TIEMPO DE VEDA
Todos
sabemos que las vedas son mágicas. Tan sólo basta decretarlas para que aparezca
por todos lados el producto vedado en su mejor esplendor y calidad. Estoy
seguro que todos estamos conscientes del problema de los recursos marinos, pero
a la hora de tratar esquivar una prohibición, somos los reyes de la evasión.
Las
razones son muchas y la variante económica es mayor. La semana pasada comenzó
la veda de “Machas” hasta el año 2022 en las regiones de Valparaíso, O’Higgins
y del Maule, lugares donde no se podrá capturar, comercializar, transportar,
procesar ni almacenarlas. El objetivo es claro y tiene como idea favorecer la
recuperación de este recurso.
Como
las reglas están para romperlas (como dicen), comencemos entonces a frotarnos las manos para
degustar las mejores machas que hemos visto en años. Cuando hay veda se ven los
mejores ejemplares y por lógica, todos intentaremos saborearlas en todas sus
formas de preparación.
Personalmente
veo las vedas como un eficaz recurso de marketing con ganancias millonarias
para las cadenas piratas de distribución, donde verdaderos carteles trafican el
recurso marino sin mayores problemas. Por otro lado, tampoco existe un
verdadero interés ecológico entre gran parte de la población. No extraña,
entonces, romper las normas de las vedas y disfrutar los beneficios de comer
estos productos aunque sea en casa. En Chile no hay ética ni moral, y si
alguien está libre de la probidad, que me dispare.
El
“parece que hay veda” es una forma de conformarse que no tenga nada malo lo que
hacemos. Pasó con los Locos, la Merluza y ahora son las Machas. Lo peor es que
no tomamos en serio la verdadera intención de la limitación de los recursos.
Posiblemente sea una respuesta a la degradación moral y ética de quienes nos
han gobernado desde siempre. Total, con tener un par de facturas de compras
legales, la trampa está hecha.
La
sociedad está agotada y el modelo no atrae a nadie. Preparémonos, entonces, a
disfrutar durante los próximos 5 años (el tiempo de la veda) para comer las
mejores machas que jamás hemos visto en nuestro país. Es cierto que estamos
destruyendo nuestra fauna marina, estamos escogiendo el camino largo, que es el
peor. En el Perú las vedas se respetan y por eso tienen unos productos
maravillosos y una gastronomía de gran alcance, pero mientras sigamos
respetando “a medias” las cosas en nuestro país, por cierto no llegaremos a
ninguna parte. (JAE)