¿CÓMO SE VIENE LA MANO ESTE 2010?
Hace un año me hicieron la misma pregunta y respondí que la crisis había llegado a los restaurantes. Que el foie gras, las trufas, el caviar y nuestro símbolo de estatus, el etiqueta azul, no estarían en las mesas de los restaurantes chilenos. Y fue verdad. Lo escrito en enero del 2009 se hizo en parte realidad. Gran trabajo tuvieron los empresarios gastronómicos y chefs para encantar a sus clientes con una comida rica pero con productos económicos. Ahí aprendimos a comer jurel y panita de pollo en locales cinco estrellas. Pero como todo cambia, este año no será igual.
Lentamente regresaremos al consumo. Las tarjetas corporativas de a poco se irán activando y nuestra gastronomía volverá a niveles normales. Es posible que este año pocos lo noten ya que ha habido un aumento de la oferta gastronómica lo que implica una lógica dispersión de clientes. Hoy en día no existe lealtad con los restaurantes y son pocos los que se atreven a apostar por un cliente frecuente.
Aunque no lo crean, los clubes de suscriptores seguirán haciendo daño. Un 25% de descuento en un restaurante es una barbaridad. Así y todo, la culpa no es del chancho sino de quien le da el afrecho. 19% de IVA, 15% de ILA y aparte un 25% por ser suscriptor de un diario es como mucho. Pierde la gastronomía ya que muchos aprovechan este descuento para salir a cenar (es absolutamente lógico). Pero, a precios tan económicos ¿será la oferta gastronómica de buena calidad?
Ese será un tema que estará vigente el año corrido. A la larga es como comprar un paracaídas en el persa de Franklin. Parece paracaídas, pero usted ¿confiaría de él?
El mercado del lujo, o los restaurantes de primer orden, como les llaman, vivirán un buen año. Ellos se nutren de turistas y de empresarios. Hoy más que nunca el empresariado se podrá sentir en su salsa y lo demostrará. También esperamos, superadas ya las gripes y nuestras falencias, un regreso de turistas a nuestras principales plazas de descanso y deporte.
¿Bonanza económica? Difícil este primer año con Piñera a la cabeza. Es posible que se estimule la inversión y crezca el empleo, pero aun los fantasmas de la crisis rondaran las cabezas de muchos. Sin ser júbilo ni nada que se le parezca, el país se autoconvencerá de que las cosas van por buen camino, y eso se notará en la restauración.
Creo positivamente que vamos de menos a más. Y a pesar de que el Presidente Piñera no es un gourmet precisamente ya que lo veo más encaramado en un KFC que en un buen restaurante, siento que el negocio gastronómico crecerá este año. No en nuevos locales ya que existen los suficientes para cubrir las expectativas de la población, pero sí para asentar lo ya instalado. Se nos viene un buen año y para eso hay que estar despierto y no desaprovechar las oportunidades. (JAE)