miércoles, 18 de julio de 2012

MIS APUNTES GASTRONÓMICOS

HANZO
Perú al límite

La comida nikkei, esa mezcla japo - peruana que está exportando el país del norte, ya se asentó en Chile y cada día suma más adeptos. Los rolls californianos pasaron a segundo plano cuando a los hermanos peruanos se les vino a la cabeza ocupar sus productos para elaborar parte de la tradición japonesa. Ya no se trata de comida típica sino de una mezcla de culturas (que a nosotros tanta falta nos hace).

Primordial en la cocina Nikkei es el Itamae. El hombre que con sus afilados cuchillos corta los más inverosímiles productos para dar con la clave de una cocina fantasiosa y de buen sabor. Aquí, en el Hanzo, esa labor le corresponde a Eduardo Fujihara, un descendiente de japoneses y gran cultor de esta especialidad. De su creatividad (y responsabilidad) es parte de la nueva carta que degustamos la semana pasada en este local administrado (y franquiciado) en Chile por Emilio Peschiera.

Sabor peruano para comenzar. Una gran batería de aperitivos que a base de pisco peruano hace la delicia de los comensales. Bien puede ser un sour tradicional, o bien un rocoto sour, un chilcano o un pisco punch. Luego, lo nikkei propiamente tal. De la cocina fría salen los más inverosímiles productos que si bien su nombre son irreproducibles en japonés, su traducción al español es bastante más atractiva. Así, destacan entre las entradas unas láminas de ostión bañadas en salsa yuzu (8.900) y los makis sin arroz (9.900 a 12.900). Más hacia lo peruano, el Itamae presenta unos makis con cebiche y otro con láminas de filete y chimichurri (8.500).

La carta es extensa y entretenida. La idea es ir degustando y compartiendo diferentes platillos fríos y calientes. De los platos calientes, el ika rex (calamares salteados con verduras orientales en salsa de ají amarillo (11.900), o un Confit de Pato (14.800) bañado en salsa de lychee sobre puré de wasabi y frutas de la estación al grill.

Platos prolijos, llenos de color y sabor son los que presenta Hanzo esta temporada. La propuesta es entretenida y muy interesante. Cuesta decidirse ya que la oferta es tentadora y muy variada. Si lo visita, le recomiendo que vaya en un grupo de cuatro o más amigos. Acá la cosa es compartir y llenarse de sabores probando las diferentes opciones de productos. No es barato ni pretende serlo. Desde la puesta en escena hasta el servicio es de primera… y eso tiene su costo (Juantonio Eymin)

Hanzo: Monseñor Escrivá de Balaguer 5970, Vitacura, fono 218 3773