitivos, donde el servicio es uno de los pilares que sostiene toda una compleja operación.

A los platos de siempre, donde abunda lo vegetariano, tendencia que continua creciendo en Chile, sumaron unos Locos Danubio (14.000), una  gran porción de locos laminados con un fondo de dientes de dragón y almendras trozadas, una forma distinta para deleitarse con este apreciado molusco. También los ostiones, en su versión Imperial (16 unidades $14.200) salteados al wok con salsa de tocino, cebollín y cilantro y servidos en una plancha para que no se enfríen; o un blando y sabroso Pato Terikayi (10.800), con espárragos, castañas de agua y cebollin, que sumados a otros platos tradicionales de la casa, convierten un almuerzo cualquiera en una fiesta de gala.
A diferencia de la comida occidental, la chino-norteamericana está especialmente hecha para compartir, algo que indudablemente favorece a la hora de pagar la cuenta. En el caso del Danubio Azul, por su gran oferta, es difícil escoger rápidamente, para ello, déjese llevar por las sugerencias que le hace el personal de la sala. La gracia es que acá encontrara desde los platos tradicionales de esa comida china que antaño nos era maravillosa como los wantanes, el chapsui o el filete mongoliano, hasta variaciones de comidas con una infinidad de ingredientes, todos ellos elaborados en una cocina que es tan limpia como el comedor. Y en el caso de la comida china, con sus salsas y menjunjes, la higiene es primordial.

Bueno, sabroso y limpio: como para agradecer (Juantonio Eymin)
Palacio Danubio Azul: Reyes Lavalle 3240, Las Condes / 2 2234 4688