miércoles, 28 de noviembre de 2012

LIBROS

DESCORCHANDO MI VIDA
El anecdotario del Master Sommelier Héctor Vergara

En la tienda de El Mundo del Vino, Héctor Vergara Flores lanzó su libro, “Descorchando mi vida”, un recuento ameno de sus primeros años de infancia en Padre Hurtado, en el negocio de su padre; sus estudios en la escuela de especialidades de la Fuerza Aérea; su pasión por el fútbol que se acrecentó en su paso por Argentina; su decisión de viajar a Londres para estudiar inglés y conseguir un trabajo estable; y cómo trabajar para la Canadá Dry, hizo que el vino se acercara a él.

Hay anécdotas de cuando cursaba la carrera de sommelier y tomó cursos en la Wine & Spirit Education Trust (WSET); de su paso por los restaurantes Gennaro´s y Frederic´s. De cómo conoció a la madre de sus hijos, Marie José, su esposa francesa que le inculcó los sabores de la cocina, ya que era una gran gastrónoma.

Su vida de casado junto a su esposa en Londres y luego en Paris, ya como Master Sommelier, donde trabajó en el restaurante Les Ambassadeurs del Hotel Crillon, en la Plaza de la Concordia.

Su paso por Canadá, “En la Semana Santa de 1986 estábamos ya en Toronto comenzando una nueva aventura. Es imposible no recordar la recepción que me dieron. Tenía una limusina gigantesca esperándome en el aeropuerto, con chofer que te abría la puerta y un bar con botellas de whisky en la parte de atrás. No podía imaginar en ese entonces que me iba a quedar en Canadá cinco años”.

Y la llegada de su hija Melanie, que vino a mitigar la pérdida de su anterior hijita nacida en Paris, y luego su llegada a Chile, que la recuerda de esta forma: “Antes de viajar de regreso a la patria, lo que hice en agosto de 1991, recuerdo haber sostenido una conversación con un productor italiano del Piamonte, Ángelo Gaja, una verdadera leyenda. Coincidimos para una cata en el George Browne College, en mi calidad de presidente de los sommeliers de Toronto.

Cuando él supo que yo era de Chile, se puso a hablar del vino chileno. Y me dijo una verdad contra la que hemos debido luchar hasta hoy. “Los vinos de tu país son muy buenos, incluso algunos son mejores que los que se hacen en Italia o en Francia. El problema es que los venden muy baratos. Y nadie que se precie estará dispuesto a pagar poco por un vino de excelencia. Uno supone que algo no anda bien ahí”, me dijo. Y claro, las botellas de su vino se compraban a cien dólares, en cambio las de los vinos chilenos, de muy buena calidad, costaban diez dólares o mucho menos. No había comparación. Cuando regresé a Chile me vine con esa idea en la cabeza. Que la industria nacional estaba en vías de desarrollo con un fuerte impulso en las exportaciones, pero había un trabajo muy grande por hacer en la difusión y el conocimiento de nuestros vinos en el exterior, tarea en la que pensé que podía aportar mi granito de arena, intentando posicionar al vino chileno en un lugar importante en el concierto de los grandes vinos del mundo”.

El libro además, va contando la historia del vino Chileno, desde el siglo XVIII en adelante. El desarrollo vitivinícola y la incorporación de nuevas tecnologías, por los años ochenta. Y los protagonistas actuales de la industria del vino. Ellos son, los que a su vez, le dedican palabras y anécdotas, al final del libro.

Sobre la génesis, Héctor afirma, “desde hace bastante tiempo estaba con la ilusión de escribir. Contar mi experiencia para todos los jóvenes sommelier llenos de ilusiones y para todos aquellos que les gusta el vino. Me decidí y estuve durante un año recopilando fotografías, datos y rememorando algunos pasajes de mi vida. Espero que el resultado sea del agrado de todos, por lo menos yo, lo pasé muy bien escribiéndolo”.

Uno de los aspectos poco conocidos del Master Sommelier, fue la enfermedad de su esposa Marie-José y posterior deceso en 1991. Dejando a dos hijos, Melanie y Cristián. Su fallecimiento, a causa de esclerosis lateral amiotrófica, también conocida como ELA, produce un antes y un después en la vida de Héctor, que se relata muy claro en el libro. Actualmente, una deuda pendiente es poder llevar a cabo una fundación para quienes padecen esta enfermedad degenerativa. “El proyecto que he postergado injustamente tiene que ver con la fatal enfermedad que afectó a Marie-José. El costo del tratamiento es altísimo. No sólo por el valor que tienen los medicamentos, sino también porque llegado el momento el paciente no puede valerse por sí mismo y es preciso contar con varias personas para asistirlo en sus diferentes necesidades. Tuve la suerte de contar con los medios para viajar a Francia y tratar allá a Marie-José, para luego seguir con el tratamiento en Chile. Voy a poner todo de mí, mi tiempo, mis contactos, para que esta fundación pueda ir en ayuda de esas familias. No pido nada a cambio, apenas un pequeño detalle. Que el nombre de esa fundación lleve el nombre de Marie-José. Ella fue un ejemplo de lucha. Dio la pelea”.

Este y otros proyectos, como un bar de vinos que piensa abrir junto a unos socios próximamente, son parte de “Descorchando mi vida”. A la venta en las tiendas de El Mundo del Vino a un valor de $12.990.