PRECIO PROMEDIO POR PERSONA
En reiteradas oportunidades me han consultado sobre el porqué y las razones que esgrimen los críticos y cronistas gastronómicos para poner como precio promedio en un restaurante un valor que ni remotamente se parece a un consumo normal de un ciudadano cualquiera.
Este es un tema que da para mucho. De partida hay que considerar que los expertos toman como valor promedio sólo los platos y no los líquidos respectivos, los que la mayoría de las veces abulta la cuenta bastante más de lo pensado. O sea, si un restaurante tiene un valor promedio de 15 mil pesos, entre el aperitivo, el vino y el café deberá sumar a lo menos otros 10 mil y ya llegamos a $25.000, que es más menos el valor real de un consumo normal.
Es difícil que los cronistas cambien su criterio del precio promedio ya que se escudan (nos escudamos) en que lo bebestible no puede ser cuantificado porque los valores de los líquidos varían enormemente entre local y local, además de que el cliente tiene siempre gustos diferentes. Desde bebedores de cerveza (y ahí baja el promedio de la boleta final), hasta almuerzos o cenas con bajativo y todo (que hace subir la cuenta). Por lo tanto y desde ya, agregue siempre un 70 a un 100% más a las recomendaciones de los expertos.
Así no pasará un mal rato.
En reiteradas oportunidades me han consultado sobre el porqué y las razones que esgrimen los críticos y cronistas gastronómicos para poner como precio promedio en un restaurante un valor que ni remotamente se parece a un consumo normal de un ciudadano cualquiera.
Este es un tema que da para mucho. De partida hay que considerar que los expertos toman como valor promedio sólo los platos y no los líquidos respectivos, los que la mayoría de las veces abulta la cuenta bastante más de lo pensado. O sea, si un restaurante tiene un valor promedio de 15 mil pesos, entre el aperitivo, el vino y el café deberá sumar a lo menos otros 10 mil y ya llegamos a $25.000, que es más menos el valor real de un consumo normal.
Es difícil que los cronistas cambien su criterio del precio promedio ya que se escudan (nos escudamos) en que lo bebestible no puede ser cuantificado porque los valores de los líquidos varían enormemente entre local y local, además de que el cliente tiene siempre gustos diferentes. Desde bebedores de cerveza (y ahí baja el promedio de la boleta final), hasta almuerzos o cenas con bajativo y todo (que hace subir la cuenta). Por lo tanto y desde ya, agregue siempre un 70 a un 100% más a las recomendaciones de los expertos.
Así no pasará un mal rato.