CRÓNICAS Y CRÍTICAS
DE LA PRENSA GASTRONÓMICA
MUJER, LA TERCERA
(MARZO) EL CANTARO DE ORO (Independencia 1852 / 22737 7773): “De la amplia carta elegimos varios picoteos: pulpo a la parrilla con papas al mortero, anticuchos de corazón y trío de cebiches. Quisimos pedir choros a la chalaca, pero nos informaron que se habían terminado. El pulpo estaba delicioso, blando, y las papas muy sabrosas. Los anticuchos de corazón de vacuno, servidos sobre papas doradas y con sarsa criolla (cebolla morada y limón), fueron lo mejor de las entradas, bien sazonados.” “Como fondo probamos un plato estrella del chef del lugar, Óscar Gómez: el cochinito con costra muy crujiente sobre pastelera de choclo. Este plato no está en la carta, pero lo hacen a pedido cuando tienen la materia prima, y justo lo tenían. Es maravilloso, la carne se corta con tenedor y la costra es como una galleta delgadita, ¡sublime! Lo sirvieron con un trocito de pera que contenía una especie de pebre de frutillas con pimiento. Todo llegó a la mesa a tiempo y fuimos muy bien atendidas, y los precios son más que competitivos.”
PILAR HURTADO
(MARZO) BORA BORA (Av. Carlos Alessandri
s/n, Playa Internacional, Algarrobo / 99211 5446): “El local es casi un
quiosco, muy pequeño y sencillo, no tan lindo desde afuera, pero tiene una
terraza sobre la arena muy agradable, con mesas de madera, toldos y quitasoles,
muy rica para estar afuera mirando la playa y el mar. Hay algo de thai en la
carta, porque hasta el pebre es thai, con cebollín, pimentón y muy rico. El pan
lo traen caliente -gran detalle en un lugar así- mientras elegimos qué comer;
el servicio es lento pero esmerado.” “Probamos unas buenas empanadas, con
excelente masa y fritura, sin demasiados camarones, pero con harto queso, al
lado del “tecito frío” (vino blanco) de rigor. También pedimos pescado frito,
que sirven en tiras empanizadas, muy bien fritas ya que vienen a punto por
dentro; a mi marido le encantaron y estaban deliciosas. Yo pedí el plato de la
casa, que es el pescado a la greda, en este caso vieja. El pescado viene en una
paila de greda con camarones y quesos, incluido queso azul, muy sabroso y enjundioso.”
WIKÉN
ESTEBAN CABEZAS
(MARZO) SILVESTRE (Caupolicán 511 / 99156 9974): “Los platos escogidos fueron una quiche de verduras con ensalada ($4.900), tapabarriga braseada con tubérculos varios ($7.900), fideos de té verde con camarones tempura, brócoli, algas varias (hasta una salicornia por ahí) y champiñones ($6.900) y lomo vetado con caponata fría ($8.900). Cada plato es una fiesta en sí mismo. El mejor de los mejores, que terminó siendo atacado por el resto de los comensales, fue la blandísima y sabrosísima tapabarriga. OMG. Y el más fome, como era de esperarse, el lomo vetado (era que no). La quiche, con buena masa, y los fideos, un verdadero festival de texturas; pero, ojo, la fritura de los camarones no era tempura. Cámbienle el nombre y listo.” “Tipo dos de la tarde, se sumó un pulpo -fresco y para cortar con el tenedor- a la carta, que llegó acompañado de... abundante ensalada. Perfect.”
ESTEBAN CABEZAS
(MARZO) CASA ALMA (Antonia López de Bello 191, Recoleta / 9 4289 3901): “La carta es breve, pero de intenciones muy claras: cocina de mercado y con una clara vocación por rescatar carnes y productos más populares.” “Y vamos al comistrajo. De cortesía, llegan unas rodajas de pan rústico con un toque de aceite de oliva junto con un poco de sopa fría de tomate y albahaca para untar. Sa-bro-so, aunque falto de frío, ojo, tal vez el único problema en esta rica experiencia.” “Luego fue el turno de un trozo de costillar ahumado de chancho, con una cubierta crocantita invento del cocinero, junto con un guiso de porotos granados, cebolla, zapallo y color ($8.500). La verdad, el acompañamiento casi superaba a la carne, con un agregado de cebolla en escabeche. Siguiendo con esta vocación de la carnicería de barrio, hay que constatar que también hay plateada, mariscos salteados con longaniza y también ¡media cabeza de chancho para picotear! Por mientras se junta hambre para otra ocasión, tres cortes de médula apanada -a una de las tres le faltó calor- cubiertos con granos de mostaza y acompañados de una cabeza de ajo asada/caramelizada ($8.000) que complementaba a la perfección.” “Y, además, después de comer tan bien allí, se siente menos caro aún. Rico, rico todo.
WIKÉN
RUPERTO DE NOLA
(MARZO) LA COPA FELIZ (Av. Echeñique 6315, La Reina/ 2 2226 2400): “Este restorán se cuida de presentar unos platos con atinada medida de innovación, que en esta ocasión pecaron por exceso de refinamiento. Cosa que es perfectamente posible. Por ejemplo, nuestra entrada de causeo de patas ($3.800) traía estas picadas tan finamente que no se advertían en el conjunto, integrado también (he ahí la novedad) por cochayuyo. Buen plato, pero no era causeo de patas.” “En los ostiones al pil-pil ($7.800) que nos trajeron, aparte de que estos eran minúsculos (como botones de camisa), la mezcla incluía jamón serrano y aceitunas, todo picado. Como es de suponerse, mariscos tan ínfimos no resisten la presencia de compañeros de sabor tan fuerte.” “En cambio, cuando aquí se atienen a lo sencillo, lo hacen bien, y aún muy bien. Así estuvo el costillar de chancho ($10.800) con "parmentier" (o sea, puré de papas) y una cebollita estofada. Un costillar magnífico, como pocos. Y lo mismo el trozo de lomo vetado a la plancha con puré de papas.”
RUPERTO DE NOLA
(MARZO) THE GLASS (Av.
Kennedy Lateral 4422, Vitacura / 22487 5000): “Elegimos, en reemplazo, un plato
que también está llamado a representar un regreso a tradiciones de cocina
suculenta y familiar, la lengua de cordero con lentejas ($12.500). Aquí nos
encontramos con el primer ejemplo de un curioso rasgo de este restorán: las
lengüitas de cordero fueron todo lo tiernas que era de desear, pero el guiso de
lentejas resultó... dulzón. Tal cual. Es un poco inexplicable. En la cocina chilena
los toques dulzones tienen un lugar muy claro (humitas, pastel de choclos,
empanadas fritas, etc.), pero no se permite transgresiones. No hay lugar aquí
para lo que se da en ciertas grandes cocinas, como la china, que a menudo
incorporan algo de dulce en sus platos.” “Nos confirmó esta opinión la plateada
al jugo que formaba parte del menú del día ($13.900) que pedimos por parecernos
muy tentador: también ella, quizá por la salsa excesivamente
"enriquecida" en que venía (bastaba reducir su jugo de cocción),
resultó dulzona. ¿Qué mensaje se nos habrá querido enviar? Ahora, el resto del
menú del día fue muy, muy variopinto: escoltando a la plateada venía una
tortilla de papas que, en lugar de rebanadas de chorizo, traía rebanadas de
salchichas (sí). Oh. Si no hay chorizo, no pongan nada. Será igualmente
español. Pero salchichas de Viena...”