miércoles, 7 de noviembre de 2012
NOVEDADES
BURBUJAS NACIONALES
Un mercado en alza
Tan sólo hace una década, beber champagne en Chile era algo poco frecuente. En una celebración de algún emperigotado empresario, una fiesta de matrimonio y en la tradicional copa de Año Nuevo. De hecho, las elaboradoras de este vino con burbujas, vendían casi toda su producción entre noviembre y diciembre.
En diez años el panorama cambió. Muchos opinan que fueron las mujeres las que pusieron de moda los espumosos en Chile. Carolina Bianchi, socia y directora de la revista Platos y Copas, dice: “Probablemente hoy sea una moda y hasta algo aspiracional. También una tendencia basada en las bajas calorías que aporta en relación a otros alcoholes. Pero eso poco importa, porque de ahí a aprender de estos vinos, convertirlos en una conducta habitual y transformarlos en una preferencia, hay un paso muy corto. Este vino seduce por sus burbujas, sutileza, por su frescura y versatilidad”.
Y las viñas (bodegas le llaman ahora) se percataron del cambio en las costumbres. Ya no es sólo cosa de mujeres. Ellas cambiaron la vaina por el espumoso y los hombres hicimos lo mismo con el pisco sour. A decir verdad, como cada día lo preparaban peor, lo mejor era irse por algún producto más fresco y mejor elaborado. Por eso, cuando las cifras indican que el consumo de espumosos ha crecido en el país un 40% en el último año, es un inédito índice, que da para meditar y para seguir creciendo.
Burbujas chilenas
Y la competencia es fuerte. La primera viña que comenzó a elaborar espumante en Chile fue Valdivieso en 1879. Le siguió Undurraga. Actualmente muchas bodegas están en lo mismo. Los números y las cifras son tan fuertes que nadie quiere quedarse fuera del negocio, tanto, que Serrana Verges, edito el mes pasado la Primera Guía de Espumantes Chilenos
Así fue como los grandes protagonistas fueron dos productores nuevos en el mundo de los espumantes chilenos. Se trata del primer espumante Champenoise Extra Brut de viña Echeverría y el Charmat Brut de Viña Francisco de Aguirre, bodega que apenas lleva dos años produciendo vinos con burbujas.
El Extra Brut de viña Echeverría ganó mejor etiqueta entre los espumantes más complejos del estilo Champenoise. Se trata de una mezcla de 60% chardonnay y 40% pinot noir, de Molina, con una guarda en lías por 18 meses y dos años más en la botella. Su precio de referencia es de $13.000. Posee apenas 4,6 gramos de azúcar residual por litro
Otros espumantes destacados en esta categoría con la mayor distinción de cinco copas fueron:
Viña Miguel Torres, Santa Digna Estelado Brut Rosé, Método Tradicional
Viña Undurraga, Titillum Blanc de Noirs Brut, Método Tradicional
Viña Undurraga, Titillum Original Brut, Método Tradicional
Viña Valdivieso, Blanc de Blancs Brut 2009, Método Tradicional
Viña Volcanes de Chile, Lava, Blanc de Blancs Extra Brut, Método Tradicional
Francisco de Aguirre Brut, en tanto ganó en la más sencilla categoría charmat (precio de referencia $3.290). Es un espumante 100% de la variedad Pedro Jiménez, del valle del Limarí. Posee 10 gramos de azúcar residual por litro.
Según explica Serrana Verges, autora responsable de la publicación y Directora Ejecutiva de Grand Cru, la guía se elaboró tras un año y medio de investigación sobre los espumantes en Chile y el mundo. La degustación sumó 50 etiquetas nacionales con la misma rigurosidad de los concursos internacionales de vinos; integrando exponentes desde el Valle de Limarí hasta el Bío Bío, pasando por Casablanca, Cachapoal, Curicó y Valle Central.
El panel de cata estuvo conformado por 12 de los más prestigiosos enólogos especializados en espumantes y los sommeliers de Chile, entre ellos Pascual Ibáñez y Héctor Vergara.
Las mujeres y el champagne
Aunque la relación entre mujeres y champagne ha ido en alza en los últimos tiempos, el gusto del sexo femenino por este vino espumoso tiene más de 200 años. Muchos nombres de las más famosas bodegas de champagne que hoy nos resultan familiares se hicieron conocidos a partir de mujeres como Madame Clicquot, quien fue reconocida como la “grand dame de la champagne” después de quedar viuda en 1805, y hacerse cargo de las bodegas de su marido. Ella tuvo la habilidad de comprar excelentes viñedos que se siguen apreciando hasta el día de hoy y se la recuerda también por haber iniciado la exportación de los vinos de la Champagne y por etiquetar, por primera vez, las botellas.
La inolvidable Madame de Pompadour, la famosa amante de Luis XVI, inventó una frase que los productores de espumosos le agradecen hasta hoy: “El champagne es el único vino que después de beberlo deja a la mujer más bonita”. La cronista gastronómica Pilar Larraín concuerda con este pensamiento: “El champagne es maravilloso, porque tiene la magia de transformar a una mujer en otra más sensual y sofisticada. Hoy se ha vuelto un trago femenino y en esto ha influido mucho la industria del cine, que asocia esta bebida a la mujer glamorosa y distinguida”.
Otro caso fue el de Louise Pommery, que en 1818 hizo uno de los hallazgos más memorables, desarrolló un estilo de champagne brut que los británicos adoraron. Por su lado, Mathilde-Emile Laurent Perrier y Lily Bollonger (1941), si bien recibieron empresas prósperas de champagne, no solo las mantuvieron sino que incrementaron ganancias durante su gestión.
En resumen
Dejando de lado los verdaderos champagnes franceses, cuyos precios se van a las nubes (con algunas excepciones de espumantes galos), los argentinos nos están invadiendo con buenos espumosos. Ir a una tienda especializada o a un buen supermercado por un par de botellas de aquellas es hoy una tarea difícil. Más de diez marcas argentinas, otras españolas, norteamericanas y chilenas. Todas tratando de posicionarse en un mercado creciente, por tanto el precio no es factor de compra. A decir verdad, compramos por la elegancia de la etiqueta o por el origen del vino con burbujas. ¿Cuántas son (y me integro al grupo) las personas que son capaces de distinguir un champagne Cristal (que en Chile no se consigue por menos de $300.000 una botella), de un Fuzion Zuccardi argentino ($4.990) o de un Valdivieso de $ 3.300? A decir verdad, muy pocos.
Aspiracional, decía Carolina Bianchi, y parece que tiene razón. Sin embargo, en pleno siglo XXI, este vino con burbujas encanta, seduce, embriaga y mucho más. (Juantonio Eymin)