COMEDOR CENTRAL
Tras seis meses de
operaciones, el Comedor Central, ubicado en plena Plaza de Armas capitalina,
consolida su prestigio.
La
apuesta era grande, Instalar en pleno centro de la capital –tierra de completos
y comida rápida, un restaurante con estilo propio, oneroso para los habitúes de
la zona y con una propuesta de autor, basada en la cocina chilena de mantel
largo.
Pero
Cristian Correa, propietario del ya famoso Mulato de la calle Lastarria, se
sintió preparado para asumir el riesgo de “cambiarle el pelo” al kilómetro cero
de Chile. Hace seis meses se instaló –a medias- sin tener adaptado aun el
segundo piso y una terraza que sólo estaba en la imaginación de algunos. Hoy,
en junio de este 2019, la tarea está completa, con un piso superior para 40
comensales, su primer piso con cocina a la vista y una terraza que sería la
envidia de muchos empresarios. Allí, y en esos espacios, ofrece desayunos,
almuerzos y cenas, en horario continuado y cerrando a las 10 de la noche, día a
día suma adeptos – adictos, ya que su oferta es tentadora, creativa y –hasta el
momento- la más sugerente de la Plaza.
Botones
de muestra: Para partir, unos blandísimos Locos en salsa de cebollín con
papitas brujas mayo, humus de garbanzos y habas (16.800), una preparación para
contemplar y gozar infinitamente los diferentes sabores que van dejando las
respectivas guarniciones. Grande y suculento, alcanza perfectamente para dos
comensales. Más tarde, y para acompañar
el mal tiempo, un criaturero Mariscal caliente, con almejas, ostiones, machas,
piure, ulte, cebolla y cilantro (9.600), una verdadera oda al sabor de los
mariscos chilenos. Ya en los platos principales, y para los nostálgicos,
encontrarse con unos Fritos de coliflor, con puré de albahaca y ensalada
chilena (7.900), es un regreso al pasado, para pasar al futuro con un excelente
Risotto de betarragas con queso azul, peras confitadas y hojitas verdes en
aceto (8.900), es prácticamente un logro.
La
cocina es manejada por Valentina Saba, quien logró captar el concepto del
restaurante y de Cristian Correa, que, como propietario del lugar, debió dejar
en manos expertas el siempre difícil manejo de los fogones y sus cocineros.
El
dulce final tiene de todo: desde el clásico Mote con huesillos (2.200), hasta
su afamada Terrina de queso de cabra y dulce de membrillo (4.800), que se ha
transformado en uno de los clásicos del chef Correa.
Por
todo lo escrito y mucho más, y aun a la espera que se sumen nuevas alternativas
gastronómicas en este nuevo barrio, la presencia del Comedor Central es un
aliciente para mejorar la calidad del lugar. La Plaza de Armas de antes era un
feo lunar que nos avergonzaba. Hoy se demuestra que, con buenos proyectos y
buena voluntad, se logra lo imposible, como es ver Santiago desde otra
perspectiva, donde las puertas y la oferta están abiertas a todos, desde el más
alto ejecutivo, a turistas, inmigrantes y toda la población flotante de una
comuna que recibe diariamente a más de dos millones de personas.
Para
sacarse el sombrero.
Comedor Central: Portal Bulnes 489 / Plaza de Armas, Santiago /
23291 9417