miércoles, 17 de junio de 2009

LOS APUNTES GASTRONÓMICOS DE LOBBY



LOCO POR LOS LOCOS

Para muchos, y también para este cronista, Santiago se corta en dos por culpa de la autopista Norte - Sur. No hay caso y definitivamente es una tranca que nos costará bastante eliminar. Es del otro Santiago el tema de esta crónica. Allá en la calle Catedral esquina Maturana abrió hace unos meses un bar y restaurante que dará que hablar bastante. Bar Austral le llamaron y nació de una de las cervecerías más completas que haya conocido en mis peregrinajes gastronómicos. Más de trescientas marcas de todo el mundo en sus anaqueles. Un tesoro para los amantes de esta bebida.

Sin embargo no fueron las cervezas las que me llevaron a ese bonito lugar de la capital. Iríamos a comer locos. Locos y más locos, preparados en todas sus formas. Hace un par de años habría sido un delito casi comparable al tráfico de drogas, pero en la actualidad la oferta de las pesqueras sureñas ha crecido enormemente y se pueden encontrar con mayor posibilidad.
Pulcro y decorado con motivos marinos, más que bar oficia de restaurante y cebichería. El público asistente el mediodía de mi visita era adulto. La gente joven poco o nada sabe de locos, me advirtieron, mientras llegaban a la mesa unas empanadas fritas de locos, con una fritura fuera de serie y un relleno de película. No resistí la tentación y prácticamente me devoré dos de tamaño bastante considerable. Luego le toco el turno a un tierno y gran loco con salsa verde y mayonesa hecha en casa. ¡Me sentía como de veinte años, edad en que comí los últimos locos grandes de mi juventud!...

Locos en causa (buena idea); en caldo (algo salado); en carpaccio (poca gracia); en chupe (magistral); apanados (algo duros); risotto de locos (genial); al ajillo…. En fin, mil y una receta que salen de la cocina para placer de los clientes.

Obvio que acompañamos el almuerzo con vino. No podría ser de otra manera. Las cervezas quedarían para otra ocasión. Elki de la viña Falernia fue nuestra apuesta y fue uy bien escogido. Lo mineral de este sauvignon blanc proveniente del valle del Elqui, potenció el sabor de los locos y quedamos más que contentos. Tanto que dejamos pasar los postres para retirarnos con ese sabor único que nos aportan estos gasterópodos tan esquivos estos últimos años.

El Bar Austral abre diariamente. No hay hora ni restricciones para comer locos. Tanto lo puede hacer a las 10 de la mañana (cuando abren) o las cuatro de la mañana (cuando cierran). O sea, no existen excusas para “bajar” a Santiago Centro. Ese que de vez en cuando hace noticia…gastronómica. Y hoy, con las supercarreteras, llegar y disfrutar es cosa de minutos.

Una locura (Juantonio Eymin)

Bar Austral: Catedral esquina Maturana, Santiago Centro, fono 688 0892