martes, 23 de septiembre de 2008

DE BEBISTRAJOS Y REFACCIONES


COMER EN ALEMANIA

Hoy comienza en Santiago la feria Expo Alemania. Todos conocemos su gran tecnología, pero ¿nos llama la atención su gastronomía?

Karla Berndt

Usted es recibido en la bien iluminada entrada del restaurante con una breve descripción de los platos a disposición. Después, uno de los garzones ¡ciego!, lo lleva a una de las mesas, todas ubicadas en un ambiente absolutamente oscuro. A partir de ahora, disfrutará de una cena sólo con sus cuatro sentidos restantes: gusto, olfato, oído y tacto… Tres “restaurantes a oscuras” existen actualmente en Alemania, en Berlín, Colonia y Hamburgo. Opciones novedosas que hablan de el gran interés que en los últimos años despiertan los temas culinarios en este país donde un verdadero boom gastronómico lleva a la modernización de preparaciones tradicionales. Esta tendencia también se refleja en los programas de televisión donde, por ejemplo, el show gastronómico “La cena perfecta” promedia de lunes a viernes un ranking sobre el 20%. El 65% de los alemanes visita por lo menos una vez al mes un restaurante, y para 95% de ellos la prioridad son los productos frescos así como su preparación cuidadosa y saludable. Placer y salud desde la misma olla.

¿Salchichas y perniles, chucrut y strudel de manzana?
¡La gastronomía alemana ofrece mucho más!

No existe una “cocina alemana” uniforme, ya que cada región tiene sus especialidades y estas son muy diferentes. Baviera y Baden-Württemberg, ubicadas en el sur del país, ofrecen una cocina muy similar a la de Austria y Suiza. En el oeste se nota la influencia francesa, mientras que en el este la comida demuestra ciertos elementos de la cocina de los países de Europa Oriental.
Si piensa en Alemania, seguro que le vienen a la mente bombas de calorías: salchichas fritas con papas y salsa de cerveza, por ejemplo. Ciertamente, la cocina alemana es notablemente más abundante que la del mediterráneo. El país se ubica en el norte de Europa y durante los duros inviernos con temperaturas hasta 30 grados bajo cero se necesitan platos contundentes. Es por eso también que en Alemania se comen muchas papas (uno de los países con el consumo más alto en el mundo), carne de cerdo y el chucrut, que provee la vitamina C, porque ¡frutos cítricos no crecen en este clima!

Aparte de su comida típica y muy variada, los alemanes aprecian mucho los pasteles y el buen pan. Los “kuchen” se encuentran en todas partes y en impresionante variedad: con frutas, semillas de amapola, ricotta y cubiertas de chocolate, grumos o glacé. También el pan incluye una gama impresionante, desde el blanco hasta el negro, sin o con granos, de diferentes tipos de harina, con miel, pasas, cebolla o zanahoria. No hay límites.

La nueva Cocina alemana

Creaciones livianas y astutas en base de productos autóctonos de primera calidad es la tendencia actual de la gastronomía alemana. Según un estudio, uno de cuatro restaurantes ofrece hoy en día platos preparados con ingredientes regionales. Esto significa que la cocina propia alemana, la tradicional así como la moderna, ocupa el primer lugar entre las preferencias de los germanos, muy por delante de la italiana o asiática. Con creatividad e ingenio los chefs adaptan las antiguas recetas a las exigencias de nuestros días: las preparan de manera más saludable y con novedosos aromas. Nouvelle Cuisine con elementos regionales.

Estrellas made in Germany

Ningún país europeo desarrolló su cultura culinaria y vinícola como Alemania, coinciden incluso los expertos franceses. La guía de restaurantes Michelin numera sólo en su país de origen, Francia, más restaurantes con la máxima distinción de tres estrellas que en Alemania. Nueve restaurantes con tres estrellas, 15 con dos y 184 con una estrella se encuentran en el territorio germano.

Pero no son sólo las originales creaciones culinarias, los mejores ingredientes y un gran oficio es lo que distingue a los chefs alemanes de la cocina actual. Los mejores restaurantes son además mucho más económicos que en Francia o Inglaterra. Los empresarios germanos saben que el cliente se fija tanto en la comida como en su valor.

Con sus siete rutas gastronómicas, la Deutsche Zentrale für Tourismus (www.dzt.de) conduce al sibarita por los caminos más sabrosos de Alemania.

Según el “Manual de Alemania” entre las especialidades se cuentan el pernil, el chanquete de Kiel (una especialidad en pescado de Holstein), el arenque salado y las albóndigas de carne molida, llamadas Frikadellen o Buletten.

Cada región tiene toda una serie de especialidades propias, muchas sabrosamente rústicas. Entre las favoritas están las preparaciones en base de papas. La canciller federal Angela Merkel, por ejemplo, come la cremosa sopa de papa de buena gana. En el suroeste de Alemania se piden con frecuencia los Schupfnudeln, fideos del grosor de un dedo hechos de harina de papa) y la Flammekuchen, una masa en base de levadura rellena de cebolla, tocino y crema ácida. Y no sólo como acompañamiento se sirven los famosos Spaetzle, fideos hechos de harina, yemas, sal y agua.

El plato preferido del ex canciller Helmut Kohl es el Pfaelzer Saumagen, una mezcla de carne de cerdo, butifarra y especias varias que pasa por la picadora antes de rellenar un estómago de cerdo. En Hessen es un clásico la salsa verde de Frankfurt, preparada con al menos siete distintas hierbas aromáticas.

Baviera es conocida por su salchicha blanca (tripa blanca natural rellena con carne de ternera) y el queso de hígado (especialidad en salchicha elaborada con carne de vacuno y cerdo y ¡que tiene nada que ver ni con queso ni con hígado!).
La cocina del norte mantiene la pasión por lo bien especiado. Allí se puede comer -especialmente en otoño - col verde con salchicha de sémola o Labskaus (una masa de color crema-rosado compuesta principalmente por arenque, carne salada y papas). De los nuevos estados federados vienen el Leipziger Allerlei (un plato de verduras varias) y los típicos pepinos agridulces del Spreewald, protegidos por la UE como denominación de origen de Brandenburgo.
Las salchichas son populares tanto en el este como en el oeste. En muchos bares hay Wiener, Frankfurter, Nürnberger o Thüringer, y por supuesto la Currywurst (salchicha frita con salsa picante de tomate y curry en polvo), por los que suspira también el ex canciller Gerhard Schroeder.

Entre tanto las salchichas han llegado al museo. En la pequeña localidad de Holzhausen, cerca de Erfurt, la capital de Turingia, fue inaugurado el “Primer Museo Alemán de la Salchicha“ (http://www.bratwurstmuseum.net/).

Este artículo lo escribí Ad-portas de la Expo Alemania, que comienza hoy jueves en el Espacio Riesco y culmina el sábado 27, lugar donde más de 160 expositores mostrarán las ultimas novedades de este país europeo. La finalidad es que el lector no piense que “Made in Germany” vale sólo para la tecnología, ya que la gastronomía tiene mucho que decir en el desarrollo de esta gran nación.

Karla Berndt
Gerente Comunicaciones Corporativas CAMCHAL