SOLEDAD MARTÍNEZ (Wikén)
(Marzo) PASTAMORE (Las Tranqueras 1352-A,
Vitacura, fono 2886 2236): “Ennio Carota ha regresado -ojalá en
definitiva- para instalar con su mujer su propia trattoria en un espacio
sencillo, no muy grande pero acogedor” “Probamos como entradas ensalada caprese
de su rica mozzarella con tomates confitados y rúcula, abundante como todo
($7.600); finas tajadas de lengua de vacuno, algo enrojecidas por su
preparación, con puré de palta (que no estaban en la carta), y "uovo del
Purgatorio", una cazuelita de loza con un huevo, tomate fresco, crema,
aliño de trufa y queso parmesano gratinado ($5.900). Los platos de fondo fueron
tagliolini al pomodoro con albondiguilllas de carne y albahaca ($6.700);
fettuccine Alfredo, ancha pasta casera al huevo, de perfecta cocción al dente,
con crema fresca, pimienta, prosciutto crudo y queso parmesano ($7.400), y
spaghetti con langostinos (para nosotros, camarones) del Atlántico, de muy buen
tamaño y mucho más sabrosos que los ecuatorianos, y tomate fresco ($8.900).
Pannacotta ($2.400) y dulce de zapallo camote con lonjas de queso. Buen café ($
1.200). No me cabe duda de que esta nueva aventura de Ennio, ya bien
encaminada, culminará en un éxito total."
ESTEBAN CABEZAS (Wikén)
(Marzo) KARASHI SPICE (Bellavista 0868): “De
la cocina paquistaní se sabe poco, pero resumiéndola un poco a lo bruto es como
aquella que se encuentra en los restaurantes indios, con menor intensidad en
las especias y la incorporación de la carne de vacuno.” “El local es de tamaño
medio y la joven que atiende es risueña. La música no es muy oriental. Aparte
de atender a la carta, cuentan con ofertas diarias que incluyen entrada, jugo
natural y postre. En esta ocasión se partió con unas samosas de carne molida
($2.200), ya que no tenían de vegetales. Sabrosas y especiadas. Y unos
"dedos de pescado" ($2.800), muy fritos y que habían pasado
previamente por el frío más de lo recomendable. De segundos, junto con un pan
(nan, $1.000), un pollo con curry y maní ($5.000) y un Nahari ($5.300), que se
explica como "carne mechada con salsa estilo paquistaní". El pollo
estaba un poco soso y seco, mientras la carne era blanda y sabrosa, aunque algo
escasa. Ambos platos venían con arroz.” “La idea era terminar con algo dulce,
pero no tenían postres.”
PILAR HURTADO (Mujer, La Tercera)
(Marzo) LA BURGUESÍA (Santa Magdalena 99,
local 3, Providencia. Cel: 9731 9389): “La carta ofrece algunos picoteos, como
tártaro aliñado con aceite de sésamo, y hamburguesas clásicas -como la Juicy
Lucy, rellena con queso cheddar, o la Grillada, servida entre dos tajadas de
cheddar- y hamburguesas gourmet, con provocativas opciones como la Camarona
-queso crema, tomates confitados, camarón grillado y mayo al ciboulette- o la
Blue Pear, con salsa de queso azul, tocino y peras caramelizadas. Por suerte no
pedimos nada para comenzar, porque los emparedados son tremendos, y vienen con
exquisitas papas fritas con su cáscara, o con ensalada con ingredientes
fresquísimos. Probamos la hamburguesa Avocado, con rúcula, mozzarella, carne
(todas las hamburguesas se sirven en punto ¾, a menos que el cliente pida otra
cosa), tocino, palta en su punto y en la carta decía mayonesa de camarones; en
realidad era una mayo rica, pero verde y sin sabor a camarones. El pan viene
con el tradicional sésamo encima y tiene la suficiente firmeza para no
desarmarse al primer corte. También degustamos la opción vegetariana:
hamburguesa de falafel (pasta de garbanzos frita, moldeada en este caso, no
como bolitas sino como una fricandela) con berenjenas grilladas, tomates
confitados y salsa de yogur y sésamo, que me pareció superrica. Para tomar,
elegimos las limonadas con maracuyá y con menta, ambas ricas y con poca azúcar.
Para compartir pedimos un postre, sin ninguna expectativa: brownie con helado
de vainilla. ¡Estaba extraordinario!”
CÉSAR FREDES (La Nación Internet)
(Marzo) COSTAMIA (Costanera Center, Andrés
Bello 2447, local 5168): “La verdad es que sólo ingresamos a este templo de la
alienación contemporánea para comernos un pescado y algo más de la mano de
“Alex” Dioses. El pescadito, un poco chicón eso sí, estaba muy bueno y la
fritura fragante, como la de las empanaditas de queso y jibia (nota original en
la utilización de productos del mar en la nueva cocina chilena).” “Muy bueno
también el cebiche “raspado”, aderezado con limón, cebolla, cilantro y poco
ají, diferente a las otras dos opciones de “a la peruana”, con camote y dientes
de choclo y ·”a la chilena”, en trozos rectangulares y sin choclo ni camote,
como los ofrece personalmente el chef.” “Nosotros fuimos por los pescados de
Alexander Dioses y salimos contentos. No es caro: se puede comer por $12.000
con cerveza o vino.”